martes, 18 de septiembre de 2018

De Promaucaes a Puerto Nuevo


6.-HACIENDA-PARQUE DE BUCALEMU Y LOS JESUITAS.

En 1907 falleció don Claudio Vicuña Guerrero, pero su recuerdo  perdura en una obra que aun se mantiene in-tacta, como es el Parque  de la HACIENDA DE BUCALEMU.
            En las postrimerías  del reinado de Felipe II o en los albores del de Felipe III, esta extensa propiedad fue dona-da  por el monarca, al Capitán SEBASTIÁN GARCÍA CARRE-TO Y CHUMACERO (1540-1631),en premio de sus muchos ser vicios prestados  a la Corona durante la conquista de Chile.
Esta propiedad con una superficie total de 30.000 cuadras, ubicada al sur del puerto de SAN ANTONIO DE LAS BODE-GAS, entre el estero del  Yali y el rio Rapel.
            El capitán García Carreto, el 6 de octubre de 1619 re-suelve traspasar la valiosa Hacienda con su dotación de 15.000 vacunos, de 1.000 caballares y 15.000 ovejas, a la COMPAÑÍA DE JESÚS, resolución que perfeccionó  en su testamento de 8 de febrero de 1631. Esta Hacienda perma- nece en manos de los jesuitas hasta el  26 de septiembre de 1767 infausta fecha  en que se notifica a los miembros  de la Compañía de Jesús, de su  expulsión de los Reinos de Es-paña.
            La Hacienda retorna a la Corona con sus tierras, sus ganados y sus 463 esclavos, permaneciendo en su poder  hasta el 4 de abril de 1791,fecha en que PEDRO FERNÁN-  DEZ  DE  BALMACEDA,oriundo de La Rioja, sobrino carnal del Oídor don JUAN DE BALMACDA Y ZENZANO (1702-1778) ascendido ese año a Comandante del Regimiento de la Princesa, firma  la  escritura de compraventa de la referida Hacienda de Bucalemu.
            El vizcaino  JUAN DE BALMACEDA Y ZENZANO, na-ció  en La Rioja,España, el 16 de abril de 1702.Fue hijo de Pedro José de Balmaceda y de Angela de Zenzano y Fernán dez. Estudió Leyes y en 1739 fue nombrado abogado de los Consejos de España, cargo desde el que inició  su carrera judicial, asumiendo como Oidor de la Audiencia de San-tiago de Chile el 28 de noviembre de 1742,arribando a Concepción ese mismo año. En tal  condición, desempeñó  funciones como Juez del Tribunal  de Bienes de Difuntos, nombrado por el gobierno de José Antonio Manso de Velas co ,el 25 de mayo de 1743. Juez Protector del Partido de Aconcagua (1745) y ministro de la Real Junta de Tabacos, nominado por el gobernador Manuel de Amat y Junnient en 1766. En 1768, a la muerte del Gobernador Guill y Gon-zaga, acaecida el 24 de agosto, asumió la Gobernación In-terina de Chile.
            Balmaceda Zenzano hizo entrega  del mando el 3 de marzo de 1770. Jubiló en enero de 1773. Se había casado con Agustina Álvarez de Uceda el 8 de febrero de 1750, con quien no tuvo descendencia. Falleció en Santiago el ¿29 de mayo de 1778?. ¿30 de marzo de 1778?, a los 76 años de edad. A su muerte, bajo disposición testamentaria de don Francisco de La Torre, su cuantiosa fortuna pasó a manos de su sobrino PEDRO FERNANDEZ DE BALMACEDA, que aunque nacido en Popaona,el tronco familiar no estaba en Galilea. Esta fortuna le  permitió  hacerse con la propiedad de la Hacienda de Bucalemu. En 1759 habían llegado al país dos sobrinos suyos : Pedro Fernández de Balmaceda y Juan Francisco Ruiz de Balmaceda, quienes se dedicaron  al comercio y la agricultura.
            Al morir en 1767 la mujer del Oidor  Balmaceda, de-jó en herencia a su marido, una casona en Santiago y una chacra en Ñuñoa, sentando con ello el, principio de la for-tuna y propiedades de la familia. Don Juan de Balmaceda y Zenzano, murió el 30 de marzo de 1778 en Santiago. Antes había ordenado establecer un MAYORAZGO”, dejando co-mo herederos a sus sobrinos, ocupando la primera prefe-rencia, PEDRO FERNÁNDEZ DE BALMACEDA y sus descen dientes.
            La herencia consistía  en una chacra en Ñuñoa y una hacienda en Puangue. El 15 de diciembre de 1778 quedó es-tablecido el “MAYORAZGO BALMACEDA”. Los descendien-tes del Oidor, se repartieron la herencia y separaron cami-nos. PEDRO FERNÁNDEZ DE BALMACEDA, aunque recibió diversos cargos en la milicia y fue Juez de Comercio, su mayor preocupación fue acrecentar su fortuna y sus bienes. En 1778 obtiene la propiedad de la Hacienda de Bucalemu y el 4 de abril de 1791,obtiene el título definitivo. Preocupa-do  del destino de sus bienes, al ser soltero, viaja a España en busca de parientes a los que pudiera ayudar a heredar sus posesiones. Su travesía no fue en vano por cuanto poco tiempo después, llegó su sobrino JOSÉ  MARÍA FERNÁN-DEZ  DE BALMACEDA Y ZENZANO ,que ocupaba por dere-cho de heredad, el cargo de Regidor de la Villa de Ocón, en Castilla la Vieja,España.
            Pedro Fernández falleció en Santiago en 1808, dejan do sus posesiones claramente testadas, sin embargo sus he rederos dieron origen  a varios pleitos por la sucesión ,los que alcanzaron a toda la rama Balmaceda hasta avanzado el siglo XIX, y en los que se mezclaron cuestiones de orden político e incluso, la intervención de la Iglesia de Santiago, que también aparecía mencionada en el testamento.
            En una breve descripción del origen de estos proble-mas,se puede decir  que se ordenaba vincular BUCALEMU y destinarlo para que  por un lapso de 5 años, cada uno de los herederos lo gozara para acrecentar su fortuna. El be-neficio alcanzaba  hasta los parientes en  quinto grado” Terminada la sucesión, debía pasar a poder de los  jesuitas, o,en su defecto, a los Obispos de Santiago para beneficio de los pobres.
            Desde un primer momento hubo pleitos entre los albaceas  y los Fernández de Balmaceda, lo que privó  de hacer una buena administración de los bienes.
            BUCALEMU, fue  campo de interminables litigios,en los que intervinieron  los más notables abogados de la Pa-tria Vieja y de Chile independiente ,desde  el jurisconsulto Juan Egaña hasta José Clemente Fabres y Roberto Hun-neus , pasando por Federico Errázuriz, Abdón Cifuentes y 100 más.
            JOSÉ MARÍA FERNÁNDEZ DE BALMACEDA Y ZEN-ZANO, de nacionalidad española, además de no involucrar-se  en los primeros acontecimientos de la lucha de emanci-pación ,se convirtió en ciudadano “bajo sospecha”  de ser realista ante las nuevas autoridades, situación que se acre-centó al viajar a Lima en busca de la mujer que sería su es-posa y que había conocido en Chile en los albores del pe-ríodo. Se trataba de María Gracia Rodríguez Ballesteros, hija del Oidor Juan Rodríguez  Ballesteros, expulsado de Chile por orden de Juan Martínez de Rozas luego del mo-tín de Figueroa (1811) En la primavera  de 1814,en la Cate-dral de Lima y con la presencia del Virrey Abascal, contra-jeron matrimonio José María y María Gracia.
            Tras breve estadía en Lima, se trasladaron a Santia-go, donde el joven marido tuvo que lidiar duramente por sus derechos sobre Bucalemu, que intentaban anular pa-rientes llegados desde España. Estos problemas se troca-ron en alegría cuando el 16 de junio, nacía su primer y úni-co hijo,,al que bautizaron como MANUEL JOSÉ FERNÁN-DEZ BALLESTEROS, quien tomó después el apellido BAL-MACEDA de su bisabuela materna, Ángela Balmaceda Zenzano,nacida en Galilea, Castilla, en 1699. 
            Pero la fortuna  no premiaba al novel padre, pues a-penas 8 meses después, luego del triunfo patriota en Chaca buco, fue detenido y secuestrada su hacienda de BUCALE-MU. A los pocos meses, recupera su libertad pero no su pro piedad .Obligado por Ley del Senado solicitó la ciudadanía chilena, la que le fue otorgada en 1820.
 Aquejado de una larga y penosa enfermedad, José María se fue debilitando rápidamente. Le correspondió  a su mujer, doña María Gracia, iniciar y llevar a término las  gestiones para la devolución de los bienes familiares. Su amistad con Juan y Mariano Egaña le allanaron el camino para que, finalmente, en 1824, el gobierno de Ramón Frei-re la devolviera la enorme hacienda.
José María Fernández y Balmaceda,en escrito de fe-cha 7 de mayo de 1817 dijo: “El testador me legó la hacien-da, entre sus comunicados secretos, en que mandó que na-die pudiese mezclarse, ni pedir cuenta o razón, instituyen-do para ese caso, absolutos herederos a sus albaceas, de quienes yo solo existo, pues, don Ignacio Landa falleció y don Rafael Beltrán ha muerto civilmente en Chile por su emigración. Con que por voluntad del testador, el acto del día (el secuestro) bastan para constituirme en heredero y dueño absoluto y por consiguiente, mal puede ésta, impu-tarse  a propiedad extraña…..”
En “CRÓNICAS DE PEDRO Y PABLO”,(capítulo XIII), pode-mos leer : “ El testador Pedro Fernández de Balmaceda tenía solo dos sobrinos carnales, José María Fernández y Balmaceda (1775-1831), en Chile desde 1802, y su única hermana  Petra (1769-1830),residente en España y casada en Logroño con Pedro Fernández Arnedo (1774-1842).” Agrega el periodista  Pedro Marinkovic :  muerto Pe-dro Fernández  de Balmaceda, Bucalemu pasa a manos de Rafael Beltrán Iñiguez (1774-1850),su primer albacea”.
La hacienda no se sustrajo a la Ley de Secuestros, a pesar de las reiteradas pruebas que José María había dado a la causa revolucionaria. En efecto, el gobierno patriota decretó su secuestro a pedido de José Antonio Ovalle,en mayo de 1817.
Doña María Gracia quedaría viuda en 1831,lo que no fue óbice para que administrara con mano ejecutiva las ac-tividades agrícolas, acompañada de su único hijo.Éste se educó en un ambiente austero, llegando a ser uno de los hombres más ricos del país.
MANUEL JOSÉ FERNALDEZ BALMACEDA, a la edad de 24 años se casó con doña María Encarnación Fernández Salas. La llegada de lejanos parientes desde España, para reclamar su participación en las heredades del Oidor, le  significaron una serie de juicios en los que tuvo que entre-gar parte de la hacienda de Ibacache.
Simultáneamente el Obispado de Santiago reclama-ba el goce de BUCALEMU que según entendían, les corres-pondía por haber terminado la línea de sucesión, mientras  que don Manuel José  bregaba para que se extendiera a sus hijos
Nueve hijos/as tuvieron don Manuel José y doña En carnación, siendo el primero de ellos, José Manuel, que na-ció en el invierno de 1840, precisamente en Bucalemu. Lue go llegaron José Rafael, José Elías, José Vicente, José Da-niel, José Ramón y José Exequiel. En total fueron 8 hijos varones  y una mujer, la que falleció a temprana edad.José Elías murió soltero, dejando a sus hermanos una cuantiosa fortuna, especialmente a José  Ramón, quien perdió uno por  uno los valiosos inmuebles agrícolas  recibidos.
A pesar de los varios reveses sufridos, el organizado empresario Manuel José  Fernández  Balmaceda (Balleste-ros),realizó una serie de otras adquisiciones de considera-ble monto en que se destacaron las propiedades urbanas como el denominado HOTEL INGLÉS” en Santiago, hacien-das y fundos en Casablanca, 7 hijuelas en Santiago y otras 8 en Melipilla,además de los fundos de Vichuquén, Nalta-gua y Curacaví,de modo que los descendientes de la nueva familia, tendrían recursos considerables para llevar una vida confortable.
A principos del siglo XIX, BUCALEMU tenía  original-mente  54.000 hectáreas y los terrenos se extendían  desde el mar a la provincia de Melipilla y desde el estero Yali  al río Rapel.  La sorpresiva llegada de sus parientes desde Es-paña,le significaron una serie de juicios en loe que tuvo que  entregar parte de la hacienda a su sobrino PEDRO FER NÁNDEZ DE BALMACEDA. A BRAULIO FERNÁNDEZ ARNE DO, casado con Amalia Vicuña Guerrero, le correspondió la hijuela donde actualmente se encuentran los terrenos del  Ejercito . Los potreros de La Manga y Corneche se entrega-ron a Manuel José Fernández y lo que se llama San enrique de Bucalemu, a don Domingo Fernández de la Matta.
Cuando don Braulio Fernández Arnedo,español de nacimiento  y de corazón regresa a España, amargado por la guerra de 1865,don CLAUDIO VICUÑA GUERRERO es su arrendatario y algún tiempo después, le compra la célebre4 hacienda. Don Claudio construyó en 1875 un extenso parque de 36 hectáreas, diseñado por el paisajista francés Guillermo Renner y que hasta hoy se mantiene como uno de los más bellos del país.

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