jueves, 6 de febrero de 2020

Historia del Silabario en Chile (Siglos XVI- XIX). CAPÍTULO SEGUNDO.

CAPÍTULO SEGUNDO.

Esta obra estaba reservada a un joven argentino, natural de la Provincia de San Juan. DOMINGO FAUSTINO SARMIENTO ALBARRRACIN (1811-1888), vino a establecerse a Santiago en enero de 1841, cuando tenía 30 años de edad. Reprodujo un “Método de Lectura”, compuesto por don JUAN MANUEL BONIFAZ, español radicado en Uruguay. Este texto, compuesto de 15 carteles adaptados a la clave o “cantile-na”, (versos), que dice: me re ce se te de leche beve peneque yerreñe xejefe. Esto es una aplicación del análisis de Vallejo.

Después, en 1842, Sarmiento reimprimió el METODO PRACTICO DE ENSEÑAR A LEER del pedagogo español VICENTE NAHARRO. Este texto está confeccionado de acuerdo al procedimiento silábico. Desde la primera lección, el niño lee palabras como : al ma ; be llo ; ba la ; va ca ; vi ga ; pa pa ; pu ño ; ma no ; mi sa ; etc.

Por Decreto de fecha 18 de enero de 1842, se crea la ESCUELA NORMAL DE PRE-CEPTORES, confiada a la dirección de don Domingo Faustino Sarmiento.

Don DOMINGO FAUSTINO SARMIENTO ALBARRACIN, nació en San Juan, Argentina, el 15 de febrero de 1811 y falleció en Asunción, Paraguay, el 11 de septiembre de 1888.- Hijo de don José Clemente Sarmiento y de doña Paula Albarracín. Fue un auto-didacta en su formación, pues, debido a la falta de recursos de su familia, no pudo concurrir a establecimientos enseñanza superior.

En 1827 era dependiente de comercio y a fines de ese año viajó a Chile. De vuelta a su patria, participó en la guerra civil de las provincias argentinas y a causa de la derrota sufrida en el Chacó el 29 de marzo de 1831, emigró de nuevo a Chile.

En 1831 “había rejentado la escuela de una pobre aldea chilena, con el sueldo mensual de $ 13. En su provincia natal también había sido maestro de primeras letras, di-rector de un colegio de niñas, periodista, soldado en los campos de batalla contra la tira-nía de Rosas. El joven emigrado no traía recursos ni recomendaciones, ni títulos que ha-cer valer. Toda su fortuna consistía en algunos libros, pero luego contrajo amistad con los profesores José María Núñez y José Victorino Lastarria, quienes lo presentaron al Minis-tro de Instrucción don Manuel Montt. Este hábil magistrado, meditaba ya la idea de crear una escuela normal de preceptores y vio, desde el primer momento en el modesto emigra-do ,al director del futuro establecimiento, quien levantaría los cimientos del grandioso edificio de la instrucción primaria”. (MANUEL ANTONIO PONCE).

En 1831 fue nombrado maestro de escuela de Los Andes. Se cambió a Pocuro don-de instaló una taberna y tomó la dirección de una escuela de ese poblado rural.

En 1833 se trasladó a Valparaíso, donde se empleó como dependiente de comercio. De ahí pasó a Copiapó donde se dedicó a los trabajos de la minería. Al poco tiempo sufrió in trastorno cerebral y se le autorizó el traslado a Argentina, donde se estableció. Por parti-cipar en una conspiración fue desterrado a Chile en 1840. Al año siguiente, le contrató el diario “EL MERCURIO” de Valparaíso, como redactor. Ahí conoció a Manuel Montt, sien-do éste Ministro de Justicia. Montt le confió la dirección del periódico “EL NACIONAL”, el 14 de abril de 1841. En este periódico sostuvo una polémica con Andrés Bello sobre el idioma. Fue nombrado primer Director de la ESCUELA NORMAL DE PRECEPTORES.

Con fecha 22 de agosto de1842, Sarmiento elevó al Ministerio de Instrucción Pú-blica un informe rotulado “Análisis de las Cartillas, Silabarios y otros métodos de lectura conocidos y practicados en Chile”. Después de sentar algunos principios ortológicos, el autor pone de manifiesto la insuficiencia de la vieja cartilla, rechaza con severidad el “Cur-so de Lectura” de Baladia, expone que el “Método Practico” de Navarro no es adecuado a la enseñanza rudimentaria de la lectura y critica también la obra de Vallejo. Termina recomendando a Bonifaz.

En 1845 fue nombrado miembro de la Facultad de Humanidades de la Universidad de Chile. Publicó numerosas obras entre ellas un Silabario.

El gobierno de Chile le encargó el estudio de los métodos de enseñanza en Europa y Estados Unidos. Se embarcó en Valparaíso el 25 de octubre de 1845. En ese mismo año publicó varias obras más, hasta que en septiembre de 1851, se dirigió a Uruguay para com-batir desde allí a Juan Manuel de Rozas.

Regresó a Chile, llegando a Valparaíso el 10 de octubre de 1852. Aquí se dedicó a combatir a Urquiza. En marzo de 1855 salió de Chile dirigiéndose a Argentina, En su país, fue Senador, Ministro de Estado, Gobernador de San Juan (1862), diplomático en Santiago (1864) en Lima y en Washington (1865). - Fue elegido en ausencia Presidente de la Confe-deración Argentina para el período (1862-1874) Domingo Faustino Sarmiento falleció en Asunción, Paraguay, el 11 de septiembre de 1888.

MÉTODO DE LECTURA GRADUAL. Aprovechando el caudal de conocimientos y experiencias adquiridas ya al respecto, Sarmiento publicó un “SILABARIO” en 1842, que puede considerarse como un ensayo del que dio a la circulación poco después. Fue impreso a expensas del gobierno, a fin de satisfacer un pedido urgente de Cartillas que ha-bía hecho el Intendente de Valdivia. Redactado para llenar provisoriamente aquella nece-sidad, fue impreso en un tipo grande, claro y lúcido, remediando de ese modo, el inconve-niente que presentaban la generalidad de las cartilla impresas en España en tipos usados y en ediciones poco cuidadas. Su organización participa de las ideas emitidas en el “Análisis de Métodos de Lectura” y en una advertencia a los maestros de la escuela, enseña a nombrar las letras consonantes según el sonido que predomina en su combinación con las vocales, por lo que se llama gue a la g, con algunas otras prevenciones para la enseñanza.

Consta el Silabario de 16 lecciones separadas, en cada una de las cuales, además de las letras del abecedario, están expuestos ejemplos de cada manera nueva de formarse las sílabas, sin que quede un solo caso en el castellano, que no esté ilustrado con ejemplos.

Creada la Universidad de Chile, Sarmiento fue designado miembro de esa alta cor-poración. El 17 de octubre de 1843, leyó una memoria sobre ortografía americana .En ella expresa que creía poder presentar un silabario gradual para facilitar el aprendizaje de los niños. En Oficio de fecha 5 de enero de 1845, el Director de la Escuela Normal de Precep-tores, presentó a la Facultad de Filosofía y Humanidades los manuscritos de un “SILABA-RIO O METODO GRADUAL DE ENSEÑAR A LEER EL CASTELLANO”. El autor explica en este oficio de los defectos y errores comunes de los silabarios usados a la sazón y la necesidad de adoptar uno de plan sistemático, consultando todas las dificultades que retardan el aprendizaje del niño. La Facultad de Filosofía y Humanidades, estudió esta obra los días 12 de marzo ,2, 16 y 23 de abril de 1845. Minvielle evacuo su informe con fecha 14 de mayo del mismo año, después de oír el dictamen de don Antonio María Prieto que había sido, director de una Escuela Municipal modelo. Entrando en el análisis del texto, el informante encuentra que es claro y sencillo, con ejemplos de todas las combinaciones silábicas del idioma. Aplaude el procedimiento fonético recomen-dado por el autor para la fusión de consonante con vocal en ciertos casos, y cree natural que el niño, por analogía ,proceda de igual manera en los demás. No acepta, por innecesaria, la cantilena (verso) vepeneque, etc .frase defectuosa en su esencia.

La Facultad aprobó el Silabario de Sarmiento el 16 de abril de 1845 y lo adoptó como el texto más apropiado para el aprendizaje de la lectura en las escuelas públicas del país, ordenándose poner en conocimiento del Consejo de la Universidad la Resolución tomada al respecto.

En el N° 793 de fecha 30 de mayo de 1845 de “EL PROGRESO” se informa de la aparición del MÉTODO GRADUAL DE ENSEÑAR A LEER EL CASTELLANO” de Sarmien to, hecha por la imprenta de EL MERCURIO. El gobierno comprendiendo las ventajas de adoptar un texto que uniformara el aprendizaje de la lectura en las escuelas del país y cono- cedor de las bondades que ofrecía el “MÉTODO GRADUAL DE LECTURA” ,resolvió adquirir por la suma de $ 1.000 la propiedad literaria ,dictando al efecto el Decreto Supre-mo de 21 de octubre de 1845. Al año siguiente, por Decreto Supremo de 24 de agosto, se le declaró texto oficial para el uso de las escuelas fiscales y municipales Con el objeto de que los beneficios de este silabario se extendieran a toda la República, se estableció median te un decreto gubernativo, la forma de distribución por Intermedio de las Intendencias a las administraciones de Correos o las oficinas municipales en donde podía venderse.

A partir de 1846, el Ministerio de Justicia, Culto e Instrucción Pública realizó por su cuenta o autorizó a particulares la publicación del “MÉTODO GRADUAL DE LECTURA”.

La impresión de esta obra no solo se hizo en la capital, sino que también en provin-cia. De esta manera, apareció en Talca en 1847, una edición de 4.000 ejemplares autoriza-dos por Decreto Supremo de 8 de abril del mismo año. También Sarmiento, dio a luz en 1851, cinco carteles bajo el rubro Lectura Gradual, los cuales modificaciones eran una reimpresión de la primera parte del silabario.

El gobierno de Montt, por su parte, en 1854, iniciaba las gestiones necesarias para imprimir en Europa el “MÉTODO GRADUAL DE LECTURA”, tanto para perfeccionar su presentación como para tratar de disminuir su costo. Con tal objeto, el Ministro de Justicia, Culto e Instrucción Pública, don Silvestre Ochagavía, con fecha 5 de mayo daba las instruc-ciones al Ministro Plenipotenciario de Chile en Francia, para llevar a la práctica la idea. Sin embargo, parece que semejante iniciativa no prosperó ya que no se ha encontrado hasta la fecha documento alguno que justifique la existencia de alguna edición europea de aquella época.

Don Miguel Luis Amunátegui, pidió propuestas a EEUU, para imprimir en ese país el silabario de Sarmiento, las que tuvieron respuestas de don Pedro Pablo Ortíz, quien pro-ponía imprimir 50.000 ejemplares. Por Decreto de 13 de junio de 1857, se aceptó la pro-puesta y a la vez se agregaron otros 50.000 ejemplares, lo que sirvió para lanzar a circula-ción ediciones los años 1858 y 1859.

En el intertanto, un librero e impresor de Valparaíso, don Pascual Ezquerra, ofrecía publicar 10.000 ejemplares; el Intendente de Maule, J. Antonio Arellano, ofrecía por su parte imprimir 5.000 ejemplares con el fin de dar ocupación a la Imprenta Municipal de Cauquenes. Ninguno de esos ofrecimientos fue aceptado, debido a las gestiones que se rea-lizaban en el exterior.

En septiembre de 1859, el empresario y editor de la Imprenta “EL COMERCIO” de Valparaíso, don J. Agustín Gándara, publicó a gran formato (61x43,5 cm.) y bajo el título de “LECTURA GRADUAL”, 5 cuadros en los que se desarrollaban las lecciones de la prime-ra parte del “MÉTODO DE LECTURA GRADUAL” de Sarmiento.

El decreto de 24 de agosto de 1846 que declaraba “texto oficial para las escuelas fiscales y municipales del país” el silabario de Sarmiento, estuvo en vigencia hasta el 25 de octubre de 1861, fecha en que el Presidente Pérez y el Ministro de Justicia, Culto e Instruc-ción Pública, don Justo Donoso, adoptaron como texto para las escuelas primarias de la Re-pública, el “NUEVO METODO DE LECTURA” de Bernardino Ahumada Moreno. Sin em-bargo, nuevamente, por decreto de 18 de abril de 1868, se adoptaba el libro de Sarmiento como oficial para las escuelas” públicas y conventuales”.

El 12 de septiembre de 1876, se celebró contrato con don Jacinto Núñez, prorro-gando por 3 años el firmado en 1873, por el cual se le ordenaba imprimir 100.000 ejempla-res del silabario de Sarmiento.

Después de 1871, el “MÉTODO GRADUAL DE LECTURA” sólo se publicó en el país, en diferentes imprentas de Santiago y Valparaíso. Aunque por Decreto de 29 de abril de 1902 del Ministerio de Justicia e Instrucción Pública se dispuso que el “SILABARIO MATTE” se usara como texto de lectura en las escuelas públicas, ”con exclusión de cualquiera otro libro de la misma naturaleza”, el “MÉTODO DE LECTURA GRADUAL” siguió imprimién-dose hasta 1913.

Poe este mismo procedimiento fonético de lectura y escritura combinado, Sarmiento enseñó a leer a uno de sus hijos, según refiere en “Vida de Dominguito”. Pedagogo ilustrado y reformista, tuvo la clara intuición de los procedimientos del porvenir, del futuro.