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sábado, 15 de enero de 2022

JOSÉ ANTONIO SOBENES VALDEBENITO, "EL LOCO SOBENES"

JOSÉ ANTONIO SOBENES VALDEBENITO.(1832-1895).

  POR RUBÉN ANTONIO SANTIBÁÑEZ GAMBOA.


José Antonio Sobenes Valdebenito, es considerado como el primer buzo táctico de la Armada de Chile, por su valor, arrojo, valentía, coraje, audacia y osadía,  a la vez que primer comando de la Infantería de la Marina de Chile.

José Antonio Sobenes Valdebenito, chileno, hijo de José Clemente Sobenes Muñoz, (aragonés, comerciante, había llegado a Chile alrededor del año 1816, huyendo de la guerra en España), y de María Valdebenito (chilena).

En su juventud, se desempeñaba como buzo de rivera, en labores de  cabo-taje y aparador de barcos. Su centro de actividades se encontraba situado entre Tacna y Constitución.

Se casó en Constitución, con Tránsito Roldán, quien era hija de un ama de llaves que tuvo la  familia Prat. De ese matrimonio nacieron dos hijos Pedro, (fallecido al nacer), y José Lázaro (, quien para la guerra del 79, tenía 9 años). Además nació una hija, llamada Nicolasa María, que en la época de la guerra, tenía aproximadamente, catorce años de edad.

Una vez formada su familia, se fue a vivir al Cerro Cordillera de Valparaíso en el sector donde hoy se encuentra el  Museo Lord Cochrane.

“Sus familiares cuentan que una vez el buzo, llevó a su esposa e hijos a la costa  y bajaron a pie por calle Serrano. José Sobenes portaba un cajón y otras cosas. En un momento determinado le dijo a su mujer:”mira Tato, ¿ves ese montón de maderas y palos que tengo allí? ….Mira…. Y en ese momento se siente un ensordecedor estruendo, que hizo volar por el aire los maderos y les dijo:¡¡¡Así voy a hacer cagar y volar a los peruanos!!!.

El fuerte y potente ruido producto del estallido, rompió las vitrinas de los negocios  y los vidrios de los ventanales de las casas del sector.  Desde ese momento, continuó  bajando a orillas del mar y hacía explotar sus artefactos, lo que molestaba a los vecinos quienes lo apodaron como “el loco Sobenes”.

Al saber de la muerte de Arturo Prat, ofreció sus servicios voluntarios para servir en los siguientes combates y batallas, ya que era un conocedor del territorio nacional. La Armada aceptó su propuesta y le dio diez días para que se preparara . Al cabo de ese período se embarcó en el “Blanco Encalada”.

El buzo Sobenes participó en diversas acciones de guerra, tanto en mar como en tierra, entre las cuales destaca su actuación en el  Primer Combate de Torpederas,(24 y 25 de mayo de 1880) donde debió colocar explosivos en la Torpedera “Janequeo”, la cual se encontraba hundida luego del combate y estaba intentando ser reflotada por lanchas peruanas.

El 24 de mayo de 1880,a las 17,oohoras,habiendo sido avistada una lancha peruana en las cercanías del dique de El Callao, fue perseguida por las torpederas chilenas “Janequeo” y “Guacolda”, con las cuales hubo un intercambio de disparos sin consecuencias para ambas partes. Alrededor de la 01,30 del día 25, las torpederas chilenas iniciaron la persecución de tres lanchas peruanas que se acercaban a la dársena .La “Janequeo” más rápida, alcanzó a la lancha peruana “Independencia”. Desde la embarcación peruana, lanzaron una granada ,la que al estallar sobre la sala de calderas, mató a dos fogoneros y produjo una gran abertura en el casco. Inundándose, la “Janequeo”, logró atracarse a unas lanchas fondeadas cerca, desembarcándose la tripulación, sin poder salvar a la Torpedera, que se hundió a los cinco minutos.

La “Janequeo”, estaba sumergida a una profundidad no mayor  de seis a siete brazas y a corta distancia de la dársena, por lo que los peruanos intentaban reflotarla. Entre los días 27 y 29 hubo varios encuentros entre las fuerzas chilenas y las lanchas peruanas que se encontraban en faenas de rescate de la nave hundida.

La noche del 8 de junio, a las 01,00 hrs., la “Guacolda” con un bote a remos, protegida por el “Huáscar”, se dirigió al lugar del naufragio, el  que había sido señalizado con cuatro boyas instaladas por los peruanos. Al llegar a ese lugar, descendió el buzo del Blindado “Blanco Encalada” ,José Sobenes Valdebenito quien encontró a la “Janequeo” estrobada ,lista para ser izada a la superficie. En el silencio y oscuridad de la noche, el buzo Sobenes colocó 100 libras de cargas explosivas y a las 3,30 horas, hizo detonar las cargas explosivas, destruyendo totalmente a la embarcación hundida.

José Antonio Sobenes Valdebenito, no falleció al lado de su familia. Su esposa, se quedó viviendo en Concepción con su hijo y José, el padre, se fue no regresando. Con el tiempo supieron que había fallecido el año 1895.

Actualmente sus restos se encuentran en el Cementerio Parroquial del puerto de San Antonio.


jueves, 16 de septiembre de 2021

FRANCISCO CORNELIO GUZMÁN, CIRUJANO DE LA ESMERALDA

 FRANCISCO CORNELIO GUZMÁN R.(1856-1928).

POR RUBÉN SANTIBÁÑEZ GAMBOA.

 

Francisco Cornelio Guzmán R. nació en Santiago el 10 de enero de 1856. Cursó sus estudios en el Instituto Nacional, ingresando posteriormente a la Escuela de Medicina, donde se tituló de médico-cirujano el año 1879.Al estallar la Guerra del Pacífico, se embarcó en la Corbeta Abtao bu-que confiado al mando del joven Capitán de Corbeta Carlos Condell de la Haza (1843-1887).

Una semana antes del Combate en la rada de Iquique, el Cirujano Cornelio Guzmán fue transbordado a la Corbeta “Esmeralda”, al mando del Capitán Arturo Prat Chacón (1848-1879).

            El 21 de Mayo de 1879, en el Combate Naval de Iquique, mientras la valiente tripulación de la Corbeta “Esmeralda” se batía desesperadamente con el poderoso Monitor peruano  “Huáscar”, rechazando el ataque de los hombres del Comandante Miguel Grau Seminario, el doctor Guzmán se entregaba por entero a la atención de los muchos heridos que eran tras-ladados al entrepuente, convertido en enfermería de campaña.”La sección de Sanidad estaba instalada en la cámara de guardiamarinas y la formaban el contador, señor Goñi ;  el ayudante del cirujano ,señor Germán Segura ;el despensero; el maestre de víveres; el practicante y el boticario”,  señalaba Guzmán,17 años después de la mencionada hazaña.          El cirujano Cornelio Guzmán se salvó del Naufragio junto a su ayudante, el doctor Germán Segura González, quien en su labor diaria a bordo de la Esmeralda, se transformó en la mano derecha de Guzmán.

            El Cirujano Francisco Cornelio Guzmán relata: “Me pareció que mi buque se partía por la mitad y una ola inmensa nos cubrió y sumergió. No puedo decir hasta que profundidad hemos llegado. Yo, que soy gran nadador, nadé con el intento de llegar a la superficie y de salir de la oscuridad en que me encontraba. Luego ví una luz y una claridad. Miro a mi alrededor y veo que varias cabezas emergían casi al mismo tiempo, y también  aparecían flotando una gran cantidad de tablones rotos, coyes y tinas de combate, sirviéndonos todo esto de ayuda para no sumergirnos nuevamente. Los sobrevivientes formábamos un círculo que permitía vernos las caras y reconocernos. Nos contamos. Somos 37, en la mañana éramos 210.”

            “El Huáscar queda a unos 100 metros de distancia y la ciudad de Iquique, bastante lejos. En esta crítica situación permanecimos largo rato, tal vez media hora. Sin embargo, nunca dudamos que el buque enemigo nos socorriera. Efectivamente, se nos explicó después que la tardanza en socorrernos fue debido a la compostura (reparación) de los botes destrozados por nuestros proyectiles”. Conducidos al Huáscar, y mientras  desfilábamos los oficiales a la cámara del Comandante Grau, vimos tendido sobre cubierta, el cadáver de Prat. El guardiamarina Zegers, que va junto a mí, le descubre  el rostro, cubierto con un faldón de su levita, y yo pude ver  una profunda herida por arma de fuego en la parte más alta de su hermosa frente.

            Una vez encerrados en la cámara del Comandante Grau, se nos proveyó de un saco y de un pantalón de marinero, pues  estábamos casi desnudos.    

Hemos quedado solos; el Huáscar se pone en marcha a toda fuerza con rumbo al sur. En esos instantes nos llamaron la atención  unos quejidos y lamentos. Alguno de los nuestros creyó reconocer en ellos la voz de Serrano.”

            Una vez terminado el combate,  el médico-cirujano Guzmán fue en-viado prisionero a la localidad de Tarma, preocupándose por suscribir junto a otros compañeros, una carta dirigida al decano del Cuerpo Diplo-mático en Lima, donde daba cuenta del trato vejatorio e injurioso a que eran sometidos los prisioneros chilenos.

            Finalizada la campaña, fue enviado a estudiar medicina militar a clí-nicas europeas, especializándose en cirugía y se transformó en el primer Médico que obtuvo el título de Profesor Extraordinario de Cirugía en la Universidad de Chile y  a su regreso fue uno de los principales colabora-dores   ayudando a controlar una epidemia de cólera, que en 1886 se de-sató en las provincias de Aconcagua.

            Fue Jefe de los Servicios Sanitarios del Ejército y Profesor de Patología Quirúrgica en la Escuela de Medicina.

Era casado con Mercedes Aguirre  Mercado.

            La muerte lo sorprendió el 16 de Julio de 1928 en Francia, en los alrededores de Niza.

            Lis restos de Francisco  Cornelio Guzmán R. descansan en la Cripta de los Héroes en la Plaza Sotomayor de Valparaíso, junto a los de Pedro Regalado Videla (1854-1879)  y  Germán Segura González (1855-1920).

viernes, 13 de agosto de 2021

COMANDANTE RICARDO SANTA CRUZ VARGAS

COMANDANTE RICARDO SANTA CRUZ VARGAS (1847-1880),
¿UN HÉROE OLVIDADO?

Por: RUBÉN SANTIBÁÑEZ GAMBOA.


Quizás, si preguntáramos a estudiantes de la zona por el Comandante Ricardo Santa Cruz Vargas, pocos o ¿ninguno? responderían correctamente sobre este personaje. 
Por eso en un afán de elevar el conocimiento histórico, voy a esbozar algunos rasgos biográficos de este héroe olvidado.

La partida de bautismo dice:

“Diócesis de Santiago de Chile. Parroquia La Purísima de Cartagena. Lo Abarca.

CERTIFICADO PARTIDA DE NACIMIENTO.

Certifico que en el libro N° 4, página N° 259 de Bautismos, se encuentra la siguiente partida:

En la Parroquia La Purísima de Cartagena, Lo Abarca, a 08 de Septiembre de 1847,se bautizó a don Ricardo, de 2 meses y seis días nacido el____________hijo legítimo de don Joaquín Santa Cruz y doña Mercedes Vargas.

Doy fe. Manuel Díaz.

Nota: Padrinos don Rafael Díaz y Díaz y doña Francisca Achurra y lo bautizó don Pedro Nolasco Polanco. En constancia sello y firma en Lo Abarca, el 31 de Octubre de 1964,Iván Larraín Eyzaguirre, Párroco.” (“SANTA CRUZ Y TORREBLANCA”. Sergio Fer-nández Larraín.1979).




Así nació a la vida uno de los grandes héroes de la Guerra del Pacífico.

Hijo de Joaquín Santa Cruz Carrillo de Albornoz y de María Mercedes Vargas Vargas.

Tuvo 7 hermanos: Juan Manuel, (sacerdote); Ramón; José María; Francisco; Federico; Joaquín y Vicente y 2 hermanas (Mercedes y Domitila):

Joaquín, nacido en Melipilla ,(1845-1930),fue elegido Diputado (1882-1885) por Chillán y Senador (1894-1900) por Bio Bío. Vicente, nació en Melipilla, (1850-1910) fue electo Diputado por Valdivia (1882-1885); por Chillán (1885-1888) y por Quillota-Limache (1891-1894).

Ricardo Santa Cruz Vargas, ingresó a la Academia Militar el 27 de febre-ro de 1861. El 12 de enero de 1865, recibió sus despachos de Subteniente y se incorporó al Ejército como Alférez del Segundo Batallón de Línea.

Hizo la campaña de Caldera y se batió en Calderilla el 27 de diciembre de 1865, y en la guerra con España (1865-1866).

El 27 de noviembre de 1865, tomó parte en el frustrado ataque a la fragata española “BERENGUELA”, que bloqueaba el puerto de Caldera.

El 27 de diciembre de 1865, se batió en Calderilla.

Entre 1866 y 1869, expedicionó en la Araucanía.

En diciembre de 1869, ascendió a Teniente.

“Las preocupaciones por las luchas de la Independencia y posteriormen te la Guerra contra la Confederación de Santa Cruz, no permitieron a los primeros gobiernos chilenos, incluido el de Bulnes, preocuparse de la incorporación de los territorios de la frontera. Va a ser Antonio Varas, durante el gobierno de Manuel Montt,(1809-1880) quien propondrá un plan de desarrollo para conquistar al pueblo araucano, no por medio de las armas, sino mediante su incorporación a la civilización. En parecidos conceptos, el Intendente de Arauco, Cornelio Saavedra Rodríguez,(1821-1891) presentó a la consideración del Presidente Montt. Recién durante la presidencia de José Joaquín Prieto, Cornelio Saavedra pudo llevar a cabo gran parte de su proyecto. El plan de Saavedra consistía en : 1),avanzar la línea fronte-riza hasta el río Malleco ;2), realizar la venta y subdivisión de los territo-rios comprendidos entre el Bio Bio y el Malleco a fin de ir estableciendo poblaciones en la región; y 3), explotar los suelos agrícolas con colonos chilenos y extranjeros.

Con un ejército de poco más de 1.500 hombres, Cornelio Saavedra logró incorporar grandes extensiones de territorio al patrimonio nacional. La principal batalla se dio en las alturas de QUECHEREGUAS, en 1868, donde se enfrentaron las caballerías araucanas y chilenas, venciendo esta última.

Cuando Saavedra decidió retirarse en 1870, daban testimonio de su fructífera tarea, más de un millón de hectáreas incorporadas a la República. Como colaboradores de Saavedra en estas campañas, se distinguie- ron los jóvenes oficiales que luego destacarían en la Guerra del Pacífico, tales como el Coronel Gregorio Urrutia y los Capitanes Orozimbo Barbosa , Pedro Lagos y Ricardo Santa Cruz. (GUERRA Y PACIFICACIÓN DE LA ARAUCANÍA. 350 años de epopeya mapuche .CHILEHISTORIA.)

Fue Ayudante y Profesor de la Escuela Militar en 1874.

Alcanzó el grado de Teniente Coronel y en 1877 fue nombrado Segundo Comandante del Regimiento Zapadores. Ese mismo año viajó como volun-tario a la Araucanía.

El 13 de abril de 1879, con el grado de Sargento Mayor, integra las fuer-zas del Ejército que debían viajar al Norte. Como Teniente Coronel, participó de las instrucciones que se hacían a los reclutas y a los soldados de lí-nea en el empleo de la guerrilla. Redactó un Manual de Instrucción que prestó valiosos servicios a los soldados.

En 1879 luchó contra Perú y Bolivia en la “GUERRA DEL PACÍFICO ”.

Participó en las acciones de Tarapacá, Dolores, Los Ángeles y Pisagua en 1879, muriendo heroicamente en la Batalla de Tacna el 27 de Mayo de 1880.

El historiador Sergio Fernández Larraín (1909-1983), en su trabajo de investigación histórica “SANTA CRUZ Y TORREBLANCA, dos héroes de las campañas de Tarapacá y Tacna”, escribe lo siguiente: “Todos los historiadores que se han referido a su persona (Santa Cruz), y han sido numerosos y de gran valía, mantienen una rara uniformidad en sus puntos de vista de enaltecer su capacidad, su integridad y su sólida cultura.”

Francisco Antonio Encina (1874-1965),expresa: “Este jefe fue uno de los más inteligentes e ilustrados del antiguo ejército chileno”.

Benjamín Vicuña Mackenna (1831-1886), afirma “El primero entre los primeros”.

Gonzalo Bulnes (1851-1936), a su vez escribe: Al respecto, debe decirse en su honor, que en esa hora de angustiosa prueba, manifestó un valor a la altura de su reputación. A caballo, sirviendo de blanco por su elevada estatura, se le vio siempre en los puestos de mayor peligro”.

Diego Barros Arana (1830-1906), al hablar de su muerte dice: “De esas pérdidas (la de oficiales chilenos en la Batalla de Tacna),la más importante es la del Comandante don Ricardo Santa Cruz, que se había ilustrado brillantemente en la guerra, desde el desembarco de Pisagua,en que le tocó llevar a tierra las primeras columnas chilenas”.

El desembarco de Pisagua fue su obra magna en la guerra.

Vicuña Mackenna señala: “Felizmente había desembarcado de los primeros el Comandante Santa Cruz ,jefe de la brigada de Zapadores tan va-liente como entendido ,dispersó la tropa conforme a la táctica del caso y ordenó el ataque. Era aquella una batida de gatos monteses, disputándole bravamente cada pulgada de terreno al adversario. El Comandante Santa Cruza les siguió la huella con tal orden y empeño, que los soldados, al ver la bravura de su jefe, lo aclamaron en repetidas ocasiones”.

“Pisagua fue la culminación de los anhelos batalladores del denodado Santa Cruz”, escribe Fernández Larraín en su obra.”Corta será su vida y por ende pocas lides más lo verán en primera fila combatiendo. Pero ya su nombre salta a la fama y su valentía es conocida y admirada por miles de chilenos”.

El 2 de noviembre de 1879, en la madrugada, la flota chilena se presenta en Pisagua.Estaba compuesta por las naves de guerra “Cochrane”, Magallanes”“O’Higgins ” y “Covadonga”. A las 06,00 se acercan a la costa y entran en la bahía. A las 0700 se inicia el combate. A las 09,30 comienza el desem-barco: 17 botes llevan a la playa a los primeros soldados. Eran 450 hombres de los Batallones Atacama (1ª y 3ª Compañías), y Zapadores (1ª.Compañía).

La batalla es sangrienta.

Una segunda ola de desembarco llega a reforzar las fuerzas, Son solda-dos del Zapadores, del Atacama, del Buin y del 2º.de Línea. Santa Ctuz dirige a sus hombres contra la segunda línea defensiva aliada. Después de siete horas de lucha, Pisagua cae en poder de los chilenos.

El peso de la refriega lo sostiene la Brigada de Zapadores y mientras el ejército terminaba su desembarco, Santa Cruz escribe a su hermano Joaquín:“La gente que desembarqué fueron 280 zapadores y poco más de 100 del batallón Atacama . En este glorioso triunfo que deja mi nombre para la historia, he sido rodeado de felices circunstancias, pero nada me ha enorgullecido tanto como los vítores de mi tropa y los cien atacameños que se mantienen bajo mis órdenes. Tuve sí, el sentimiento de perder 22 hombres de los escogidos y tengo 49 heridos ,entre estos el Mayor Villarroel en una pierna el Teniente don Enrique del Canto que tal vez muera y el Subtenien-te Froilán Guerrero ,levemente rasmillado en el pecho. Atacameños creo, habrán muerto unos 8 o 10 de los que iban conmigo….Calculo en 150 las bajas que nos ha hecho el enemigo

Ayer y hoy ha continuado desembarcando el ejército y se traslada a este campamento. Manda esta carta a la Magdalena. Tuyo. Ricardo. "

Fechada en Campamento Pisagua, noviembre 04 del 1879.


Esta es la primera información sobre la batalla de Pisagua, escrita por el primer oficial chileno que ocupó el primer pedazo de tierra peruana.(Sergio Fernández Larraín).

Posteriormente, el 10 de noviembre, el General Escala, en su comunica-ción al Ministro de Guerra, expresa: “Las primeras tropas que ponen pié en tie-rra son las de la Brigada de Zapadores, que dirigidas con acierto por su Co-mandante, merecieron tomar al enemigo por la retaguardia, facilitando así el desembarco del resto de la división…”Nota: Según la Memoria de Guerra de 1878,el Cuerpo de Zapadores fue creado en1877 y en ese año, Ricardo Santa Cruz es nombrado Segundo Jefe de los Zapadores.

En una carta escrita por el Comandante Santa Cruz a su esposa Magdalena Argomedo ,cuenta lo siguiente :

Señora Magdalena Argomedo de Santa Cruz

Santiago:

Como presumo ha llegado a sus noticias el tremendo encuen-tro que hemos tenido en Tarapacá, me apresuro a escribirle para que no tenga cuidado, que yo he escapado completamente libre.Mi situación y la del compadre Ramírez, fueron críticas, de este amigo estamos temiéndolo todo. Se supo que cayó herido en un brazo y después que era prisionero. Quiera Dios que así sea. En esta vez, la suerte de las armas nos fue adver-sa ,hemos perdido mucha gente infructuosamente, pero se hizo la calavera-da de ir con 2.300 hombres cruzando un desierto de nueve leguas. Comba-tiendo vi como 7.000. Yo pierdo 5 oficiales y el Capitán Zañartu salió heri-do. De tropa de Zapadores, han quedado en el campo 125 y no iban sino 260. El Segundo de Línea lo hicieron pedazos, verdad también que han pe-leado como leones. Rechazados después de ocho horas de combate ,regresa-mos en buena formación y al paso regular.

¡Cuánta calamidad y desgracia. Oficiales han perecido muchos que hoy no tengo tiempo para dar más detalles!

Den gracias a Dios, como yo las he dado de todo corazón y con motivo cuando creo que ésta será la última, queda muy poco por hacer y nuestra vuelta será pronta.

Mil recuerdos de su Ricardo.



El dolor de su derrota y la secuela de intrigas y críticas que traerá consigo, será un dolor que le acompañará hasta la muerte. La batalla de Tarapacá se convirtió en tragedia para miles de soldados y para toda la nación; hizo surgir héroes y culpables. El Coronel José Velásquez, acusa a Santa Cruz de torpeza y negligencia tácticas. Lo responsabiliza parcialmente por el desastre y derrota que a juicio suyo sufrió el ejército chileno. Pero Santa Cruz reacciona pronta y enérgicamente. En una larga misiva hace sus des-cargos: “Integré todas mis fuerzas, dice, para acudir en auxilio de los rezagados, no es efectivo que haya habido reunión de jefes para acordar planes de ataque, fuimos a cumplir órdenes directas”

Su comunicación es modelo de nobleza, sobriedad y generosidad. Al redactar el parte oficial, se abstiene de individualizar a los causantes directos del desbande de su división.

José Antonio Soffia (1843-1886), escribía para los funerales del Comandante Ricardo Santa Cruz Vargas:

“Mientras haya en Chile quien lleve el uniforme de soldado, habrá quien llore y quien recuerde al que fue no jefe y si padre y hermano de sus subordinados.”

El historiador nacional, Sergio Fernández Larraín (1909-1983), escribe: “La figura amable, maciza y heroica del Comandante Santa Cruz, surge como la viva representación del pueblo chileno. A través de sus cartas se aprecia su amplia cultura, su penetrante inteligencia, su integridad a toda prueba y su ansiedad de gloria”.

Los historiadores que se refieren al Comandante Santa Cruz, enaltecen su capacidad, su integridad y su sólida cultura .Este hombre enfrentó al mando de sus queridos Zapadores, su última batalla en los campos de Tacna, el 26 de mayo de 1880. “Y cuando el silencio solemne que sigue a la batalla se enseñorea de aquel campo de lucha, centenares de muertos, chilenos, peruanos y bolivianos son los mudos, expresivos y terribles testimo-nios de aquella jornada dramática y gloriosa. Entre tanto muerto, allí es-taba el bravo Ricardo Santa Cruz Vargas, ya sin vida, derribado por una bala enemiga mientras luchaba ardorosamente al frente de sus tropas”.

“Santa Cruz está muerto y como los verdaderos muertos, yace bajo tierra”.


Benjamín Vicuña Mackenna (1831-1886), escribía: “En lo alto de Tacna cayó el primero entre los primeros, Ricardo Santa Cruz adalid de 33 años, que como don Ramón Freire en Maipo, mandaba en tan temprana edad uno de nuestros más grandes regimientos”.

La tierra húmeda y oscura, cubierta de hojas pardas que el invierno aniquila implacable, cobra una vez más su divino derecho: le vuelta de los seres a su substancia. Ricardo Santa Cruz iba perdiéndose bajo tierra y las palabras vibrantes de Vicuña Mackenna parecían querer arrancarlo, recobrarlo desde las profundidades: “Ha muerto peleando con un denuedo sin igual al frente de su aguerrido regimiento y cooperando en la consecución de la espléndida victoria de Tacna, que las naciones más podrosas desearían en sus fastos. El reposo de la eternidad ha venido súbitamente para él, en edad temprana, después de tantas noches de insomnio pasadas en un campamento a cielo raso”.