sábado, 5 de diciembre de 2020

De Promaucaes a Puerto Nuevo

13.- LAS OBRAS DEL PUERTO DE SAN ANTONIO.


“Valparaíso celebró (1986), cuatrocientos cincuenta años des-de que recaló en la bahía el barco “Santiaguillo” y desde entonces quedó consagrado como puerto de la región central del país. La razón por la cual esta nave no recaló en Quintero es porque la bahía de Val-paraíso, como se ha dicho, es abierta y el régimen de vientos hacía fá-cil no solo la recalada sino también la salida de un velero. La caleta de San Antonio, por supuesto, no ofrecía posibilidad alguna desde el punto de vista marítimo”.

La actividad portuaria estaba limitada al uso de faluchos que cargaban y descargaban directamente a carretas en la playa, en el sec-tor donde esta actualmente ubicado el puerto... (Alejandro Pattillo Vergen.-“EL CONJUNTO PORTUARIO VALPARAÍSO-QUINTERO Y SAN AN-TONIO”.- 1989).

La Junta Provincial que ejerció el Gobierno a nom-bre del Sr. Don Fernando VII dictó en 1811, la primera Ordenanza de Aduanas, que entre otras materias, reglamen-taba la carga y descarga de mercaderías en los puertos, constituyendo así la prime ra forma de organización por-tuaria.

En 1844 se declaró puerto menor habilitado a “SAN ANTONIO DE LAS BODEGAS”, con el objeto de sacar los productos agrícolas de la zona.

En 1906, cuando se discutía la ley que asignaría fon dos para mejoramiento del puerto de Valparaíso,el Ministro de Industrias y Obras Públicas, Abraham Ovalle, argumentaba a propósito el desarrollo de ferrocarriles : “La circunstancia de existir solo una vía que recorre una enorme exten-sión y cuenta con dos salidas al mar únicamente,(Talcahuano y Val-paraíso),es otro de los factores que explican este mal servicio. Para remediar el mal servicio de ferrocarriles, hay necesidad de pensar en las condiciones en que deben que dar los puertos unidos por líneas férreas al ferrocarril central, y por las cuales pueden darse salida al mar a nuestros productos. De esta manera la carga no tendrá que re-correr los largos trayectos que hay entre las provincias centrales y los puertos de Valparaíso y Talcahuano.”

Se trataba de prolongar el ramal de Santiago a Melipilla hasta la “caleta” de San Antonio y construir ahí obras portuarias para dar salida a los productos del Valle del Maipo y regiones más al Sur.

Defensor ardiente de este proyecto fue, entre otros don EMILIANO FIGUEROA LARRAÍN,(1866-1931) entonces Diputado por Melipilla, cuya opinión tenía fundamentos válidos para las condiciones de la época. “Las leyes económicas tienen forzosamente que arrastrarnos a buscar las salidas más cortas y menos trabajosas al mar, aprovechando la envidiable configuración del país, y la formación de nuevos puertos se impone de una manera ineludible ,a despecho de los que quisieran llevar a Valparaíso todo lo que el país produce para exportar y traer allí todo lo que el país necesita con-sumir”.

El Gobierno decidió impulsar las obras del puerto de Valparaíso y en 1898 creó por Decreto Supremo una COMISIÓN DE PUERTOS cuyo objetivo sería examinar varios pro yectos.

En 1900 se crea la Junta del Puerto de Valparaíso. Esta no prosperó en su cometido y fue sobrepasada por la JUNTA CENTRAL DE PUERTOS creada por Ley N° 2.390 de 1910,cuyo artículo 1° ex presaba ; “El Presidente de la Repúbli-ca, dentro del plazo de 180 días, adoptará ,previo dictamen de una Comisión que designará al efecto, el plan definitivo de las obras ma-rítimas que deberán llevarse a cabo para el mejoramiento de los puertos de Valparaíso y San Antonio”.

Las propuestas estarían limitadas a un precio alzado de tres millones (3.000.000) de libras esterlinas para Val-paraíso y un millón doscientas setenta y cinco mil (1.275.000) libras esterlinas para San Antonio. Esta Comisión Central de Puertos se abocó a examinar los estudios y anteproyec-tos acumulados para Valparaíso y San Antonio y establecer en definitiva las obras que deberían construirse en ambos puertos.

Finalmente la Comisión General de Puertos, presen-tó su propio proyecto para Valparaíso y para San Antonio, adoptó con algunas modificaciones para el trazado del rom peolas, el proyecto preparado por Gerard Van M. Broeckman

Esa decisión se basó en que el diseño que el señor Broeckman propuso para los malecones emplazados en un terreno que consideró de arena muy movediza, era muy complicado y costoso.La Comisión estimó insuficien-tes los conocimientos que se tenía sobre la calidad de estos terrenos porque las rompientes marinas no habían permi-tido estudiarlos convenientemente y optó por posponer el diseño de dichos malecones hasta que, una vez termina-das las obras de defensa, se pudiera estudiar las condiciones las condiciones del terreno en la línea de emplaza-miento de dichos malecones interiores.

La licitación pública para la construcción de estas obras se abrió el 22 de julio de 1911, aceptándose para San Antonio la presentada por la Empre sa de Augusto Galtier, quien inició las obras el 5 de mayo de 1912.

Las obras incluidas en la propuesta adjudicada a Galtier fueron el Molo de Abrigo y una explanada protegi-da por un talud de enrocados El molo de abrigo era una escollera de enrocados de un largo de 1.600 metros forma-do por un tramo inicial que se internaba unos 800 metros en dirección al W seguido por otro de igual longitud que se orientaba al N.W. hasta los bordes de la quebrada submarina, dejando una entrada a la dársena abrigada de solo 500 metros de ancho. Al lado Norte de la boca quedaba la costa escarpada y enfrentada por “restingas” de piedra de la Punta de San Antonio.

Desde el inicio de estas obras, los sedimentos trans-portados en grandes cantidades desde la desembocadura del río Maipo, por la corriente costera, han modificado sus-tancialmente la línea de la playa. El primer tramo del rom-peolas no se distingue a simple vista pues los depósitos de arena cubren una extensa área desde el rompeolas por el N. hasta la desembocadura misma del Maipo por el S.

Este fenómeno de sedimentación fue aprovechado por la empresa constructora del puerto para formar una explanada. Solo fue necesario construir un prisma de enrocados y la corriente se encargó de formar la explanada con el arrastre de los sedimentos.

El Molo Sur, en su tramo marítimo (ya que el primer tramo pasó a formar parte de tierra firme),no estaba direc tamente expuesto a los temporales del N. y S.W..debido a su orientación, pero en cambio debía soportar las olas de considerable magnitud que provenían de temporales del centro del Pacifico y se desplazaban desde el E.W. Estas olas no encontraban ningún obstáculo en su recorrido hasta la costa chilena a la que llegaban con inusitada ener-gía y causaban serios daños en el parapeto del rompeolas de San Antonio y otros aun más serios al rompeolas de An-tofagasta.

La ocurrencia de estas olas nada tenía que ver con las condiciones climáticas locales, presentándose en días sin vientos y cielo despejado.

Una vez terminadas las obras de defensa (1918), se perfeccionaron los estudios del suelo marino y se cons-truyó, por administración, una línea de atraque de 100 metros de largo para faluchos y después de un quiebre hacia adentro, pero manteniendo la orientación, un frente de 300 metros con profundidad al costado de 10,5 ,referido a la media marea, la cual corresponde a unos 9,4 metros refe-rido al actual N.R,S. Posteriormente se amplió a 450 metros.

El diseño de los muros gravitacionales de este fren-te fue supeditado a la capacidad de los elementos de traba jo disponibles, lo cual restó calidad técnica a la construc-ción, lo que al parecer se reflejó en su estabilidad y posible-mente influyó en el rápido deterioro de esta por desplaza-mientos de los elementos del muro. Este deterioro por so-brecargas o movimientos sísmicos, ocasionó su destrucción total en el sismo de 1985.

(EL CONJUNTO PORTUARIO (VALPARAÍSO, QUINTERO Y SAN ANTONIO.-Alejandro Pattillo Berger.1989.Coleccion TERRA NOSTRA. INSTITUTO DE INVESTIGCIONES DEL PATRIMONIO TERRITORIAL DE CHILE.UNIVERSIDAD DE SANTIAGO.



Por Decreto de 14 de enero de 1850, se ordena la eje cución de las primeras obras públicas para habilitar en for-ma adecuada el puerto de San Antonio, entre ellas, levan-tar un plano circunstancial, señalando los terrenos en que debería establecerse la futura población, además el punto apropiado para construir un muelle, ejecutar una planta de la población distribuida en sitios, teniendo presente que el objeto principal era la construcción de bodegas de depósi-to, las cuales deberían estar situadas con acceso al muelle.

Seis años más tarde, (1856), don GREGORIO DE MIRA IÑIGUEZ,(1824-1905) solicitó autorización para cons-truir un muelle particular en PUERTO VIEJO DE SAN ANTONIO y considerando que no existía ninguno fiscal, el Presidente de la República, don Manuel Montt (1809-1880), concedió ese permiso, comisionando al Gobernador de Melipí-lla para que die se ubicación al muelle sin perjuicio del uso público

Por Decreto del Presidente don José Joaquín Pérez (1801-1889), dictado el 24 de noviembre de 1865, “visto el informe evacuado por el Jefe de Aduana de PUERTO NUEVO, (Car-tagena), de San Antonio, i considerando que la construcción de un muelle en este puerto ya mencionado es de reconocida utilidad parea el comercio general, con-cédase a don José Hurtado i Alcalde, permi-so para construirlo. Deberá instalarse en la caleta situada a cuadra i media al sur del referido PUERTO NUEVO i bajo la condición de no cobrar en ningún caso derechos más altos que los establecidos por el Fisco”.

En una nota publicada en el diario EL MERCURIO de Santiago de fecha 18 de febrero de 1960, ba jo el epígrafe de “BODEGAS EN PUERTO NUEVO” se puede leer lo siguiente:

“Una publicación centenaria revela el nacimiento de San An-tonio como puerto próspero. Fue en 1860 cuando aún se tenía la espe-ranza de que el ferrocarril de Valparaíso a Santiago, y que entonces solo llegaba hasta Quillota, podría llegar la línea (extenderla) si no hasta la costa santiaguina misma, hasta la ciudad de Melipilla. Ya desde 1790 se embarcaba en San Antonio trigo y harina de una exten-sa y rica zona.

Al norte de San Antonio, en un punto de la costa separado so-lo por un cerro, se instalaron las primeras bodegas de productos y se dio el nombre de SAN ANTONIO DE LAS BODEGAS a ese paraje semidespoblado. En 1853 se reguló su planta de 47 hectáreas y corri-endo los años, tuvo Correo, Escuela y Oficina de Aduana.

En 1860 ya había adquirido una notable importancia y ésta aumentó con la instalación de buenas bodegas en la parte nueva. Don Ignacio L Gana, rico hacendado de la región, fue como más tarde don Mauricio Mena, el propulsor del progreso. Con su firma se publicaba en el diario EL MERCURIO de Santiago durante varias semanas, a partir del día 18 de febrero, un aviso (anuncio) que llevaba como títu-lo “PUERTO NUEVO DE SAN ANTONIO” y cuyo texto era el siguiente:

“Aviso al público que desde esta fecha he tomado a mi cargo el establecimiento de las bodegas de este puerto, las cuales según el sistema que pienso observar, presentan toda clase de garantías a los depositantes. También ofrezco, para evitar los malos resultados de reunir los granos de diferentes dueños como se hacía anterior-mente, el método de guardarlos por separado, lo que no presentará ninguna dificultad, por haberse aumentado el número de bodegas con otras más espaciosas que las an-tiguas.

No obstante, estas ventajas mayores, reduzco el porcentaje de precios del bodegaje a 10 centavos por fanega de 1 Real que siempre ha costado, el cual debe entenderse por todo el tiempo que transcurre desde que se deposite la especie hasta el 31 de diciembre del mismo año, según costumbre.

Cuento además con un cómodo i seguro muelle, lanchas i los útiles necesarios para efectuar los embarques con la mayor celeridad i precaución. Pongo también en conocimiento de los armadores i capi tanes que tengo una boya de fierro bien fundada con amarras de su-ficiente mena (grueso) para buques de hasta 1.200 toneladas i cuyo derecho se avalúa en 1 onza por el tiempo que demo-re en concluir su carga o descarga”.(EL MERCURIO de SANTIAGO,18-02-1960)

Era la época próspera del trigo en el país .A las ex portaciones a California seguían las que iban hacia Austra-lia y el Perú. En 1855 habían llegado a más de 18.000 tone-ladas y en 1860 alcanzaban a 21.690.

Mediante Decreto Supremo de 17 de Noviembre de 1872,se concedió a la SOCIEDAD DE LAS BODEGAS la ex plotación de un FERROCARRIL DE SANGRE, que circularía entre SAN ANTONIO-LLOLLEO-SAN ANTONIO, con termi-nales en la boca del río Maipo y en la plaza de San Antonio, ferrocarril cuyas oficinas estaban ubicadas en la playa del mar y cuya instalación y usufructuo correspondería poste-riormente al BANCO MOBILIARIO.

El desarrollo de los trabajos de construcción de la línea férrea del futuro tren de Melipilla a San Antonio hizo necesario retirar ese servicio según consta en el siguiente documento de la época :

El desarrollo de los trabajos del ferro-carril de Melipilla a San Antonio, hace necesario retirar inmediata-mente ese ferrocarril, razón por la cual ruego a Usted, se sirva solicitar del Sr. Ministro de Hacienda, dicte un Decreto que ponga término a esa concesión y ordene además al referido Banco retirar los mate-riales de esa obra dentro del plazo de diez días a fin de no paralizar los trabajos ya contratados del expresado ferrocarril” Dios guarde a V.S. Enrique Doll.-Santiago,14 de Mayo de 1910”.

En 1873, en pleno gobierno de don FEDERICO ERRÁZURIZ ZAÑARTU (1825-1877), un grupo de acaudalados hombres de negocios constituyó la institución llamada “SOCIEDAD DE LAS BODEGAS”, destinada a trabajar en la com pra y venta de cereales a pesar de las condiciones deficien-tes para efectuar los “carguíos” que por entonces se tenían en SAN ANTONIO. Fue necesario construir pequeños mue-lles para mejorar esas condiciones. En esa época el traba-jador debía introducirse al mar soportando el peso de la carga sobre sus hombros, para descargarla en un lanchón que los esperaba en la playa y un remolcador la transpor-taba hasta el buque.

Los accionistas que comparecieron ante el Notario Ramón E. Rengifo el día 2 de enero de 1873 en la ciudad de Melipilla fueron los siguientes: MANUEL EGIDIO BA-LLESTEROS (1844-1914); JOSÉ VICENTE BALMACEDA (1845-1920); PEDRO JOSÉ BARROS ; LAURO BARROS VAL-DÉS (1838-1894); EMILIO CONCHA Y TORO; JOAQUÍN DÍAZ BESOAIN; RAMÓN EYZAGUIRRE ; DONATO MOREL; ENRIQUE DEL PUTRÓN; MARGEL SALAS Y FRANCISCO SUBERCASEAUX (1894-1989).

Esta Sociedad se estableció con el objetivo de explotar el establecimiento de bodegas en el PUERTO VIEJO DE SAN ANTONIO. Los estatutos fueron a-probados por Decreto de 13 de marzo de 1873 con la firma del Presidente de la República Federico Errázuriz Zañartu y del Ministro de Hacienda Ramón Barros Luco (1835-1919). Se les autorizó la construcción de un muelle y además se les concedió un terreno con una superficie de 800 metros cuadrados para la construcción de bodegas apro-piadas a las cargas que debían movilizar.

Durante la visita del Intendente de Santiago, don Benjamín Vicuña Mackenna a San Antonio, el 16 de abril de 1874, los vecinos reunidos en asamblea extraordinaria solicitaron a la ilustre visita, que designara los terrenos pa-ra la futura población, conforme al plano levantado en 1846 Ensanchar las angostas y “tortuosas” calles existentes y abrir nuevas vías que permitieran erradicar del centro del pueblo el tránsito de carretas y mulas, especialmente en épocas en que es visitado por turistas. Además denominar las calles con nom-bres de personalidades como Gregorio de Mira Iñiguez, propietario de los edificios y bodegas del borde costero.

También se solicitaba la construcción de una escuela. Inmediatamente los vecinos encabezados por don GREGORIO DE MIRA IÑIGUEZ (1820-1905); don JOSÉ HURTADO I ALCALDE y DON LORENZO ÁLVAREZ, además de una suscripción realizada por el señor Inendente a nom bre de los señores ENRIQUE COOD ROSS (1826-1888); JOSÉ VICENTE BALMACEDA; JULIO LECA ROS VALDÉS (1837-1889); CLAUDIO VICUÑA GUERRERO (1833 -1907), se inscribieron con donaciones en dinero para financiar la obra. Muchos artesanos y obreros se inscribieron con “una semana de trabajos gratis”.

Ese mismo día el Intendente emitió el Decreto Su-premo relativo a lo solicitado. Los Ingenieros Vicente So-tomayor y Belisario Díaz, trazarían la línea de las avenidas acordadas y de la terraza a orillas de la costa y que se lla-maría MIRAMAR, en homenaje al benefactor y eminente hombre público Gregorio de Mira Iñiguez.

El plano confeccionado llevaría demarcadas las ca-lles, su ubicación y los nombres de cada una de ellas, a sa-ber: Avenida Enriqueta; Avenida Virginia; Avenida Elvira; Calle de Cood; Plaza de Concha; Calle Lavezzoli, etc. Los nombres rendían un merecido homenaje a personalidades como el Diputado Enrique Cood ;Melchor de Santiago Con cha y Cerda (1799-1883); Gregorio de Mira Iñiguez.

Las otras denominaciones eran un cariñoso recuer-do para gente caritativa que vivían o trabajaban en la zona, como es el caso de las tres hermanas (Virginia, Elvira y Enriqueta) que eran muy queridas y respetadas por la intensa labor social que realizaban y don Andrés de La vezzoli ,cura párroco de la diócesis de San Antonio.

El 12 de mayo de 1874, el Presidente Federico Errá-zuriz Zañartu y el Ministro de Hacienda, Ramón Barros Luco, autorizaron la construcción de un muelle en el PUERTO VIEJO DE SAN ANTONIO, muelle particular de la SOCIEDAD DE LAS BODEGAS. El embarque y desembarque de pasajeros sería li-bre, no pagarían derecho alguno las mer-cancías de particulares, sólo deberían satisfacer un centavo y medio por cada cien kilos de peso y la misma cantidad por cada cien litros de líquidos. En los pescantes del muelle podrían colocarse los botes de resguardo y de la Subdelega-ción Marítima, sin retribución alguna.

A partir de ese momento, el Señor Intendente inició una campaña parlamentaria y periodística en pro de la ejecución de las obras portuarias que demandaba San Antonio. El movimiento marítimo en constante aumento hacía indispensable resolver este problema.

Durante el año 1885, el puerto movilizó mil (1.000) toneladas de cebada inglesa; 2.309 de trigo y 771 de cebada corriente. En informe elevado al Ministerio de Industria y Obras Públicas el 26 de abril de 1900,el Consultor Técnico de la Empresa de los Ferrocarriles, don Omer Huett habla de una “urgencia excepcional” para una vía de transporte de Santiago a San Antonio, para facilitar la salida de los cereales y minerales hasta los puertos ex tranjeros. Hizo notar la conveniencia para la capital de contar con un puerto a una distancia de 109 kilómetros.

El ingeniero don ENRIQUE VERGARA MONTT, nombrado jefe de la Comisión que realizaba los estudios para la prosecución del ferrocarril hasta San Antonio que ya fun-cionaba normalmente en los 59 kilómetros que corrían des de la capital hasta Melipilla, defendió con justificados argu mentos la necesidad de dar término a esta línea férrea y la inmediata consecuencia de establecer un puerto moderno en este punto.

En sesión de la Cámara de Diputados celebrada el 17 de agosto de 1901, se trató por vez primera el problema de abordar el estudio serio, de habilitar el puerto de San Anto-nio como la futura comunicación marítima de la Provincia de Santiago con el exterior y el resto del país. El Diputado don Ramón Serrano Montaner, hermano del héroe de la Esmeralda y hombre amante de su terruño, tiene el honor de haber planteado esta necesidad de la zona central del país.

El 15 de diciembre de 1903, se leyó en el Senado,un Mensaje del Presidente Germán Riesco Errázuriz (1854-1916) presentado por su Ministro de Obras Públicas, don Francisco Rivas Vicuña en que se pedía el despacho de la Ley de Expropiaciones de terrenos por los cuales debería correr la línea férrea de Melipilla a San Antonio. El proyecto fue aprobado el 16 de diciembre de ese año, por 16 votos a favor y 1 en contra.

El camino quedaba expedito para que el ferrocarril prestase sus valiosos servicios al futuro puerto de SAN ANTONIO.

miércoles, 4 de noviembre de 2020

De Promaucaes a Puerto Nuevo

12.- FAMILIAS FUNDADORAS.


En “EL PUERTO DE SAN ANTONIO NOTICIA HISTÓRICA”, el notable historiador JUAN MUJICA DE LA FUENTE,(1905-1998) escribe: “En interesante documento que tenemos a nuestra vista del año 1770, vemos que ya en esa fecha, junto a la ca-leta donde se desarrollaba la industria de la pesca, habitaban en la localidad 26 familias fundadoras que habían levantado sus casas, ranchos y bodegas para el trabajo que ejecutaban en bien de la sociedad.

Las familias allí instaladas aparecen encabezadas por las siguientes personas: Bartolo Álvarez; Narciso Álvarez; Domingo Alvear; José Antonio Ascual; Silvestre Bermúdez; Agustín Candia; Guillermo Cañol; Cayetano Gaete; Fabián Gamboa (Teniente de Corregidor); Juan de Dos Gamboa; Martín Gamboa; Andrés Gómez; María Gómez, Julián Hernández; Miguel Hinojosa; Mateo Muga Pascual Muga; Cruz Naguelante; José Rodríguez Cañol; Gerardo Rojas; José Rojas; Juan Romero; Rafael Salazar; Juan Valenzuela; Tomás Vargas; y Lorenzo Vélez.

Todos estos primeros pobladores prestaban también, cuando la ocasión lo permitía, sus servicios para la defensa de la costa contra las naves corsarias que apare-cían de vez en cuando. Igualmente aquellos vecinos prestaban auxilio a las naves que recalaban en la bahía para “hacer agua” y buscar aprovisionamiento de alimentos nutritivos”.(Juan Mujica de la Fuente)

Así aconteció el 5 de diciembre de 1778, cuando ayudaron a abastecerse al navío “El Tránsito”, que venía de España.

“En marzo de 1790, ante la posibilidad que la guerra en con-tra de Inglaterra llegue hasta las costas de Chile, transforma al Gobernador y Capitán General Ambrosio O’Higgins (1720-1801), en un verdadero “gobernante en terreno”. Por meses estará en Valparaíso, inspeccionando sus defensas primero y vigilando después las obras de reparación de los castillos y los emplazamientos de la artillería. Recorre toda la costa central aquilatando la posibilidad de desem-barco en las ensenadas de Lagunillas, Quintay, Cartagena y San An-tonio hasta la desembocadura del río Maipo, lugares donde dejaría establecido un servicio de vigilancia para evitar las sorpresas marí-timas”.(Don Ambrosio O’Higgins.- Ariel Peralta)

En los primeros años de la Independencia fue habi-litado como Puerto Menor. El Diputado por Melipilla, Ber-nardo José de Toro, presentó al Congreso de 1844 un Pro-yecto de Ley para que se declarasen de “utilidad pública los terrenos necesarios con el fin de formar una ordenada población”. San Antonio había sido declarado como puerto menor junto a Papudo. Este proyecto obtuvo un in-forme favorable de la Comisión de Hacienda de la Cámara de Diputados y sirvió años después de base a la Ley de 21 de noviembre de 1846, la cual disponías que se levantasen poblaciones en todos los puertos habilitados, declarando de utilidad pública los terrenos necesarios para este objeto.

La primera demarcación territorial fue señalada por el Decreto Supremo del Presidente Manuel Bulnes Prieto (1799-1866), el 8 de febrero de 1848. El artículo sexto dice. “Las poblaciones de San Antonio, Nueva y Vieja, tendrán por límites: al Oriente, tres cuartos de legua medidos desde el mar; por el Sur, el río Maipo y por el Norte, el Estero que sale a la playa chica de Cartagena”

Un Decreto Supremo de 29 de noviembre de 1853, con la firma del Presidente Manuel Montt Torres (1809-1880) y del Ministro de Interior y Relaciones Exteriores Antonio Varas de la Barra (1817-1886) validaba una situación jurídica para los habitantes del puerto.

Otro importante documento histórico dice lo siguiente:

“Conforme a lo dispuesto en la Ley de 21 de noviembre de 1846 ,he venido en acordar y Decreto: Establézcase una población en el Puerto de SAN ANTONIO DE LAS BODEGAS y se declaran de utilidad pública treinta cuadras en el terreno situado a orillas del mar, comprendido entre la Quebrada del Agua (Huallipen o ¿Guallipén?) al norte y la zanja que recorre al lado sur de las bodegas de don Fernando Luco. Se aprueba el plano levantado por don Vicente Larraín Espinoza y conforme a él se procederá a trazar la población en el terreno que rodea a la playa y demarcando en él un sitio para la plaza, la iglesia, la aduana, el muelle, la cárcel y demás edificios públicos.

El Ingeniero Lemuhot procederá a tasar los terrenos en unión de peritos que los dueños de ellos nombrarán por su parte. Demarcada la población, se abonará por la Tesorería General de la República el valor de los sitios des tinados a edificios públicos según tasación. El resto se venderá precio de tasación a los interesados que quieran establecerse allí con la obligación de cerrarlos en el término de seis meses y edificarlos en el de dos años, bajo las penas establecidas por el artículo 4° de la Ley de noviembre de 1846 y la obligación de venderlos por el precio de tasación por el que los hubieren comprado. Los sitios que no se hubieren elegido para la construcción de edificios públicos serán vendidos por los dueños del fundo a precio de tasación, debiendo ser preferidos los que hubieren edificado ya en ellos. Si en el término de seis meses no han hecho la venta, el Gobernador de Melipilla hará se depositen en la oficina fiscal del departamento para entregar los a los dueños cuando lo reclamen.”

En el libro “JEOGRAFÍA DESCRIPTIVA DE LA REPÚBLICA DE CHILE”, (1897), de Enrique Espinoza (1848-1899) podemos informarnos que la PROVINCIA DE SANTIAGO había sido creada por Ley de 30 de agosto de 1826. Se dividía en 3 DEPARTAMENTOS: SANTIAGO, VICTORIA Y MELIPILLA. Solo poseía el puerto habilitado de SAN ANTONIO DE LAS BODEGAS que dependía de la Aduana de Valparaíso.

“La costa de las provincia de Santiago se extiende desde la desembocadura del Estero del Rosario hasta la desembocadura del río Rapel. Desde la punta de Talca, que está inmediatamente antes de la desembocadura del estero del Rosario, sigue al Sur la playa de Chépica de 1,5 millas de longitud, que comprende el pequeño rincón del Tabo.

La playa de Chépica está limitada al S. por la punta de Tres Cruces, donde se abre inmediatamente la rada de Cartagena, que mide 2,7 millas de boca por 1,2 de saco, del todo desabrigada. Su costa, que es limpia y de arena, se denomina Playa de Cartagena, en cuyo extremo S. se halla el PUERTO NUEVO DE SAN ANTONIO.

El PUERTO VIEJO DE SAN ANTONIO se encuentra poco más al S. Ambos puertos están separados por un frontón de tierra que se interna en el mar. Este frontón presenta dos eminencias bien notables: la del N. alcanza 136 metros de altura, y la del S. que se denomina CENTINELA, se eleva a 152 metros.

A 2,5 millas al S. de Puerto Viejo desemboca el río Maipo. La playa que media entre estos dos puntos, se denomina de Llolleo, nombre que toma también un pequeño estero que en ella se abre paso hacia el mar.

El tramo de costas comprendido entre la desembocadura del río Maipo y la punta Toro al S. que tiene una extensión como de 12 millas, se denomina de SANTO DOMINGO. Esta playa es arenosa y no presenta desembarcadero alguno.

Inmediatamente al E. de Punta de Toro, se encuentra la marisma de Bucalemo, que explotan sus vecinos, ex trayendo una gruesa cantidad de kilógramos de sal prieta.

Entre la Punta Toro y la desembocadura del río Rapel, la playa está respaldada por cerros que se alzan hasta 73 m. y que se denominan Altos de Rapel. Frente a estos altos se encuentran los Bajos del Rapel, que se componen de tres grupos de rocas que se extienden como a dos millas de lo costa.

El Rapel desemboca en el mar por los 33°,55°,16” lat. S. y 71° 51° 372 long. O.

DEPARTAMENTO DE MELIPILLA.

Al N. del Departamento de Casablanca, que está separado por el estero del Rosa-rio y la cuesta de Zapata, y el de Limache que está separado por el cordón de cerros de las cuestas de Marga-Marga, Lliu-Lliu, cerro de la Chapa, cuesta de La Dormida y cerro de La Viscacha ;al E. los Departamentos de Santiago y Victoria, dividido del prime ro por la cuesta de Lo Prado y del segundo por los cerros de Lo Espejo y el rio Mapocho y además por los Departamentos de Maipo y Rancagua; al S. el Departamento de Cachapoal y el río Rapel hasta su desembocadura; y al O. el Océano Pacífico.

Extensión: 6.752 km.2.

Población: 57.856 habitantes.

Subdelegaciones (19):

1ª, Melipilla; 2ª, El Monte; 3ª, María Pinto; 4ª, Curacaví; 5ª, lepe; 6ª, Cartagena; 7ª, San Antonio; 8ª, Cuncumén; 9ª, Matadero; 10ª, Chocalán; 11ª, Codigua; 12ª, San Pedro; 13ª , Loica; 14ª, Santo Domingo; 15ª Bucalemu; 16ª, Quilamuta; 17ª, Carén; 18ª,Alhué, y 19ª, El Asiento.

Municipalidades (7):

Melipilla, San Francisco del Monte; Curacaví; San Antonio; Chocalán; Loica y Alhué.

La comuna de SAN ANTONIO contaba con tres sub- delegaciones: Cartagena; San Antonio, y Cuncumén, con una población de 9.115 habitantes.

Tenía la Parroquia de Cartagena (1823) y la vice-parroquia de San Antonio.

SAN ANTONIO, PUERTO VIEJO, (648 habs).

Puerto con bahía de ancho frente, pero con fondeadero reduci do y expuesto a los vientos del sur, hacia cuyo lado se ha formado un banco de las arenas que arrastra en su desembocadura el río Maipo, que se vacía a 3 millas al S. de la población. La población se halla al NE del puerto y a la entrada de un angosto valle, siguiendo las sinuo-sidades del terreno. Abunda en víveres y el agua se obtiene haciendo cacimbas cerca de la playa. San Antonio dista 57 km. Al O de Melipilla y 7 de Cartagena y está a los 37°37” de latitud Sur.

Doblando un frontón de costa hacia el norte de una extensión de 5 km, se encuentra SAN ANTONIO DE LAS BODEGAS O

PUERTO NUEVO DE SAN ANTONIO, cuya pequeña población (117 hab.) se presenta en las inflexiones del terreno de la costa al sur de la bahía. Dista 2 km de Cartagena.

CARTAGENA (423 hab.), en el rincón NE de San Antonio de las Bodegas, a 2 km de distancia; tiene más de 200 casas y otras habitaciones que se arriendan en la temporada de baños de mar. Está a 50 km de Melipilla.



ALDEAS:

ABARCA (340 hab), de aspecto, pintoresco, fundada en una hondonada de verdosos cerros que la rodean por los 4 vientos, el de las Pataguas al N, el de Los Quillayes al E, el cordón de Las Malvillas al S, y los cerros del Peral al O. Su clima es suave y su suelo fértil. Está a 10 km al E. de San Antonio, Puerto Nuevo.

CUNCUMÉN,(1.197 hab.),en la margen norte del rio Maipo, al O de Melipilla.

El camino público parte de Santiago, entra al Departamento por San Francisco del Monte, llega a la ciudad de Melipilla para se-guir al O hasta los PUERTOS NUEVO y VIEJO de SAN ANTO-NIO.

FUNDOS RÚSTICOS AVALUADOS DESDE $ 50.OOO.

San Juan 8ª. $ 51.000 Manuel Augueraud.

Al Asilo 8ª. $ 50.000 José Miguel Ugalde.(T)

San Diego 8ª. $ 309.850. Rafael Balmaceda.

Puangue 8ª. $ 56.500. Matilde Lecaros de Hurtado

Puangue 8ª. $ 140.000 Florencio Hurtado.

Puangue. 8ª. $ 120.000 Ramón Larraín.

Puangue 8ª. $ 218.500. Miguel Barros.

Leyda 8ª $ 80.000 Ceciliano Álvarez.

(“JEOGRAFÍA DESCRIPTIVA DE LA REPÚBLICA DE CHILE” . Enrique Espinoza.-1897).

En el texto “GEOGRAFÍA NÁUTICA DE CHILE”, del autor Francisco Vidal Gormaz (1837-1907) podemos leer que: “San Antonio empezó a ser frecuentado como punto de embar-que en 1790; progresó en su origen, pero no ha avanzado y es de te-mer que su desarrollo continúe lento, no obstante su creciente comer-cio y la gran exportación de cereales que se hace por el puerto.

CABEZO DE SAN ANTONIO. El frontón de tierra que separa a San Antonio de Puerto Nuevo ofrece dos eminencias bien notables: la de más al S, llamada CENTINELA, se eleva a 152 metros y proyecta la tierra que más se avanza al occidente, terminando en Punta Panul, de 50 metros de altura. Desde esta Punta demora la del Toro al S, y la de Talca.

La eminencia de más al N, alcanza a 136 metros de altitud, notable por hallarse coronada con tres molinos de viento en forma de torres, construcciones que sirven de señal para el reconocimiento del PUERTO DE LAS BODEGAS o PUERTO NUEVO a 13 millas al E de San Antonio, se elevan cerros de 1.000 metros de altitud.

SAN ANTONIO DE LAS BODEGAS. Doblando la Punta Vera extremo NO del frontón antes descrito, se entra al surgidero de LAS BODEGAS o PUERTO NUEVO DE SAN ANTONIO, del todo expuesto a los vientos del cuarto cuadrante y muy poco abrigado contra la mar del tercero. El surgidero es de moderado fondo y de buen tenedero, debiendo fondear en 16 a 24 metros de arena. El puerto es capaz y puede dar cabida a numerosos buques en la estación del verano; pero debe abandonarse en el invierno o tan pronto como lo anuncien los vientos del N al O.

NOTICIAS Y DATOS. Existen dos desembarcaderos para botes, mientras soplen vientos normales del SO, y un muelle para el carguío, que se utiliza cuando la mar lo permite, pues casi todo el año se expe-rimenta una fuerte resaca que bate la playa. En el rincón SE de la en-senada se hallan algunas casas que forman la aldea de CARTAGE-NA. La población del puerto y las bodegas se encuentran entre las inflexiones de la costa S.

Los víveres son escasos en las BODEGAS, pero se pueden obtener en PUERTO VIEJO, de donde se traen en botes o por tierra. La aguada también es escasa.

El puerto se halla en comunicación diaria con la ciudad de Melipilla, de 4.500 almas y capital del Departamento de su nombre, de la Provincia de Santiago. La ciudad se halla ubicada como a 3,5 km. de la ribera N del río Maipo y a 42 km. al E del puerto de San Antonio.

Los vapores del cabotaje tocan de cuando en cuando en SAN ANTONIO DE LAS BODEGAS.”-

(GEOGRAFÍA NAUTICA DE CHILE.-FRANCISCO VIDAL GORMAZ, 1876).

viernes, 2 de octubre de 2020

De Promaucaes a Puerto Nuevo

11.- LA FAMILIA LISPERGUER GALLARDO. 

 

En enero de 1637 la segunda dueña de las tierras co-nocidas como SAN ANTONIO DE LAS BODEGAS, doña MARÍA NÚÑEZ DE SILVA, hija de Antonio Núñez de Fonseca, que-dose viuda y dos años después (1639) celebró segundas nupcias con el Licenciado PEDRO VENEGAS DE SOTOMA-YOR, alto magistrado que llegaría a ocupar el cargo de Oí-dor de la Real Audiencia (República de Santo Domingo), la más antigua del mundo americano.

En fecha aproximada al año 1641, las tierras de esta Estancia pasaron a poder de don DIEGO SÁNCHEZ DE ALA-ISA. En fecha no confirmada las adquirió el Capitán JUAN DE CARTAGENA, biznieto del Conquistador Luis de Carta-gena, oriundo de Granada y que había salido desde el Cuz-co acompañando a Pedro de Valdivia en 1540. El 7 de mar-zo de 1541 el Ca-bildo de la recién fundada ciudad de San-tiago, le confirió los cargos de Escribano y Secretario del Cabildo. El referido capitán dejó descendencia varonil, quienes die ron su propio apellido por nombre a la comuna y balneario que hoy conocemos: CARTAGENA.

Años más tarde, en 1692, aparece como dueño de la ESTANCIA DE SAN ANTONIO, el capitán JUAN GALLARDO Y LISPERGUER, quien había entrado a suceder a su padre el sargento Mayor Diego Fernández Gallardo y Escobar en el usufructúo de una encomienda de indios junto a la boca del río Maule y por sus derechos maternos en las tierras que habían recaído en su madre doña INÉS LISPERGUER Y ANDÍA YRARRÁZABAL, ubicada en la parte interior de la costa cerca del puerto de San Antonio.

El primitivo dueño de estos terrenos había sido el noble cacique BARTOLOMÉ DE TALAGANTE quien las dejó en herencia a su hija ELVIRA,la cual fue madre de ÁGUEDA FLORES, propietaria de la gran Estancia San Nicolás de la Mar y de una modesta caleta de pescadores existente en ese lugar y heredadas por su nieto JUAN RODOLFO LISPER GUER, quien poseía una fuerte personalidad y un enorme poder económico, posterior sucesor de su madre en estas tierras, quien se casó con FLORENCIA DE SOLÓRZANO Y VELASCO. De esa unión nació el futuro General JUAN RO-DOLFO DE LISPERGUER Y SOLORZANO VELASCO, dueño de las Estancias de Peñaflor, Talagante y SAN ANTONIO DE LA COSTA.

Don Juan Rodolfo contrajo matrimonio con Loren-za de Andía Yrarrázabal y Aguilera y tuvieron como hija a INÉS LISPERGUER Y ANDÍA YRARRAZABAL, que contrajo matrimonio con Diego Gallardo y Escobar. Doña Inés he-redó en las últimas décadas del siglo XVII la misma ESTAN CIA DE SAN ANTONIO DE LA COSTA.

De la unión de Juan Gallardo e Inés Lisperguer, na-ció JUAN GALLARDO LISPERGUER, que a su vez, heredó las tierras aledañas a la caleta de San Antonio. Éste fue casado con la noble dama criolla Juana Hidalgo y Barrera.

En 1753 aparece como dueño de la “HACIENDA SAN ANTONIO DE LA COSTA”, Francisco Javier Cisternas y Ga-llardo (hijo del capitán Ramón Javier Cisternas Juica y de Josefina Gallardo Hidalgo),-me nor de edad en cuyo nom-bre se promovió un pleito contra los pescadores estableci-dos en una caleta en la boca del río Maipo y en la caleta de San Antonio, ya que según Francisco Javier el trabajo de los pescadores perjudicaba los intereses de los dueños de la Estancia. El dueño de ésta fue denunciado por la quema de redes y la prohibición para entrar a realizar sus faenas pes-queras.

En los años setenta figura como propietario Diego Gallardo Hidalgo,(tío de Francisco Javier Cisternas Gallar do) casado con Ignacia de Vargas y Gamboa.

A Diego Gallardo le sucede como heredera su hija Jacinta Gallardo Vargas. A fines del siglo XVIII, esta dama poseía frente a la caleta de pescadores, una gran casona y se encontraba casada con Esteban Carrillo Albornoz, con el cual tuvo una hija,(María),mujer de Juan Manuel de Santa Cruz y Aldunate. La dueña de las tierras, ya viuda del señor Carrillo de Albornoz, contrae nuevo matrimonio, en 1788, con José María de la Fuente y Díaz Montero, quien era pri-mo-hermano del célebre Jesuíta, Padre Manuel Lacunza (1731-1801). Era hijo de Matías Nicolás de la Fuente y Díaz y María del Carmen Díaz Montero y Durán de Salcedo.

Los Fuentes y Gallardo que fueron 5, (Ramón, Juan, José, Manuel y María Mercedes) heredaron de su madre parte de estos valiosos terrenos de la “ESTANCIA DE SAN ANTONIO DE LA MAR”.

El 11 de marzo de 1793, la poseedora de estas perte-nencias, autoriza a su marido, José María de la Fuente y Díaz a vender sus propiedades ante el Escribano Público Pedro Pablo Videla. Esta Estancia llamada “SAN ANTONIO DE LA MAR” o “SANTA ROSA DE LA MAR”, situada en terre nos conocidos hoy como LO GALLARDO y LLOLLEO, serí-an vendidos a la CONGREGACIÓN DE LAS MONJAS ROSAS

Así finalizó el dominio de la familia Lisperguer Ga-llardo en la zona, la que alcanzó a perdurar por casi 2 si-glos.

LA HACIENDA “SAN ANTONIO DEL MAR”.también llamada “SANTA ROSA DE LA MAR”, estaba situada en te-rrenos pertenecientes a la jurisdicción de la Villa de San José de Logroño (MELIPILLA),y se extendía desde Melipilla hasta la costa de San Antonio, deslindando por el Norte con la Hacienda de Cartagena, al Sur con la Estancia de San Juan y el río Maipo; por el Oriente con la Estancia de Santiago Fuenzalida y de María del Carmen Gallardo y por el Poniente, con las playas del mar Pacífico, “y comprende todo el ganado y pertrechos que en ella hubiere al tiempo de la entrega con todas sus tierras”

Como dice el documento oficial, todo esto comprende la “HACIENDA DE SAN ANTONIO DEL MAR” o “SANTA ROSA DE LA MAR”, que se entrega en representación del Monasterio de Santa Rosa, a la Ma-dre Superiora, Sor María Mercedes de Santa Rosa, para dicho su Monaste-rio”.

Durante el gobierno de Manuel Bulnes Prieto (1828-1903), se decretó en 1846, la expropiación de los terrenos del Monasterio, por la suma de $ 28.258,90, que corres-pondían a 100 hectáreas y media. En 1850, donaron algu-nos terrenos de su propiedad para la construcción de es-cuelas, cárceles y mataderos.

El resto de las propiedades que se reservaron las monjas, procedieron a venderlos, y una de ellas la corres-pondiente a una parte de la HACIENDA DE LLOLLEO”, ad-quirida por VICENTE RUIZ TAGLE el 8 de abril de 1876, en la cantidad de $ 130.000. A principios del siglo XX, las transfirió a VICENTE GARCÍA HUIDOBRO.

En 1885, las monjas proceden a vender otros terre-nos del fundo Llolleo a los señores Alejandro Vial, Carlos Walker Martínez, Juan Arlegui Rodríguez y Antonio Su-bercaseaux, por el precio de nueve mil pesos ($ 9.000), pagaderos en el plazo de 10 años. El precio fue pagado se-gún consta en escritura pública de fecha 19 de abril de 1900, otorgada por la Superiora de dicha Orden Religiosa, y por el síndico, ante el Notario Mariano Melo E.

Poe escritura pública de 14 de julio de 1894 y ante el mismo Notario Sr. Melo, los señores Vial, Walker y demás comuneros, vendieron a Adolfo Ortúzar Bulnes estos mis-mos terrenos con excepción de aquellos que ya habían ena-jenado.

El señor Ortúzar vendió el 28 de noviembre de 1899 los terrenos que no se habían enajenado aún, a los señores Carlos Walker Martínez, Alejandro Vial y Javier Arlegui por la suma de $ 9.000, pagados al contado, pero como esas propiedades se encontraban embargadas, debieron ser devueltas a Alberto Yungue,las que procedió a venderlas luego a Carlos Ducaud, el día 22 de julio de 1907.

El día 10 de agosto de 1908, el señor Ducaud, proce-dió, a su vez, a venderlos a Jermán Yungue por la suma de $195.000 al contado.

El 9 de febrero de 1909, el mencionado señor Yun-gue transfirió esta propiedad a Juan Vicuña Guerrero. El precio acordado fue de $ 430.000 quedando hipotecada la propiedad para responder al pago del precio convenido.

El 28 de junio del mismo año, se acordó dejar sin efecto la venta y el dueño recuperó y vendió ese mismo día los terrenos a la señora Rosa Pezoa en $ 384.000 , pagaderos, parte al contado y parte a plazo. Doña Rosa vendió el 23 de febrero de 1910 a Pedro Ferrer, tres lotes de terreno en la cantidad de $ 503.000. El 18 de mayo del mismo año, la señora Pezoa recuperó sus tierras por incumplimiento en el pago por parte del señor Ferrer.

Esta larga y tediosa historia de ventas y reventas de las tierras del fundo LLOLLEO, prosiguió, agregándose nuevos nombres de propietarios a esta extensa lista.

Don Germán Yungue y doña Rosa Pezoa, resuelven por escritura pública de 9 de septiembre de 1910, la com-praventa de los terrenos ubicados en el puerto de San An-tonio, porque doña Rosa debía ausentarse del país y no po-dría cumplir con el contrato adquirido. Dichos suelos co-rrespondían a los transados por escritura pública de 28 de junio de 1909, ya mencionados.

Por escritura pública de 9 de septiembre de 1910 y ante el Notario Abrahán del Río, el señor Yungue vendió a José Luis Riesco los terrenos que había adquirido de doña Rosa. El precio de venta fue de $ 315.000, pagadero en los plazos que dicha escritura estipula.

El 27 de noviembre de 1899, Nicanor Plaza vendió a José Segundo Plaza diversos predios ubicados en el puerto de San Antonio por el precio de $ 5.000. Nicanor Plaza ha-bía adquirido estos terrenos a Adolfo Ortúzar en $ 3.960, según consta en escritura pública de compraventa otorgada en San Antonio, ante el Notario público Mariano Melo E. el 12 de julio 1896.

Por Decreto Supremo de Gobierno de fecha 11 de ma yo de 1911,el gobierno procede a expropiar a José Segundo Plaza un terreno con los siguientes deslindes: “Norte, y Oriente, con las dunas existentes en el lugar; Sur,con Avda.Enriqueta; al Poniente, con la playa del mar”. Este sitio fue expropiado para construir el edificio de la Aduana del puerto, según plano oficial del Supremo Gobierno. La superficie del terreno es de 7.730 metros cuadrados.

Por el mismo Decreto Supremo, se ordena a la Teso-rería Fiscal de Melipilla,”pagar a José Según- doPlaza ,la cantidad de $ 127.180 y a los señores José Luis Riesco y Jermán Yungue, como sucesores de Pedro Ferrer la can-tidad de $ 67.000 como indemnización por el valor que corresponde a los lotes de terreno que les fueron expro-piados a los señores Plaza y Ferrer. En total fueron

6.359 metros cuadrados”.

Don JOSÉ FRANCISCO FABRES, abogado y propie-tario de la “HACIENDA LAS MALVILLAS” ,fue depositario de $ 52.000 a repartir entre José Segundo Plaza y José Luis Riesco.

Según Decreto Supremo de 3 de mayo de 1916, se or denó pagar a los señores Francisco Javier y Esperidión Ve-ra, la suma de $65.000 por terrenos expropiados para la construcción del puerto de San Antonio.

También se ordena pagar al señor cura párroco de San Antonio, Ramón Negrete, la suma de $45.000 por la expropiación de terrenos, propiedad de la Parroquia.

A Vicente García Huidobro se le agradece la cesión del fundo Llolleo desde la cantera hasta Cartagena, para la construcción de la línea férrea hasta ese balneario.

Además se pagó por terrenos expropiados a las religiosas de la Congregación del Purísimo Co-razón de María, que estaban a nombre de la seño-ra Elvira Grillou.

Estos son algunos de los terrenos expropiados para la construcción del que sería bullente e importante PUERTO DE SAN ANTONIO.

miércoles, 2 de septiembre de 2020

De Promaucaes a Puerto Nuevo

10.- LORENZO NÚÑEZ SILVA DE FONSECA


Al morir Jerónimo de Molina, sus herederos vendieron todas las propiedades a LORENZO NUÑEZ DE SILVA DE FONSECA, personaje cuya parentela estaba muy en-troncada en la sociedad de aquel tiempo. Su padre, Anto-nio Núñez de Fonseca, tenía bodegas, casas y chozas en Valparaíso, además de buques y astillero propios en Con-cón.

Antonio Núñez testó el 28 de abril de 1596 y Loren-zo Núñez de Silva y sus demás hermanos heredaron las propiedades sitas en el camino costero, lo que les asegura-ba un muy buen precio a los productos de sus campos.

De esta forma, Lorenzo tenía asegurado el sistema para un negocio muy productivo. También su cuñado, Pe-dro de Recalde Arrandolaza tenía propiedades en el “cami-no de los costinos”. Ambos eran dueños de las haciendas de Lagunillas y de Rosario, en el camino hacia Valparaíso y un poco más al sur Recalde obtuvo una concesión de 2.000 cuadras en Longovilo y Lorenzo Núñez se consi-guió, otra con el Gobernador Alonso de García Ramón ((1532-1610)-en el año 1608 en Loica. Antes, en 1606, había obtenido otra extensión de 4.000 cuadras en Pucalán.

Así, entre Núñez de Silva y Recalde, eran propieta-rios de todo el litoral desde Concón hasta Bucalemu (VI Región).En Concón tenía barcos para efectuar fletes a Lima (Perú).

La familia de doña Marta Verdugo juntó 21 titulos con 22.500 cuadras en Rapel, Topocalma, Pucalán, Vichu-quén, Naltagua,Ligüelmo y parte de Chimbarongo.

El capitán LORENZO DE NÚÑEZ DE SILVA FONSECA tuvo destacada actuación en las guerras de Arauco y en pre mio a sus servicios, fue agraciado con mercedes de tierra por el Gobernador Alonso García de Ramón (1552-1610) en los años 1608 y 1610, por el Gobernador Alonso de Ribera (1560-1617), en los años 1614 y 1615, y por el Gobernador Luis Fernández de Córdova (1539-1644), en 1627. Así, obtu vo 5 mercedes de tierra y compró otras 10, juntando en sus manos 14.000 cuadras, que comprendían todas las tierras de Rapel, Topocalma, Pucalán, Pailemu y Coyapiu-quén.

Lorenzo Núñez de Silva solicitó el 13 de septiembre de 1613, un alza del precio de la arroba de pescado fresco “atendiendo a los muchos gastos y costos que hay en pes-car en el mar y la falta de indios y caballos”

Solo a partir de 1681 se autorizó la libre venta del pescado que cualquiera extrajera, lo que creó una nueva actividad, primero en el puerto de San Antonio y más tarde en Concón.

Una hermana de Lorenzo Núñez de Silva obtu vo, a su vez, 1500 cuadras en Rapel.

Lorenzo Núñez de Silva Fonseca, se casó en prime-ras nupcias con Catalina Verdugo de Sarría González Gó-mez de la Corte,(hija del Sargento Mayor Rodrigo Verdu-go de Sarría,llegado a Chile en 1576, Corregidor de Osorno en 1599, y de Leonor González Gómez de la Corte, y perteneciente a una de las familias que obtuvieron el ma-yor número de mercedes de tierra en esta zona) , suscri-biéndose la carta de dote ante Diego Rural, en Santiago el 2 de noviembre de 1607,por la suma de $ 5.000 . De esta unión nacieron siete hijas/os,a saber :

Francisco Núñez de Silva Verdugo de Sarria,

Mariana Núñez de Silva Verdugo de Sarria,

María Núñez de Silva Verdugo de Sarria,

Catalina Núñez de Silva Verdugo de Sarria,

Leonor Núñez de Silva Verdugo de Sarria, Juana Núñez de Silva Verdugo de Sarria,

Gabriel Núñez de Silva Verdugo de Sarria.

Al morir Catalina Verdugo, sus tierras las heredó la descendencia de un nieto, Antonio Núñez de Silva y Rojas Puebla, y su hija Leonor, dotada con $ 15.565 cuando con-trajo matrimonio con el capitán Lorenzo de Moraga, pode-roso hombre colchagüino.

Catalina Verdugo de Silva, hija legítima de Lorenzo Núñez de Silva, uno de los mayores terratenientes de la zona de Colchagua, se casó con el capitán de la Infantería española Martín Ruiz de Gamboa, dueño de las estancias de Navidad, Bucalemu, Pumanque, Nilahue y Torca.

Posteriormente Lorenzo Núñez de Silva se casó con María de Viera Alderete y Garcés de Bobadilla que falleció sin dejar descendencia de este matrimonio.

El 1° de noviembre de 1604 procede a testar ante Venegas nombrando administrador de sus bienes a Anto-nio de Lezana.

Lorenzo Núñez de Silva de Fonseca muere el 11 de diciembre de 1664, dejando como herederas de sus bienes, a su hija natural Mariana de Silva y a su madre Juana de Silva.

El capitán ANTONIO NÚÑEZ DE SILVA Y ROJAS PUE BLA, compró en remate público la “Estancia Pucalán” en la que tes-taría el o5 de diciembre de 1702. Sobrino de Bartolomé de Rojas Pue-bla Chacón (1579,España), quien llegó a Chile en la columna auxilia-dora al mando de Luis de Mosquera en 1601. Fue agraciado con mer-cedes de tierra por los Gobernadores Lope de Ulloa y Lemus (1572 -1620) y Luis Fernández de Córdova y Arce (1593-1673). Además, Bar-tolomé había adquirido otras propiedades rurales en la costa de Col-chagua, las que se extendían desde Ligüelmo a San Antonio de Petrel (Sexta Región). Su encomienda había sido anteriormente de María Salgado de Ribera y después de JUAN NÚÑEZ DE SILVA,-quien formó un pueblo en Pucalán en 1700.

Casado con María de Córdova Salas de la Barrera también encomendera.(Juan Guillermo Muñoz C. CUADERNOS DE HISTORIA-15.diciembre 1995).

Bartolomé de Rojas Puebla Chacón, estaba casado (1614) con Inés Chacón Sánchez de Morales (llamada sim-plemente Inés de Morales), quien había sido dotada por su madre con $7.461.) Tuvieron 11 hijos/as : Francisco; Andrés; Bartolomé; Luis; Rodrigo; Diego; Elvira; Inés; Juan; Luisa y Antonio.

Antonio Núñez de Silva y Rojas Puebla, Capitán, Al-calde y Corregidor de Santiago (1669-1676) había consoli dado matrimonio con Isabel de Cárcamo y Valdés y en se-gundas nupcias con María Ruiz de Peralta y Camus. De ese matrimonio nació Elvira Núñez de Silva Ruiz de Peralta (casada con Nicolás Hidalgo Zavala).

En 1698 disponía en sus tierras, de indios nacidos en Pucalán, provenientes de la encomien da de Pedro Cor-tés y Monroy (Zavala), y del encomendero Maestre de Cam po, Leonardo Ibacache.


MATRÍCULA GENERAL (12 de noviembre de 1698) 
DE LOS INDIOS DE ENCOMIENDAS DEL PARTIDO DE COLCHAGUA.
Indios del dominio del capitán Antonio Núñez de Silva y Rojas Puebla:

Pedro Malgüe (80), natural de la Estancia de Puca-lán.

Juan Malgüe, (45), Pucalán, casado con Pascuala (30),3 hijos (Juan (6); Hernando (4) y Pascual (1).

Marcela (30), de Puangue.

Y el dicho Pedro Malgüe, tiene por sus hijas a María, viuda,(37) Pucalán.Hijos:Mariano (7);Francisco(9); Luisa (25) soltera; Francisca (25);

Juan Toro (34);de Pucalán,casado con Catalina(30); Puangue.

Diego (60), casado con Antonio (40).Hijos : Pascual (18); Vicente (15), Gaspar (13); Lorenzo (6); Nicolás (3); María (17); Juana (11) y Beatriz (9).

Simón (25) Pucalán; casado con María (17). Hijas: Juana (3) y María (1).

….aro.(30);casado con Isabel. Un hijo, Ventura.

Domingo (25); casado con María con una hijita recién nacida.

Miguel (24) Pucalán.Casado con Baltasara (30); hijos: Francisco (4); María (7) y Ana (3).(Los encomenderos, armas y patrones de indios en las estancias colcha-güinas, según Matrícula de 1698.Juan Guillermo Muñoz Correa. CUADERNOS DE HISTORIA 15.DICIEMBRE DE 1995).