miércoles, 2 de febrero de 2022

Sobre la iglesia en la provincia

 LA IGLESIA EN SAN ANTONIO.

 La organización parroquial de San Antonio data desde muchos años. En el siglo XIX figuraba el  CURATO DE CARTAGENA ( LO ABARCA), Las  primeras escuelas  de  la  zona fueron las escuelas parroquiales de Lo Abarca y San Antonio.

En 1580  Melipilla era Doctrina y la primera anotación de su archivo da cuenta de un bautizo administrado en la  Capilla de Cartagena, fechada el 7 de septiembre de 1710.

Con el nombre de SANTO DOMINGO DE PUCANQUÉN, el 20 de mayo de 1680, fue fundada por el Ilmo. Fray Bernardo Carrasco  y  Saavedra, de la Orden de los  Domínicos, la que posteriormente  sería  conocida como PARROQUIA SAN PEDRO DE MELIPILLA.Su primer párroco fue Fray Martín Bolívar. Ha tenido varias sedes. La primera, Santo Domingo, con sede en El Convento de los Padres Domínicos y se cree que estaba instalada en las actuales casas de la Hacienda El Convento.

En  1710 el  Ilmo. Señor Luis  Francisco Romero en su visita pastoral la llama SANTO DOMINGO DE CHOCALÁN.

Después el Ilmo. Sr. Juan Bravo de Rivero y Correa,la llama DOCTRINA DE SAN PEDRO DE CHOCALÁN. 

 El Ilmo. Sr. Manuel de Alday y Aspée, el año 1774 la llama  DOCTRINA DE SAN PEDRO y estaba ubicada en el lugar donde está  el  cementerio.

  Por último, el 29 de junio el Sr. Cura don Delfín Iturrieta la trasladó al lugar que actualmente ocupa.(1968).

En 1799 se fundó la Parroquia de SAN JERÓNIMO DE ALHUÉ.

.El prestigioso historiador nacional, Juan Mujica de la Fuente,(1905-1998), en su obra “EL PUERTO DE SAN ANTONIO.NOTICIAS HISTÓRICA” (1946),incluye ujn capítulo denominado : “EL ESTABLECIMIENTO PARROQUIAL”, en el cual escribe: “ Junto con la llegada de los españoles a esta  región - movidos en su empresa civilizadora por un hondo celo religioso -,debió  derramarse en esta comarca la semilla del Evangelio. 

No cabe duda de que en los primeros tiempos solamente llegarían  misioneros, de vez en vez, a expandir  su  tarea apostólica en estas regiones.

En las mismas  primeras bodegas establecidas por el fundador ANTONIO NÚÑEZ DE FONSECA, se desarrollarían los actos del culto. Ya después se sabe que se alzó una modesta capilla bajo el celestial  patronato  de San Antonio de Padua. Dependiente del antiguo Curato de Melipilla.creado antes de 1580, año en que lo servía  el Presbítero JERÓNIMO VÁSQUEZ, como doctrinero de los indios que habitaban en toda la región de la costa santiaguina..

En 1585 ejercía esta misma doctrina JERÓNIMO DE CESPEDES,que había Sucedido al anterior cuatro años antes.

Creadas en1823 la Parroquia de Lo Abarca, quedó a ella sujeta la Jurisdicción eclesiástica del puerto de San Antonio. En su pequeño templo se hacía la  vida religiosa con especial  devoción  por el santo tutelar y por el patrono de los pescadores, el Príncipe de los Apóstoles ,San Pedro.

Desde 1873, se hizo cargo de la Vice Parroquia de San Antonio, el ejemplar sacerdote italiano, don  OCTAVIO  PALMIERI, que desarrolló   una hermosa labor apostólica, conquistandose  el amor  de cuantos le conocieron, principalmente entre la clase humilde. Trabajó con hondo celo por el bien de las almas en este puerto durante  veintiún años y falleció el 25  de  noviembre de 1895,rodeado deL mayor  afecto por la población. 

Fue nombrado para sucederle  el Presbítero  don CARLOS MANSER, nacido en Alemania, que había desempeñado los cargos de Capellán  de Coro en la Catedral de Ancud; cura z de Calbuco y Capelán  del Hospital de Linares. Su permanencia en San Antonio sólo duró dos años. El 18 de mayo de 1898 expidió el Arzobispo, don Mariano Casanova un auto que creaba la nueva Parroquia de San Antonio. Con feliz providencia se daba a la comarca su verdadera autonomía eclesiástica, con todas las facultades amplísimas que la Iglesia otorga los Curatos.

El territorio que comprendía la nueva Parroquia, fue segregado de las de Lo Abarca y de la antigua San Pedro de Chocalán que databa de 1680. El Decreto del Arzobispo Casanova fijó  los términos del Curato de San Antonio en la forma si-guiente: al Norte, el camino que va de Melipilla a San Antonio  hasta llegar a la intersección  con el camino que corre de este puerto al balneario de Cartagena, y desde este punto con una línea imaginaria que llega hasta la Punta de la Yegua en el mar. Al Oeste se le dio por límite el Océano Pacífico hasta donde alcanzan las aguas territoriales chilenas; al Sur, el deslinde que separa la Hacienda del Peumo de las llamadas del Convento y Cabimbao, hasta llegar al ríoMaipó,haciéndole lí-mite con la Parroquia de San Pedro; al Oriente, el curso del río Maipo,remonisdo al Norte,y los deslindes de las haciendas de San Juan y La Marquesa hasta alcan-zar el CAMINO REAL que la separa del Curato de Melipilla. 

El principal promotor de la creación de esta nueva Parroquia no fue otro  que el eminente sacerdote don Miguel León Prado entonces Cura de San Miguel en la capital de Chile, más tarde ungido primer Obispo de Linares, de muy santa me-moria. El gobierno, a su vez, presto aprobación al establecimiento de la nueva Pa-rroquiay, en consecuencia, se expidió un Decreto Supremo el 27 de mayo inmedia-to,que lleva las firmas el ilustre presidente don Federico Errázuriz Echaurren y del glorioso Almirante don Juan José Latorre, su Ministro de Relaciones  Exteriores y Culto”.

En 1797 ya  Cartagena era Curato y desde esa fecha se conservaba en Lo Abarca el  archivo  completo, en prefectas condiciones (1968). LA PARROQUIA DE LA PURÍSIMA  DE  LO  ABARCA atendía  espiritualmente  a toda la zona y así fue como de su territorio se fueron creando las siguientes Parroquias:

San Antonio (puerto),1898

“Nuestra Señora de Las Mercedes” de Lagunillas ( 1909).

Cartagena (19129

Cuncumén (19489

Llolleo (1931)

Algarrobo (1945)

El Tabo (1952).

El 7 de enero de 1852 se bendijo la primera Iglesia Vice-Parroquial de San Antonio y su cuidado y  atención estuvo a cargo del sacerdote don ANTONIO PALMIERI. La primitiva Iglesia estaba  ubicada en el lugar donde fue construido el edificio de la Estación de Ferrocarriles de San Antonio.

Los  primeros   sacerdotes que atendieron a la feligresía rural y porteña (según HECHOS HISTÓRICOS) fueron: LUIS ORREGO, GREGORIO  MACHUCA,  PE-DRO RIQUELME, JERÓNIMO SANTIAGO, FRANCISCO BUSTAMENTE Y PASCUAL REAL.

Fue Vice-Parroquia de LO ABARCA hasta el 18 de Mayo de 1898 (ALMA-NAQUE PARROQUIAL 1968), (diario “LA VOZ DEL PUERTO”1935), cuando fue erigida Parroquia por Decreto Exento durante el mandato (1886-1908) del Excelentísimo y Reverendísimo Arzobispo de Santiago Monseñor MARIANO CASANOVA (1833-1908), nombrando como primer Párroco al “celoso” sacerdote Presbítero SIMÓN BULBOA,,que por sus relevantes méritos y cualidades mereció de  la  autoridad eclesiástica  el honor de ser el  primer Cura Párroco de este pueblo.


SUS ADMINISTRADORES ECLESIÁSTICOS.


Antes de ser erigida Parroquia, la Vice-Parroquia fue gobernada por el recor-dado y querido sacerdote italiano Presbítero OCTAVIO PALMIERI, a quien los ha-bitantes  antiguos  de  este  puerto recordaban  con gran veneración y cariño, por las obras  de  adelanto de todo orden   realizadas por él en beneficio de la población. El Pbro. Octavio Palmieri, ejerció el cargo por más de 22 años, desde 1873 hasta su fa-llecimiento el 25 de noviembre de 1895. Durante su mandato, se produjo un gran in-cendio que destruyó completamente el templo religioso que estaba ubicado en terre-nos  de  ferrocarriles. Posteriormente  fue reconstruido en terrenos  que actualmente ocupa la Cruz Roja frente a la Estación de Ferrocarriles de San Antonio..

Cuando San Antonio no era sino una simple “caleta”, el Pbro. Octavio Pal-mieri  se preocupó con gran interés y esmero del adelanto local tanto religioso como  moral y material de la población. En reconocimiento de los servicios prestados        a esta ciudad, la Ilustre Municipalidad acordó  guardar se memoria poniendo su nombre a una de las principales avenidas de la ciudad.

El terremoto de magnitud 8,2 grados que el jueves  16 de agosto de 1906 sa-cudió el centro del país, a  las 19,55 horas, destruyó y sepultó el nuevo edificio pa-rroquial bajo toneladas de tierra desprendida del cerro que limitaba la edificación. El sismo provocó graves daños en la zona central y se sintió desde Tacna hasta Puerto Montt. El  primer remezón duró alrededor de cuatro minutos, y el segundo, que se sintió a las 20,06 duró dos minutos, pero fue mucho más violento causando la mayor ptoporción de daños a las viviendas. El terremoto dejó un saldo de 3.000 muertos y más de veinte mil heridos.


FALLECIDOS EN SAN ANTONIO:


    1.-Adeodato Encalada.(Oficial Civil de Alhué).

       2.-Rosa Bulboa de Encalada.

       3.-Catalina Bulboa.

       4.- Jesús Bulboa Taiba  de Hinojosa.

       5.-Carmen Hinojosa.

       6.-Una  hija del matrimonio Encalada-Bulbos.

       7.-Luz Martínez.

       8.-Filomena Hernández de García.

       9.-Zunilda Muñoz.

     10.-Paulina Contreras.

     11.- Un niñito.

La  señora Jesús Bulboa Taiba (1878-1906)  era esposa del profesor Luis Hinojosa 

Álvarez (1872-1932).También fallecen sepultadas ese día, familiares del Señor Cura 

Párroco de Alhué, Simón Bulboa y del profesor Hinojosa.



FALLECIDOS EN LO ABARCA:


   12.-Macaria Moyano de Morgado,

  13.-Mercedes Rosa Morgado,

  14.-Mercedes Cerda de Vera.

  15.-Una hija del matrimonio Vera-Cerda.

  16.-José Mercedes Vera,

  17.-Rosalba Carreño.


FALLECIDOS EN MELIPILLA:


 1.- José Toribio Araya G.,

       2.-Cipriano Pizarro N.

       3.-Valentín Carrera,

            4.-Luis Enrique Castro A.

  5.-Rosamel Antonio Ureta M.

 6.-Fructuoso Romo A.

       7.-Segundo Espinoza,

       8.-Narcisa  Aguilera M.

       9.-Rosa Herminia Arévalo A.

                     10.-Josefina Arévalo A.

                 11.-Mar+ia Mercedes Easpinoza,

           12.-Ana Luisa Carreño,

           13.-Narcisa Díaz Meza,

           14.-Juana Eosa Mella Lara,

           15.-Lucinda Flores,

           16.-María Elviea Rousseau V.

           17.-Lidia Espinoza,

           18.-Emma Solima Soto,

           19.-Rosa Amelia Pavez Soto,

           20.-María del T.Rojas.


FALLECIDOS EN POMAIRE:


            1.-Carmen Riquelme Góngora.

            2.-Ana Ester Pavez.

            3.-Higinio Valenzuela.


El Pbro. SIMÓN BULBOA gobernó esta feligresía durante cuatro años, hasta  el 2 de febrero de 1902 ( año en que es trasladado a servir en la Parroquia de Alhué donde se desempeña entre los años 1902-1912. En el periódico “El Eco del Pueblo” de Melipilla de 29 de septiembre de 1906, se informa que “mediante Decreto N° 4897 de fecha 15 de septiembre de 1906,el Gobierno entregó 1000 pesos para ir en ayuda de los damnificados por el terremoto del 16 de agosto. La Gobernación de Melipilla nombró  para su distribución una comisión conformada por el Subdelegado  Natalio  Reveco; el Primer Alcalde Lindor Toro y el  Cura Párroco, Simón Bulboa”).Después la tomó a su cargo el Pbro. ALBERTO DEL RÍO que ocupó durante un  año la dirección de la Parroquia, hasta el 17 de mayo de 1903 , fecha en que entregó el cuidado pastoral al Pbro. MANUEL JOSÉ MUÑOZ el que permaneció como cura-párroco hasta el  día 22 de enero de 1909, o sea durante seis años siguiéndole en el gobierno de la diócesis el Pbro. RAMÓN NEGRETE, que permaneció  al frente de ella hasta el año 1913. Este sacerdote se  encargó de construir el edificio de la tercera Iglesia del puerto, finalizando los trabajos el año 1913.

 30 años después, el 28 de noviembre de 1943, fue reducida a cenizas y escom- bros por un voraz incendio.  En  el  libro  biográfico  “NAHIMA, LA LARGA HISTORIA DE MI MADRE”,(2001). Edith Chaín  Curí, relata esta  tragedia que impactó a San Antonio.

 Transcribiré algunos trozos (párrafos) 

: “Una tarde de un día cualquiera,Nahima dejó sus labores, se puso el abrigo  y el sombrero y dijo a sus hijas mayores, que estaban ocupadas como siempre, realizando sus trabajos de costura, bordados o punto,

-Iré un momento a la Iglesia. Llevaré conmigo a las dos pequeñas para que no os molesten. Volveré enseguida.

- Las jóvenes la miraron sorprendidas, sin saber por qué su madre iba a esa hora a la iglesia, pero ninguna dijo nada.

Antes de salir por la, puerta de calle, Nahima volvió a entrar y dijo:

Cuando llegue  Humberto del colegio que tome onces y vaya a encontrarse conmigo a la iglesia.

Las hijas mayores se miraron otra vez desconcertadas, aquello se estaba convirtiendo en algo demasiado enigmático. Cundo intentaron  hacer preguntas,Nahima ya había desaparecido tras la   puerta y ésta se había cerrado. Tenía prisa.

La iglesia parroquial de San Antonio era muygrande, según mi memoria infantil, muy vieja. t también  el mpárroco,don Abel García Huidobro Feliú lo era, muy grande y muy viejo. No quedaba  lejos de nuestra casa, al paso solemne y reposado  que usaba Nahima,no creo que tardara ni diez minutos en llegar. ese día estaba  nublado y estaba empezando  a oscurecer ,por eso y por lo del abrigo,supongoque era  invierno, pero la iglesia se destacaba perfectamente  gracias a la, iluminación  de las dos farolas que estaban  frente  a ella en la calle.

Nahima entró serenamente en la iglesia, cogió agua bendita de la pila y nos acercó a mi hermana y a mí su mano para humedecer nuestros dedos en ella. Nos sentó en uno de los últimos bancos y nos dijo bajito, con su voz normal de siempre:

-Rezad un padrenuestro y no os mováis de aquí.

-Decidida, avanzó hasta el altar mayor, desapareciendo  a la derecha por ls puerta de la sacristía. Al momento apareció seguida por el sacristán, un hombre viejo que siempre iba vestido de negro.

Cuando llegaron a la altura de nuestro banco, Nahima le preguntó, en voz baja:

-¿Y don Abel, dónde lo puedo encontrar?

- Ha ido a visitar a un enfermo por aquí cerquita- le respondió el sacristán.

- Por favor, vaya corriendo a buscarlo. Lo esperaré aquí.

- Pero ¿ cómo? ¿Qué le, voy a decir? – titubeó el pobre hombre, visiblemente asustado.

- Dígale que venga al tiro – le ordenó Nahima con autoridad – Sólo en el mcaso de que nom 

quiera venir, dígale que la, iglesia está ardiendo.

Yo le creí. Jamás había visto a mi madre tan seria, nunca la había oído decir una afirmación

la iglesia se estaba quemando. Pero, ¿cómo y dónde estaba ardiendo?, y lo más importante ¿cómo lo había sabido Nahima?

El sacristán la miraba con la boca abierta.

- ¿Qué….dice….dónde…?

Venga  a  la calle con migo y lo verá – ordenó Nahima comprensivamente – Vosotras también seguidme y no os separéis de mí.

Fuimos tras ella. Realmente la iglesia ardía por el lado izquierdo y como gran parte de ella era de madera, el fuego iba extendiéndose con rapidez……..

Al poco rato sonaba el repiqueteo de las campanas y la sirena de los bomberos, que se acercaban con rapidez y que llegaron justo cuando don Abel apareció por el portón de reja de la entrada de la iglesia……..

El cielo ya estaba negro, no había estrellas, pero las rojizas llamas parecían querer alcan-zarlo. Era una visión panorámica espectacular.

El párroco se acercó a Nahima y la habló un buen rato al, oído. Mientras lo hacóa ella

afirmaba con movimientos de cabeza, visiblemente emocionada. .

Humberto, Nena, - dio a dos de sus hijos - id a buscar a Antonio y a Chucre, que cierren la 

tienda y que vengan a ayudar……..

Nahima lo envió otra vez con órdenes para sus tres hermanas.Debóan venir las tres con todas 

las maletas que había en casa, vacías.

Había calculado bien. Cuando llegaron las maletas, cogió dos y pidió a dos señoras que la 

acompañaran a la Sacristía con las otras maletas.

Todo sucedió muy rápido; pronto aparecieron con todas las maletas llenas con los ornamen-

tos de la liturgia. El ´párroco venía con ellas, cargando unos libros muy gordos.

Hay que rescatar más cosas – dijo don Abel, dirigiéndose a los hombres que curioseaban, co-

mo todos los habitantes del puerto que se habían congregado ante el inesperado suceso.

La espera se prolongó demasiado el silencio se fue imponiendo poco a poco, interrumpido por 

el ruido que hacían las vigas del tacho al caer sobre los bancos. Era una imagen dantesca. Los 

bomberos abandonaban las mangueras con gestos de impotencia, como quien  dice “para qué 

gastar más energías si ya no tiene solución” El fuego noparaba,seguía y seguía, la iglesia entera 

estaba ardido como muna gigantesca fogata……..

Se detuvo al oír sonar unas campanillas y allí mismo tuvo que retirarse hacia un lado para 

dejar pasar a  Nahima que tenía los hombros cubiertos con una estola de seda que le llegaba hasta 

las manos que sostenían dos copones con el cuerpo de Cristo, al párroco que traía la custodia y la 

Biblia y al sacristán que portaba en la mano izquierda la ctaz dorada y los candelabros que siem-

pre habían estado sobre el altar mayor y con la mano derecha tocaba las campanillas.

Todo el mundo reunido en mla calle se puso de rodillas y don Abel, con su voz profunda y 

sonora que esta vez sonó muy emocionada, empezó a cantar “Alabado sea el augusto sacramento

del altar…..”y todo el mundo lo siguió, cantando con él……

El párroco entregó la custodia a mi hermana Olga, la cruz dorada a Elena, la Biblia a Adela, 

y Antonio,Chucre,Humberto y Amelia cogieron las matetas,siguiendo las ordenes de don Abel. 

Mary y yo cogimos la orilla del abrigo de Nahima,una a cada lado, encabezando la fila, y nos 

fuimos a casa.  A nuestro lado iba el sacristán  que no cesó de tocar las campanillas hasta que el 

Santísimo descansó sobre el velador de Nahima,que estaba realmente emocionada ante el gran 

privilegio de tener el Sacramento del Hijo de Dios en nuestra casa.

Esa noche no pude dormir, reviviendo la impresionante escena de la iglesia en llamas que co-

logreaban los alrededores, enrojeciendo las rostros, las casas, incluso el cielo.

Lo que yo me pregunto y tampoco le encuentro respuesta es ¿ qué fue lo que llevó a mi ma- 

dre Nahima a visitar la iglesia a esas horas de la tarde? ¿Acaso recibió un “aviso” de lo que 

iba a ocurrir? ¿Lo presintió?”  

Este emotivo recuerdo, me permitió conocer de primera fuente, el rumor   que  

circuló durante muchos años. La predicción, premonición, del incendio de la Iglesia 

de San Antonio que permitió salvar los implementos religiosos utilizados en la San-

ta Misa.

El 9 de junio de ese mismo año 1913,la tomó a su cargo el Pbro. Don JOSÉ  

MARÍA VALDERRAMA, que la gobernó hasta el 30 de agosto de 1918, o sea du-

rante  5 años, al cabo de los cuales le sucedió el Pbro. Don JORGE SALCEDO,   

hasta el 5 de septiembre de 1925, durante 5 años, sucediéndole el Pbro PEDRO  

MUÑOZ, que permaneció como Párroco cuatro años, cuatro meses, hasta el 2 de 

Ma yo de 1928, fecha en la cual se hizo cargo del Pbro. ABEL GARCÍA HUIDO – 

BRO VIAL  de muy recordada memoria y quien falleciera en 1967.

Otros muchos sacerdotes pasaron por la Parroquia de San Antonio. 

Al Padre Abel García Huidobro le sucedió el Pbro. Don JOSÉ MANUEL BARROS MATTE,(nacido en Santiago  el 17 de mayo de 1913 ,hijo de Patricio Barros Errázuriz y de Mercedes Matte Eyzaguirre.). Hermano de Juan Enrique (s.j.), Santiago,23 de octubre de 19089 ); José Joaquín (s.j.)); Patricio, Rafael y Jaime, Don José Manuel, se encargó  de la construcción de la cuarta y definitiva Iglesia en calle Centenario, donde se encuentra hasta el día de hoy.

Después del Señor Barros Matte, fue Párroco el Pbro. Don MARIO GON-ZÁLEZ GONZÁLEZ, durante 8 años y algunos meses, hasta junio de 1967, fecha n que fue nombrado Vicario Pastoral de la Zona Rural Costa.

Posteriormente se hicieron cargo de la Parroquia, los sacerdotes Pbro.. EN-RIQUE TRONCOSO T. (Párroco), e IGNACIO BERMESOLO B. (Vicario Coo-perador).

sábado, 15 de enero de 2022

JOSÉ ANTONIO SOBENES VALDEBENITO, "EL LOCO SOBENES"

JOSÉ ANTONIO SOBENES VALDEBENITO.(1832-1895).

  POR RUBÉN ANTONIO SANTIBÁÑEZ GAMBOA.


José Antonio Sobenes Valdebenito, es considerado como el primer buzo táctico de la Armada de Chile, por su valor, arrojo, valentía, coraje, audacia y osadía,  a la vez que primer comando de la Infantería de la Marina de Chile.

José Antonio Sobenes Valdebenito, chileno, hijo de José Clemente Sobenes Muñoz, (aragonés, comerciante, había llegado a Chile alrededor del año 1816, huyendo de la guerra en España), y de María Valdebenito (chilena).

En su juventud, se desempeñaba como buzo de rivera, en labores de  cabo-taje y aparador de barcos. Su centro de actividades se encontraba situado entre Tacna y Constitución.

Se casó en Constitución, con Tránsito Roldán, quien era hija de un ama de llaves que tuvo la  familia Prat. De ese matrimonio nacieron dos hijos Pedro, (fallecido al nacer), y José Lázaro (, quien para la guerra del 79, tenía 9 años). Además nació una hija, llamada Nicolasa María, que en la época de la guerra, tenía aproximadamente, catorce años de edad.

Una vez formada su familia, se fue a vivir al Cerro Cordillera de Valparaíso en el sector donde hoy se encuentra el  Museo Lord Cochrane.

“Sus familiares cuentan que una vez el buzo, llevó a su esposa e hijos a la costa  y bajaron a pie por calle Serrano. José Sobenes portaba un cajón y otras cosas. En un momento determinado le dijo a su mujer:”mira Tato, ¿ves ese montón de maderas y palos que tengo allí? ….Mira…. Y en ese momento se siente un ensordecedor estruendo, que hizo volar por el aire los maderos y les dijo:¡¡¡Así voy a hacer cagar y volar a los peruanos!!!.

El fuerte y potente ruido producto del estallido, rompió las vitrinas de los negocios  y los vidrios de los ventanales de las casas del sector.  Desde ese momento, continuó  bajando a orillas del mar y hacía explotar sus artefactos, lo que molestaba a los vecinos quienes lo apodaron como “el loco Sobenes”.

Al saber de la muerte de Arturo Prat, ofreció sus servicios voluntarios para servir en los siguientes combates y batallas, ya que era un conocedor del territorio nacional. La Armada aceptó su propuesta y le dio diez días para que se preparara . Al cabo de ese período se embarcó en el “Blanco Encalada”.

El buzo Sobenes participó en diversas acciones de guerra, tanto en mar como en tierra, entre las cuales destaca su actuación en el  Primer Combate de Torpederas,(24 y 25 de mayo de 1880) donde debió colocar explosivos en la Torpedera “Janequeo”, la cual se encontraba hundida luego del combate y estaba intentando ser reflotada por lanchas peruanas.

El 24 de mayo de 1880,a las 17,oohoras,habiendo sido avistada una lancha peruana en las cercanías del dique de El Callao, fue perseguida por las torpederas chilenas “Janequeo” y “Guacolda”, con las cuales hubo un intercambio de disparos sin consecuencias para ambas partes. Alrededor de la 01,30 del día 25, las torpederas chilenas iniciaron la persecución de tres lanchas peruanas que se acercaban a la dársena .La “Janequeo” más rápida, alcanzó a la lancha peruana “Independencia”. Desde la embarcación peruana, lanzaron una granada ,la que al estallar sobre la sala de calderas, mató a dos fogoneros y produjo una gran abertura en el casco. Inundándose, la “Janequeo”, logró atracarse a unas lanchas fondeadas cerca, desembarcándose la tripulación, sin poder salvar a la Torpedera, que se hundió a los cinco minutos.

La “Janequeo”, estaba sumergida a una profundidad no mayor  de seis a siete brazas y a corta distancia de la dársena, por lo que los peruanos intentaban reflotarla. Entre los días 27 y 29 hubo varios encuentros entre las fuerzas chilenas y las lanchas peruanas que se encontraban en faenas de rescate de la nave hundida.

La noche del 8 de junio, a las 01,00 hrs., la “Guacolda” con un bote a remos, protegida por el “Huáscar”, se dirigió al lugar del naufragio, el  que había sido señalizado con cuatro boyas instaladas por los peruanos. Al llegar a ese lugar, descendió el buzo del Blindado “Blanco Encalada” ,José Sobenes Valdebenito quien encontró a la “Janequeo” estrobada ,lista para ser izada a la superficie. En el silencio y oscuridad de la noche, el buzo Sobenes colocó 100 libras de cargas explosivas y a las 3,30 horas, hizo detonar las cargas explosivas, destruyendo totalmente a la embarcación hundida.

José Antonio Sobenes Valdebenito, no falleció al lado de su familia. Su esposa, se quedó viviendo en Concepción con su hijo y José, el padre, se fue no regresando. Con el tiempo supieron que había fallecido el año 1895.

Actualmente sus restos se encuentran en el Cementerio Parroquial del puerto de San Antonio.


Giuseppe Reginato Paradissi

Giuseppe Reginato Paradissi.- (1861-1928).

Giuseppe Reginato Paradissi, nació el 6 de agosto de 1861 en Montebelluna, Treviso, Italia. Hijo de Doménico Reginato y Regina Constantini Paradissi 

Casado con Emiliana Meneses Astudillo el 28 de junio de 1891 en La Ligua. 

Hijos : Otilia,  José,  Regina, Ana, Josefina, Gavino Antonio,  Re-beca y Yolanda,. todos Reginato Meneses.

Giuseppe Reginato fue contratado por el gobierno de Chile para la construcción de túneles de ferrocarriles de Calera a Cabildo.

 De MELIPILLA A SAN ANTONIO: (Túneles: “Guairabo”; “El Guanaco”; “La Paloma”,”El Piñeo” y “La Bandurria”). 

De La Serena a Rivadavia,(Túnel “Maitén”, “Maichihue”, “BellaVista” y “Huancara”). 

De San Fernando a Pichilemu, (Túneles “La Viña”, “El Árbol” y “El Quillay)”.

Fue propietario de las haciendas “La Patagüilla” (Santa Cruz) y “El Molino”, en Rengo. En esta última se realizó una de las primeras plantaciones de manzanas de exportación de Chile y en la hacienda “El Molino” se producía, además de la harina, la polenta, para lo cual trajo el maíz especial desde Italia.

Don Giuseppe Reginato Paradissi, falleció el 4 de agosto de 1928 en Ñuñoa, Chile.

domingo, 5 de diciembre de 2021

Departamento de Melipilla en 1890

DEPARTAMENTO DE MELIPILLA.


En el libro “GEOGRAFÍA DESCRIPTIVA DE LA REPÚBLICA DE CHILE”, (1890).- Enrique Espinoza escribe que el Departamento de Melipílla estaba integrado por las siguientes Subdelegaciones:
 
1.-Melipilla, 2.- El Monte, 3.-María Pínto, 4.-Curacaví, 5.-Lepe, 6.- Cartagena, 7.-San Antonio, 8 .-Cuncumén, 9.- Matadero, 10.- Chocalán, 11.-Codigua, 12.-San Pedro, 13.-Loica, 14.-Santo Domingo, 15.- Bucalemu, 16.- Quilamuta, 17.- Carén, 18.- Alhué, y 19.-El Asiento.

Tenía además 7 Comunas, a saber: 
1ª Melipilla, 2ª San Francisco del Monte, 3ª,Curacaví, 4ª San Antonio, 5ª Chocalán, 6ª Loica y 7ª, Alhué.

La Comuna de San Antonio comprendía las Subdelegaciones 6ª, Cartagena, 7ª, San Antonio, y 8ª, Cuncumén. Santo Domingo (14ª) pertenecía a la Comuna de Alhué.

La Comuna de San Antonio tenía 9.115 habitantes. San Antonio (Puerto Viejo) tenía 648 habitantes y San Antonio (Puerto Nuevo/Cartagena) 117 habitantes.

Cartagena con 423 vecinos. Lo Abarca 340 hab. Cuncumén, 1.197 hab.

En Cartagena existían Fundos de los siguientes propietarios: Máximo Ruiz, Pedro P. Jara, Carlos Fernández Vicuña,( El Peral) Eduardo Barros (El Rosario).

En San Antonio eran propietarios de fundos la Sociedad de Bodegas de San Antonio, Vicente Ruiz Tagle, Ramón Covarrubias, Testamentaría Exequiel Balmaceda, (El Sauce); José María Balmaceda, (La Unión).

miércoles, 17 de noviembre de 2021

CUATRO ARTISTAS DEL COMIC EN SAN ANTONIO

 RODRIGO, JOSÉ, GASPAR, y TEO, CUATRO ARTISTAS DEL COMIC EN SAN ANTONIO.

Escribe :Rubén Antonio Santibáñez Gamboa.



Visitando la exposición “Toletolers Games” en el Gimnasio del Liceo “Juan Dante Parraguez” , de San Antonio, me llevé la grata sorpresa de reencon-trarme con un dibujante que había conocido en otros lugares exponiendo sus trazos artísticos que lo habían transformado en uno de los grandes de la historieta chilena.


Rodrigo Elgueta Urrutia, de quien poseo una gran cantidad de revistas y libros con sus maravillosos personajes, visitaba una vez más nuestro puerto.

Rodrigo Elgueta nació en Santiago en 1971. Estudió Pedagogía en arte en la Universidad de Salamanca. Paralelo a su carrera de profesor, participa de continuas exhibiciones de sus trabajos en diferentes localidades del país.

Ha dibujado y editado varias revistas, entre ellas cabe mencionar,“Dragón Lemur”, (2003) “Platino” (2007) y “Flamenco”.

En junio del año 2003, lanzó al mercado la revista “DRAGON LEMUR” que presentaba el episodio denominado :“LA CIMA DE LOS SUEÑOS”.Ya en ese ejemplar su dedicatoria insinuaba algo de la amistad que nacería a futuro “Para Don Rubén Santibáñez en agradecimiento por su apoyo al cómics chileno. Rodrigo Elgueta.

En junio de 2007 presentó , junto a su amigo dibujante Juan Vásquez, el N° 1 de la revista “PLATINO”. Una de las premisas que encontré en el editorial de este número 1, dice “la maldición de los números 1. Es decir nunca más se sabe de estas revistas” .Para paliar esto “tratamos de no perdernos los cientos de eventos que se hacen anualmente, porque creemos que son una excelente plataforma para dar a co-nocer el trabajo de los autores”.

Después nos hemos vuelto a encontrar en actividades artísticas y siempre vuelvo con mas de uno de sus trabajos,tanto revistas,libros o afiches (pósters). Una colección inapreciable de hermosas caricaturas y espectaculares efigies de seres imaginarios salidos de su prodigiosa mente y de sus mara-villosas manos adornan mi hogar.

Ahora en esta nueva visita presentó su ultimo trabajo:”EL ORÍGEN, INFORTUNIO Y MARAVILLAS DE LA GUERRA DE ARAUCO”, texto de 136 coloridas páginas que nos pasea por nuestra historia desde el descubrimiento hasta el año 1575.

Otro de los artistas del lápiz que estuvo presente fue José Huichamán Estay, (1976), conocido como “Huicha” entre los fanáticos del cómics. Diseñador gráfico, ilustrador , dibujante y guionista. Su trabajo comienza a conocerse públicamente desde enero del año 2005, cuando presenta “Florecilla Blondesca”en la ya mencionada revista “Tinta Negra” N° 3. Posteriormente crea junto a su colega dibujante Esteban Chacón la revista “Informe Meteoro” ,realizada por un grupo de amigos y colaboradores. Activo cooperador de la revista “Tinta Negra”, de los anuarios de Ergocómics, Mortis.cl y “Zombies en La Moneda”.

En la recién realizada Toletolers, en este puerto presentó “INFORME METEORO , CRÓNICAS DEL REINO DE CHILE”.(ÁLBUM RECOPILATORIO Y MATERIAL INÉDITO), texto de 262 páginas ,que reúne material publicado entre los años 2005-2011, “en los que una treintana de artistas apasionados por la historieta y sus mundos afines dan vida a las aventuras de sus personajes” .

10 de los trabajos allí reunidos ,fueron realizados por “Huicha”.

Un tercer invitado presente fue el boliviano Gaspar Pujadas. Todos ellos excelentísimos representantes del dibujo de cómics actuales.

Junto a ellos y representando a nuestros dibujantes de historietas, el indiscutido maestro del cómics local, Mateo Leiva, “TEO” , con su infaltable “VAMPIROS en el PUERTO”, cuyo primer número se presentó en octubre de 2008 , apareciendo nuevas ediciones adjuntando nuevos episodios en octubre 2010, octubre 2011, mayo 2013.

En fin una agradable tarde de recuerdos de una infancia que no nos quiere abandonar.

Felicitaciones a quien organiza tan importante cumbre del cómics chileno y todas las actividades que rodean este espectáculo de la cultura.

domingo, 17 de octubre de 2021

El Moño de María

EL MOÑO.

            María estaba feliz.

 Quizás como nunca en su corta existencia, había gozado tanto de esos instantes. Cualquier vecino se daba cuenta de la enorme alegría íntima que la embargaba desde hacía tiempo.Su rostro de auténtica belleza campesina, resplandecía y sus ojos, como en los versos del poeta,”eran dos luceros resplandecientes” de dicha y felicidad.

¿El motivo?

El que produce esa tremenda felicidad a toda mujer: su próximo matrimonio con su “príncipe adorado”.

                Después de varios años de “pololeo” con Domingo, un mocetón de 24 años bien trabajados a pleno sol, lo que había transformado su cutis desde un color tostado, cobrizo, a uno más oscuro.

                El día anterior a la boda, partió radiante, montada al anca de uno de los mejores caballo propiedad  de su  padre, agricultor como toda su familia, jineteado por su hermano mayor, Juan, rumbo al pueblo más cercano para someterse a una larga y tediosa sesión de belleza, en las manos hábiles y expertas de una peinadora, la mejor de esos lugares, como ella misma se catalogaba entre las sencillas y humildes campesinas del caserío y de los poblados más cercanos.

Al terminar la tarde, cuando el sol ya empezaba a perderse sobre el horizonte, la larga sesión de embellecimiento también llegaba a su fin y María se aprestaba a iniciar el regreso a su hogar junto a su hermano. Quería estar pronto de vuelta junto a su familia, para que apreciasen la verdadera “obra de arte” que la “experta” había realizado con su larga y negrísima cabellera.

                Montaron ambos nuevamente en la bestia. Ella siempre al anca y él procedió  a tomar las riendas del brioso corcel, reiniciando así la cabalgata rumbo hacia su querido pueblo.

                Recorrieron el extenso y bucólico sendero, flanqueado  por un frondoso ramaje, proveniente de esbeltos eucaliptus y robustos pinos que crecían  a su libre albedrío y que  cubrían de sombras  el largo trayecto de regreso al hogar paterno.

Sus ojos se extasiaban ante el paisaje agreste que les servía como telón de fondo a su cansador y fatigoso viaje.

                Las flores silvestre, como “alfilerillo”, “diente de león”, “pajaritos”, etc., parecían dormitar en medio de la semioscuridad  de la tarde, lacias ya por el calor reinante y soportado durante las horas del día.

                Ella no pensaba en el cansancio que podría hacer presa de su joven físico. No. Solo reflexionaba en su peinado. Ese “moño” construido con paciencia infinita por las manos benditas de la “experta” en belleza campesina.

Habían avanzado algunos kilómetros cuando María sintió un pequeño movimiento en su cabeza. Un escozor proveniente del roce de su “moño” con una rama de pino que se abatía lacia ,como si estuviera fatigada, sobre un recodo del camino.

                La mujer se mostró nerviosa en un primer momento, pero pronto retornó la serenidad a su ser, olvidándose  por completo del percance sufrido durante ese largo trayecto de vuelta a su hogar. Había sido un pequeño detalle que en nada interferiría la inmensa felicidad que la embragaba.

Al llegar a su casa, corrió presurosa a su dormitorio y cogiendo un espejo que tenía sobre el velador de cabecera, observó detenida y concienzudamente su peinado: una verdadera obra de arte realizada por la profesional en su cabeza de larga cabellera.

 Su cara reflejaba la alegría que la invadía  al contemplar la imagen del “moño” que le devolvía el pequeño cristal que sostenía en sus manos.

Si la joven era hermosa antes de someterse al ceremonial de belleza, es de imaginar como quedó su semblante después de escarmenarse su desgreñada cabellera para convertirla en el más primoroso de los moños que pudo jamás vislumbrar.

Pasaron largos e interminables los segundos, los minutos y las horas, hasta que llegó el tan ansiado momento de dirigirse al poblado para dar el importante y decisivo paso que cambiaría su vida.

Vistió su mejor traje de salida que tenía guardado para tan  magna ocasión y en una enorme maleta, de esas antiguas de suela y metal, arregló amorosamente su vestido de novia. Albo, como  la nieve que cubre la cima de las montañas cordilleranas, confeccionado por su querida tía, en nerviosas tardes de otoño, acompañada solo por el cantar monocorde de las ranas en el estero cercano, el traje la llevaría glamorosa hasta el altar para dar el sensible “si” a su amado Domingo.

Arregló y remojó su peinado y luego se sentó ante el espejo a observar su tez, lozana y juvenil, y su “moño”, el que seguía tan enhiesto, erguido, tieso, rígido como el primer día.

Orgullosa salió al vestíbulo de la casa familiar, donde la esperaba su padre, don Floridor, vestido elegantemente a la usanza campesina, como lo aconsejaba la tradición para tan  solemne ocasión.

En la puerta de calle se estacionaba una “cabrita” (carruaje sin cubierta y de cuatro ruedas que tenía capacidad para 4 personas sentadas y  que era muy usado en las zonas campesinas para ocasiones importantes).La “cabrita” se encontraba adornada con ramas de palmeras entremezcladas con hermosas y coloridas flores silvestres y cardenales rojos, rosas blancas y amarillas y “varitas de San José”, las que le daban un aspecto multicolor y primaveral al “carro nupcial”.

Resplandeciente de felicidad y orgullo, la mujer, acompañada de su padre abordó el carruaje y luego se dirigieron al pueblo, donde la primera visita fue al Registro Civil para la consabida ceremonia legal. Ahí, en la puerta, le esperaba el novio, Domingo, vestido sobriamente y acompañado de sus familiares  más cercanos.

Después de la ceremonia civil, abandonaron el edificio dirigiendose  a un restaurante, donde almorzaron frugalmente, esperando la hora de encaminarse a la capilla del  sector ,para la solemne ceremonia religiosa ,de acuerdo a las tradiciones de la Iglesia católica.

Terminado el frugal refrigerio, la novia, acompañada por su ma-dre y una amiga, se dirigieron  a un departamento del lugar, para cambiarse de traje y vestir el albo manto con el que recibiría el sacramento en la capilla rural.

Ya en el recinto religioso, donde solemnemente el cura párroco los unió en nombre de Dios y “hasta que la muerte los separe”como marido y mujer, la emoción se paseó por todos los rincones del templo, afectando tanto a los contrayentes como a familiares y demás invitados.

Las lágrimas rodaron por las mejillas de la hermosa joven y su belleza se hizo patente, resaltando su agraciado “moño”, el que causó la sensación y la envidia de las damas presentes y la admiración de los varones que la observaban pacientemente.

De regreso al caserío y al hogar de la muchacha, se efectuó el consabido asado y posterior baile, donde se escuchó la mejor música mexicana: rancheras, corridos, correteados, las populares cumbias y nuestro baile nacional ,la cueca. La reina de la noche fue ella, la novia, con su siempre admirado y envidiado “moño”.

Era tan alabado ese peinado, que María decidió mantenerlo durante algún tiempo en su cabeza, para que su esposo le dijera palabras bonitas y por comodidad.

Pero toda esta alegría no podía ser infinita. María empezó a sentirse mal. La joven decaía día a día. Una tristeza infinita envolvía todo su ser. Su cuerpo no tenía la fortaleza de los primeros días de matrimonio y no tenía deseos de alimentarse. Poco a poco, su bellísimo rostro se fue demacrando y su esbelto cuerpo se fue encorvando.

Pero a pesar de todos sus sufrimientos, ella aún lucía orgullosa su “moño”, ese “moño” que la acompañó durante las ceremonias del matrimonio, tanto en lo civil como en lo religioso.

A pesar de su debilidad, tenía ánimo para someterse diariamente al ceremonial de observarse al espejo, imitando a la bruja de Blanca Nieves. Pero María no era tan pretenciosa y solo quería ver su peinado, ese “moño” que la transformó en la más bella princesa del campo por 24 horas inolvidables, causando la admiración entre quienes la conocían.

“Ese mismo “moño”, que en un afán de perpetuar su hermosura por tiempo indefinido, no  quería deshacer, porqué ¿cómo borrar en tan breve tiempo lo que tanto costó hacer?

Además, era la primera vez que se había peinado en un salón de belleza.

El día llegó en que la pobre María ya no se levantó de su lecho, pues su físico no soportó más. Sus fuerzas la abandonaron. Los “meicos” y las “meicas”,no lograron acertar con sus dolencias y males. Los médicos también fueron impotentes para sanar a la infeliz mujer. La niña se moría inexorablemente, pero en su lecho de muerte aún lucía orgullosa su “moño”.

Una fría tarde de invierno, María abandonó este mundo inmisericorde en medio del dolor de su esposo y de sus familiares que tanto la amaron.

Al momento de preparar su cuerpo para introducirlo en el cajón mortuorio, hubo que deshacer el “moño”, que durante tanto tiempo acompañó a la desgraciada mujer y que ella quiso conservar varios días, tratando de mantenerlo armado el máximo de tiempo posible, para resaltar su hermosura.

Lentamente comenzó la labor de despeinar a María. Sus largas y enmaraña-das hebras de pelo, impedían que los dedos de las damas que realizaban esa penosa y fatigosa labor penetraran esa verdadera  masa de cabellos.

Cuando las primeras y lustrosas hebras quedaron libres de ataduras, un escalofrío, síntoma de terror, se apoderó de quienes desarrollaban tan macabra tarea, un sudor espeso y tibio comenzó a rodar por sus mejillas y por todo su cuerpo. Se les erizaron los pelos y un grito de horror estremeció el dormitorio y la casa del matrimonio.

Sí, porque de ese enmarañado “moño” ,trenzado como zarzas silvestres, empezaron a salir, como si brotaran del cuerpo mismo de la mujer ,innumerables arañas negras y  peludas, las que huían despavoridas en todas direcciones ,ahuyentadas por los dedos intrusos que se metieron en su nido, turbando la paz que por tanto tiempo les brindó ese “moño”. 

Su alimento fue la sangre de la infortunada dama, cuya cabeza estaba totalmente destrozada por las voraces intrusas, que habían construido su nido en ese enmarañado pelo de la desdichada mujer.

Claro, cuando María cabalgaba montada al anca del caballo  de su hermano, de regreso de la sesión de peinado, ese leve cosquilleo que estremeció su cabeza y su epidermis, fue causado por la caída sobre su cabellera, de los huevos de arañas desde los pinos, hábitat natural de esos bichos.

Estas arañitas encontraron calor y humedad en el cuero cabelludo de la dama y no encontrando  salida desde  esa enmarañada red que conformaba el “moño”, quedaron  prisioneras por el resto de vida de la desventurada hembra.El “moño”  les sirvió como el mejor de los pajares. A medida que las arañas crecían, necesitaban más alimento y más humedad. Ambas cosas se las proporcionaba el “moño” y en la misma proporción la mujer iba desfalleciendo, víctima de las voraces compañeras que vivían en su cabeza.

Una lluviosa tarde, llevaron a la mujer a su última morada. Una larga fila de campesinos acompañó el cortejo, cuyo féretro era portado por fornidos mocetones en una rústica angarilla.

El comentario entre los vecinos duró mucho tiempo traspasando las fronteras del caserío. El horror de lo acontecido no se olvidó de las mentes de la gente. Mientras tanto en el que fue dormitorio de la desgraciada muchacha, pasados algunas semanas del trágico acontecimiento, en el velador  junto a la que fue su cama, se mantiene un pequeño portarretrato perfectamente  conservado, como único recuerdo a la vista de quien fuera la bella y humilde María.

Desde su cristalino rectángulo, el “niño de la lágrima”, parece sonreír llorando.

jueves, 16 de septiembre de 2021

FRANCISCO CORNELIO GUZMÁN, CIRUJANO DE LA ESMERALDA

 FRANCISCO CORNELIO GUZMÁN R.(1856-1928).

POR RUBÉN SANTIBÁÑEZ GAMBOA.

 

Francisco Cornelio Guzmán R. nació en Santiago el 10 de enero de 1856. Cursó sus estudios en el Instituto Nacional, ingresando posteriormente a la Escuela de Medicina, donde se tituló de médico-cirujano el año 1879.Al estallar la Guerra del Pacífico, se embarcó en la Corbeta Abtao bu-que confiado al mando del joven Capitán de Corbeta Carlos Condell de la Haza (1843-1887).

Una semana antes del Combate en la rada de Iquique, el Cirujano Cornelio Guzmán fue transbordado a la Corbeta “Esmeralda”, al mando del Capitán Arturo Prat Chacón (1848-1879).

            El 21 de Mayo de 1879, en el Combate Naval de Iquique, mientras la valiente tripulación de la Corbeta “Esmeralda” se batía desesperadamente con el poderoso Monitor peruano  “Huáscar”, rechazando el ataque de los hombres del Comandante Miguel Grau Seminario, el doctor Guzmán se entregaba por entero a la atención de los muchos heridos que eran tras-ladados al entrepuente, convertido en enfermería de campaña.”La sección de Sanidad estaba instalada en la cámara de guardiamarinas y la formaban el contador, señor Goñi ;  el ayudante del cirujano ,señor Germán Segura ;el despensero; el maestre de víveres; el practicante y el boticario”,  señalaba Guzmán,17 años después de la mencionada hazaña.          El cirujano Cornelio Guzmán se salvó del Naufragio junto a su ayudante, el doctor Germán Segura González, quien en su labor diaria a bordo de la Esmeralda, se transformó en la mano derecha de Guzmán.

            El Cirujano Francisco Cornelio Guzmán relata: “Me pareció que mi buque se partía por la mitad y una ola inmensa nos cubrió y sumergió. No puedo decir hasta que profundidad hemos llegado. Yo, que soy gran nadador, nadé con el intento de llegar a la superficie y de salir de la oscuridad en que me encontraba. Luego ví una luz y una claridad. Miro a mi alrededor y veo que varias cabezas emergían casi al mismo tiempo, y también  aparecían flotando una gran cantidad de tablones rotos, coyes y tinas de combate, sirviéndonos todo esto de ayuda para no sumergirnos nuevamente. Los sobrevivientes formábamos un círculo que permitía vernos las caras y reconocernos. Nos contamos. Somos 37, en la mañana éramos 210.”

            “El Huáscar queda a unos 100 metros de distancia y la ciudad de Iquique, bastante lejos. En esta crítica situación permanecimos largo rato, tal vez media hora. Sin embargo, nunca dudamos que el buque enemigo nos socorriera. Efectivamente, se nos explicó después que la tardanza en socorrernos fue debido a la compostura (reparación) de los botes destrozados por nuestros proyectiles”. Conducidos al Huáscar, y mientras  desfilábamos los oficiales a la cámara del Comandante Grau, vimos tendido sobre cubierta, el cadáver de Prat. El guardiamarina Zegers, que va junto a mí, le descubre  el rostro, cubierto con un faldón de su levita, y yo pude ver  una profunda herida por arma de fuego en la parte más alta de su hermosa frente.

            Una vez encerrados en la cámara del Comandante Grau, se nos proveyó de un saco y de un pantalón de marinero, pues  estábamos casi desnudos.    

Hemos quedado solos; el Huáscar se pone en marcha a toda fuerza con rumbo al sur. En esos instantes nos llamaron la atención  unos quejidos y lamentos. Alguno de los nuestros creyó reconocer en ellos la voz de Serrano.”

            Una vez terminado el combate,  el médico-cirujano Guzmán fue en-viado prisionero a la localidad de Tarma, preocupándose por suscribir junto a otros compañeros, una carta dirigida al decano del Cuerpo Diplo-mático en Lima, donde daba cuenta del trato vejatorio e injurioso a que eran sometidos los prisioneros chilenos.

            Finalizada la campaña, fue enviado a estudiar medicina militar a clí-nicas europeas, especializándose en cirugía y se transformó en el primer Médico que obtuvo el título de Profesor Extraordinario de Cirugía en la Universidad de Chile y  a su regreso fue uno de los principales colabora-dores   ayudando a controlar una epidemia de cólera, que en 1886 se de-sató en las provincias de Aconcagua.

            Fue Jefe de los Servicios Sanitarios del Ejército y Profesor de Patología Quirúrgica en la Escuela de Medicina.

Era casado con Mercedes Aguirre  Mercado.

            La muerte lo sorprendió el 16 de Julio de 1928 en Francia, en los alrededores de Niza.

            Lis restos de Francisco  Cornelio Guzmán R. descansan en la Cripta de los Héroes en la Plaza Sotomayor de Valparaíso, junto a los de Pedro Regalado Videla (1854-1879)  y  Germán Segura González (1855-1920).

viernes, 13 de agosto de 2021

COMANDANTE RICARDO SANTA CRUZ VARGAS

COMANDANTE RICARDO SANTA CRUZ VARGAS (1847-1880),
¿UN HÉROE OLVIDADO?

Por: RUBÉN SANTIBÁÑEZ GAMBOA.


Quizás, si preguntáramos a estudiantes de la zona por el Comandante Ricardo Santa Cruz Vargas, pocos o ¿ninguno? responderían correctamente sobre este personaje. 
Por eso en un afán de elevar el conocimiento histórico, voy a esbozar algunos rasgos biográficos de este héroe olvidado.

La partida de bautismo dice:

“Diócesis de Santiago de Chile. Parroquia La Purísima de Cartagena. Lo Abarca.

CERTIFICADO PARTIDA DE NACIMIENTO.

Certifico que en el libro N° 4, página N° 259 de Bautismos, se encuentra la siguiente partida:

En la Parroquia La Purísima de Cartagena, Lo Abarca, a 08 de Septiembre de 1847,se bautizó a don Ricardo, de 2 meses y seis días nacido el____________hijo legítimo de don Joaquín Santa Cruz y doña Mercedes Vargas.

Doy fe. Manuel Díaz.

Nota: Padrinos don Rafael Díaz y Díaz y doña Francisca Achurra y lo bautizó don Pedro Nolasco Polanco. En constancia sello y firma en Lo Abarca, el 31 de Octubre de 1964,Iván Larraín Eyzaguirre, Párroco.” (“SANTA CRUZ Y TORREBLANCA”. Sergio Fer-nández Larraín.1979).




Así nació a la vida uno de los grandes héroes de la Guerra del Pacífico.

Hijo de Joaquín Santa Cruz Carrillo de Albornoz y de María Mercedes Vargas Vargas.

Tuvo 7 hermanos: Juan Manuel, (sacerdote); Ramón; José María; Francisco; Federico; Joaquín y Vicente y 2 hermanas (Mercedes y Domitila):

Joaquín, nacido en Melipilla ,(1845-1930),fue elegido Diputado (1882-1885) por Chillán y Senador (1894-1900) por Bio Bío. Vicente, nació en Melipilla, (1850-1910) fue electo Diputado por Valdivia (1882-1885); por Chillán (1885-1888) y por Quillota-Limache (1891-1894).

Ricardo Santa Cruz Vargas, ingresó a la Academia Militar el 27 de febre-ro de 1861. El 12 de enero de 1865, recibió sus despachos de Subteniente y se incorporó al Ejército como Alférez del Segundo Batallón de Línea.

Hizo la campaña de Caldera y se batió en Calderilla el 27 de diciembre de 1865, y en la guerra con España (1865-1866).

El 27 de noviembre de 1865, tomó parte en el frustrado ataque a la fragata española “BERENGUELA”, que bloqueaba el puerto de Caldera.

El 27 de diciembre de 1865, se batió en Calderilla.

Entre 1866 y 1869, expedicionó en la Araucanía.

En diciembre de 1869, ascendió a Teniente.

“Las preocupaciones por las luchas de la Independencia y posteriormen te la Guerra contra la Confederación de Santa Cruz, no permitieron a los primeros gobiernos chilenos, incluido el de Bulnes, preocuparse de la incorporación de los territorios de la frontera. Va a ser Antonio Varas, durante el gobierno de Manuel Montt,(1809-1880) quien propondrá un plan de desarrollo para conquistar al pueblo araucano, no por medio de las armas, sino mediante su incorporación a la civilización. En parecidos conceptos, el Intendente de Arauco, Cornelio Saavedra Rodríguez,(1821-1891) presentó a la consideración del Presidente Montt. Recién durante la presidencia de José Joaquín Prieto, Cornelio Saavedra pudo llevar a cabo gran parte de su proyecto. El plan de Saavedra consistía en : 1),avanzar la línea fronte-riza hasta el río Malleco ;2), realizar la venta y subdivisión de los territo-rios comprendidos entre el Bio Bio y el Malleco a fin de ir estableciendo poblaciones en la región; y 3), explotar los suelos agrícolas con colonos chilenos y extranjeros.

Con un ejército de poco más de 1.500 hombres, Cornelio Saavedra logró incorporar grandes extensiones de territorio al patrimonio nacional. La principal batalla se dio en las alturas de QUECHEREGUAS, en 1868, donde se enfrentaron las caballerías araucanas y chilenas, venciendo esta última.

Cuando Saavedra decidió retirarse en 1870, daban testimonio de su fructífera tarea, más de un millón de hectáreas incorporadas a la República. Como colaboradores de Saavedra en estas campañas, se distinguie- ron los jóvenes oficiales que luego destacarían en la Guerra del Pacífico, tales como el Coronel Gregorio Urrutia y los Capitanes Orozimbo Barbosa , Pedro Lagos y Ricardo Santa Cruz. (GUERRA Y PACIFICACIÓN DE LA ARAUCANÍA. 350 años de epopeya mapuche .CHILEHISTORIA.)

Fue Ayudante y Profesor de la Escuela Militar en 1874.

Alcanzó el grado de Teniente Coronel y en 1877 fue nombrado Segundo Comandante del Regimiento Zapadores. Ese mismo año viajó como volun-tario a la Araucanía.

El 13 de abril de 1879, con el grado de Sargento Mayor, integra las fuer-zas del Ejército que debían viajar al Norte. Como Teniente Coronel, participó de las instrucciones que se hacían a los reclutas y a los soldados de lí-nea en el empleo de la guerrilla. Redactó un Manual de Instrucción que prestó valiosos servicios a los soldados.

En 1879 luchó contra Perú y Bolivia en la “GUERRA DEL PACÍFICO ”.

Participó en las acciones de Tarapacá, Dolores, Los Ángeles y Pisagua en 1879, muriendo heroicamente en la Batalla de Tacna el 27 de Mayo de 1880.

El historiador Sergio Fernández Larraín (1909-1983), en su trabajo de investigación histórica “SANTA CRUZ Y TORREBLANCA, dos héroes de las campañas de Tarapacá y Tacna”, escribe lo siguiente: “Todos los historiadores que se han referido a su persona (Santa Cruz), y han sido numerosos y de gran valía, mantienen una rara uniformidad en sus puntos de vista de enaltecer su capacidad, su integridad y su sólida cultura.”

Francisco Antonio Encina (1874-1965),expresa: “Este jefe fue uno de los más inteligentes e ilustrados del antiguo ejército chileno”.

Benjamín Vicuña Mackenna (1831-1886), afirma “El primero entre los primeros”.

Gonzalo Bulnes (1851-1936), a su vez escribe: Al respecto, debe decirse en su honor, que en esa hora de angustiosa prueba, manifestó un valor a la altura de su reputación. A caballo, sirviendo de blanco por su elevada estatura, se le vio siempre en los puestos de mayor peligro”.

Diego Barros Arana (1830-1906), al hablar de su muerte dice: “De esas pérdidas (la de oficiales chilenos en la Batalla de Tacna),la más importante es la del Comandante don Ricardo Santa Cruz, que se había ilustrado brillantemente en la guerra, desde el desembarco de Pisagua,en que le tocó llevar a tierra las primeras columnas chilenas”.

El desembarco de Pisagua fue su obra magna en la guerra.

Vicuña Mackenna señala: “Felizmente había desembarcado de los primeros el Comandante Santa Cruz ,jefe de la brigada de Zapadores tan va-liente como entendido ,dispersó la tropa conforme a la táctica del caso y ordenó el ataque. Era aquella una batida de gatos monteses, disputándole bravamente cada pulgada de terreno al adversario. El Comandante Santa Cruza les siguió la huella con tal orden y empeño, que los soldados, al ver la bravura de su jefe, lo aclamaron en repetidas ocasiones”.

“Pisagua fue la culminación de los anhelos batalladores del denodado Santa Cruz”, escribe Fernández Larraín en su obra.”Corta será su vida y por ende pocas lides más lo verán en primera fila combatiendo. Pero ya su nombre salta a la fama y su valentía es conocida y admirada por miles de chilenos”.

El 2 de noviembre de 1879, en la madrugada, la flota chilena se presenta en Pisagua.Estaba compuesta por las naves de guerra “Cochrane”, Magallanes”“O’Higgins ” y “Covadonga”. A las 06,00 se acercan a la costa y entran en la bahía. A las 0700 se inicia el combate. A las 09,30 comienza el desem-barco: 17 botes llevan a la playa a los primeros soldados. Eran 450 hombres de los Batallones Atacama (1ª y 3ª Compañías), y Zapadores (1ª.Compañía).

La batalla es sangrienta.

Una segunda ola de desembarco llega a reforzar las fuerzas, Son solda-dos del Zapadores, del Atacama, del Buin y del 2º.de Línea. Santa Ctuz dirige a sus hombres contra la segunda línea defensiva aliada. Después de siete horas de lucha, Pisagua cae en poder de los chilenos.

El peso de la refriega lo sostiene la Brigada de Zapadores y mientras el ejército terminaba su desembarco, Santa Cruz escribe a su hermano Joaquín:“La gente que desembarqué fueron 280 zapadores y poco más de 100 del batallón Atacama . En este glorioso triunfo que deja mi nombre para la historia, he sido rodeado de felices circunstancias, pero nada me ha enorgullecido tanto como los vítores de mi tropa y los cien atacameños que se mantienen bajo mis órdenes. Tuve sí, el sentimiento de perder 22 hombres de los escogidos y tengo 49 heridos ,entre estos el Mayor Villarroel en una pierna el Teniente don Enrique del Canto que tal vez muera y el Subtenien-te Froilán Guerrero ,levemente rasmillado en el pecho. Atacameños creo, habrán muerto unos 8 o 10 de los que iban conmigo….Calculo en 150 las bajas que nos ha hecho el enemigo

Ayer y hoy ha continuado desembarcando el ejército y se traslada a este campamento. Manda esta carta a la Magdalena. Tuyo. Ricardo. "

Fechada en Campamento Pisagua, noviembre 04 del 1879.


Esta es la primera información sobre la batalla de Pisagua, escrita por el primer oficial chileno que ocupó el primer pedazo de tierra peruana.(Sergio Fernández Larraín).

Posteriormente, el 10 de noviembre, el General Escala, en su comunica-ción al Ministro de Guerra, expresa: “Las primeras tropas que ponen pié en tie-rra son las de la Brigada de Zapadores, que dirigidas con acierto por su Co-mandante, merecieron tomar al enemigo por la retaguardia, facilitando así el desembarco del resto de la división…”Nota: Según la Memoria de Guerra de 1878,el Cuerpo de Zapadores fue creado en1877 y en ese año, Ricardo Santa Cruz es nombrado Segundo Jefe de los Zapadores.

En una carta escrita por el Comandante Santa Cruz a su esposa Magdalena Argomedo ,cuenta lo siguiente :

Señora Magdalena Argomedo de Santa Cruz

Santiago:

Como presumo ha llegado a sus noticias el tremendo encuen-tro que hemos tenido en Tarapacá, me apresuro a escribirle para que no tenga cuidado, que yo he escapado completamente libre.Mi situación y la del compadre Ramírez, fueron críticas, de este amigo estamos temiéndolo todo. Se supo que cayó herido en un brazo y después que era prisionero. Quiera Dios que así sea. En esta vez, la suerte de las armas nos fue adver-sa ,hemos perdido mucha gente infructuosamente, pero se hizo la calavera-da de ir con 2.300 hombres cruzando un desierto de nueve leguas. Comba-tiendo vi como 7.000. Yo pierdo 5 oficiales y el Capitán Zañartu salió heri-do. De tropa de Zapadores, han quedado en el campo 125 y no iban sino 260. El Segundo de Línea lo hicieron pedazos, verdad también que han pe-leado como leones. Rechazados después de ocho horas de combate ,regresa-mos en buena formación y al paso regular.

¡Cuánta calamidad y desgracia. Oficiales han perecido muchos que hoy no tengo tiempo para dar más detalles!

Den gracias a Dios, como yo las he dado de todo corazón y con motivo cuando creo que ésta será la última, queda muy poco por hacer y nuestra vuelta será pronta.

Mil recuerdos de su Ricardo.



El dolor de su derrota y la secuela de intrigas y críticas que traerá consigo, será un dolor que le acompañará hasta la muerte. La batalla de Tarapacá se convirtió en tragedia para miles de soldados y para toda la nación; hizo surgir héroes y culpables. El Coronel José Velásquez, acusa a Santa Cruz de torpeza y negligencia tácticas. Lo responsabiliza parcialmente por el desastre y derrota que a juicio suyo sufrió el ejército chileno. Pero Santa Cruz reacciona pronta y enérgicamente. En una larga misiva hace sus des-cargos: “Integré todas mis fuerzas, dice, para acudir en auxilio de los rezagados, no es efectivo que haya habido reunión de jefes para acordar planes de ataque, fuimos a cumplir órdenes directas”

Su comunicación es modelo de nobleza, sobriedad y generosidad. Al redactar el parte oficial, se abstiene de individualizar a los causantes directos del desbande de su división.

José Antonio Soffia (1843-1886), escribía para los funerales del Comandante Ricardo Santa Cruz Vargas:

“Mientras haya en Chile quien lleve el uniforme de soldado, habrá quien llore y quien recuerde al que fue no jefe y si padre y hermano de sus subordinados.”

El historiador nacional, Sergio Fernández Larraín (1909-1983), escribe: “La figura amable, maciza y heroica del Comandante Santa Cruz, surge como la viva representación del pueblo chileno. A través de sus cartas se aprecia su amplia cultura, su penetrante inteligencia, su integridad a toda prueba y su ansiedad de gloria”.

Los historiadores que se refieren al Comandante Santa Cruz, enaltecen su capacidad, su integridad y su sólida cultura .Este hombre enfrentó al mando de sus queridos Zapadores, su última batalla en los campos de Tacna, el 26 de mayo de 1880. “Y cuando el silencio solemne que sigue a la batalla se enseñorea de aquel campo de lucha, centenares de muertos, chilenos, peruanos y bolivianos son los mudos, expresivos y terribles testimo-nios de aquella jornada dramática y gloriosa. Entre tanto muerto, allí es-taba el bravo Ricardo Santa Cruz Vargas, ya sin vida, derribado por una bala enemiga mientras luchaba ardorosamente al frente de sus tropas”.

“Santa Cruz está muerto y como los verdaderos muertos, yace bajo tierra”.


Benjamín Vicuña Mackenna (1831-1886), escribía: “En lo alto de Tacna cayó el primero entre los primeros, Ricardo Santa Cruz adalid de 33 años, que como don Ramón Freire en Maipo, mandaba en tan temprana edad uno de nuestros más grandes regimientos”.

La tierra húmeda y oscura, cubierta de hojas pardas que el invierno aniquila implacable, cobra una vez más su divino derecho: le vuelta de los seres a su substancia. Ricardo Santa Cruz iba perdiéndose bajo tierra y las palabras vibrantes de Vicuña Mackenna parecían querer arrancarlo, recobrarlo desde las profundidades: “Ha muerto peleando con un denuedo sin igual al frente de su aguerrido regimiento y cooperando en la consecución de la espléndida victoria de Tacna, que las naciones más podrosas desearían en sus fastos. El reposo de la eternidad ha venido súbitamente para él, en edad temprana, después de tantas noches de insomnio pasadas en un campamento a cielo raso”.