martes, 4 de agosto de 2020

LA LITERATURA FEMENINA.


Convocado amistosamente por Milickza Martínez, para participar de la presentación y lanzamiento de su nuevo libro, Búsqueda Helocoidal, me vi en la disyuntiva de arriesgarme solidariamente o disculparme francamente ya que mi estado de salud no permite que esté muchos minutos instalado en un mismo lugar.

Pero me comprometí a escribir algunas consideraciones generales al respecto.

En el libro “PRESENCIA FEMENINA EN LA LITERATURA NACIONAL” de Lina Vera Lampereín, podemos leer las apreciaciones de la autora al inicio de su extenso trabajo:

“Esta actividad despierta reacciones muy diversas cuando se comprueba que la mujer enarbola la pluma en vez del plumero”.

“En sus comienzos, el propio Pablo de Rokha ironizaba de este afán femenino por escribir y publicar sus creaciones:

“Literatas, ¿no tenéis un marido?
Buscadlo, y si lo halláis,
sed simplemente esposas.
Mirad que el mundo no es lo que los libros dicen
que un folletín no es más que un beso honrado y digno.
¿Queréis hablar? Muy bien, más sazonad la sopa”.

Nos comenta la autora que “fue preciso sumergirse en los datos de comienzo del siglo pasado para comprender el movi-miento literario, social y político de la época. Comprender la desusada actividad que experimentaron las mujeres en su despertar y paulatina incorporación al mundo de las letras.”

Hernán Díaz Arrieta (Alone), ha afirmado que “La creativi-dad es la base de la función de escribir, y no tiene sexo. Un autor no es ni hombre ni mujer. Solo es inteligente, sensible, creador”.

En 1917, la abogada y escritora Luisa Zanelli llamaba a las escritoras de la época para que se atreviesen a publicar con sus verdaderos nombres.

La escritora Adriana Valdés, manifestaba que “las escrito-ras chilenas no habían merecido más atención que la bibliográ-fica”. Las obras de Mercedes Valdivieso y María Luisa Bombal, entre otras escritoras, fueron objeto de objeciones relacionadas con el pensamiento y vivencias de las mujeres.

Uno de los méritos de las obras literarias reside en el valor intrínseco de los mensajes e informaciones reales o idealizados que nos envían frente a diversas formas de vida, develando mi-serias, dolores, ingratitudes e injusticias, en algunos casos, y en otros, destacan temas como la amistad, el encanto de las cosas simples, el amor, las maravillas de la naturaleza, la grandeza de la creación, la fuerza de los valores,etc.”.

“Todo conforma una auténtica y valiosa manera de enca-rar la realidad que de hecho es dura, pero de la cual las autoras, en tanto artistas, son capaces de extraer y recrear cuotas de be-lleza tan necesarias e indispensables al ser humano”.

Hecho este exordio, vamos al grano.

La literatura femenina en nuestra ciudad está creciendo en una forma que alegra el espíritu a quienes fomentamos esta clase de cultura escrita.

Varios son los nombres que últimamente, gracias a los apor tes financieros de nuestra Municipalidad, han aflorado en las pá-ginas de la prensa local.
Una de esas florecientes mentes ilustradas, hoy presenta en sociedad su nueva creación.

Milickza Martínez, profesora de Filosofía, Licenciada en Educación y Diplomada en Docencia Universitaria, ha escrito hasta este momento, 4 libros: “Acerca de los juegos empíricos del lenguaje” ; “Entre rimas, proverbios y poesías” “Nostalgia”, y el que hoy presenta en sociedad.

El profesor de Estado en Matemática y Física, Luis Campos Palma, escribe: “Ella crea un universo, en el cual, además de so-les y estrellas eternas, existe y se practica la belleza y el amor”.

"Este universo, que nos regala tiene vértices y vórtices para la acción que nace del corazón”.

“Yo sólo diría: hay algo que aún ni existiendo, no lo puedo destruir, es el eco de tu voz en mis palabras”.

Recibo con alegría y expectación este nuevo hijo literario de Milickza Martínez, para agregarlo a mi larga lista de textos que adornan los anaqueles de mi biblioteca y que me devoraré intelectualmente en cuanto esté en mis manos.

Espero que también quienes están presentes hoy, adquieran un ejemplar para incentivar a la autora a perseverar en su actividad

literaria y llegue a ocupar espacios importantes en la vida cultural regional y nacional.

Son mis deseos.

RUBÉN SANTIBÁÑEZ GAMBOA.

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