miércoles, 2 de septiembre de 2020

De Promaucaes a Puerto Nuevo

10.- LORENZO NÚÑEZ SILVA DE FONSECA


Al morir Jerónimo de Molina, sus herederos vendieron todas las propiedades a LORENZO NUÑEZ DE SILVA DE FONSECA, personaje cuya parentela estaba muy en-troncada en la sociedad de aquel tiempo. Su padre, Anto-nio Núñez de Fonseca, tenía bodegas, casas y chozas en Valparaíso, además de buques y astillero propios en Con-cón.

Antonio Núñez testó el 28 de abril de 1596 y Loren-zo Núñez de Silva y sus demás hermanos heredaron las propiedades sitas en el camino costero, lo que les asegura-ba un muy buen precio a los productos de sus campos.

De esta forma, Lorenzo tenía asegurado el sistema para un negocio muy productivo. También su cuñado, Pe-dro de Recalde Arrandolaza tenía propiedades en el “cami-no de los costinos”. Ambos eran dueños de las haciendas de Lagunillas y de Rosario, en el camino hacia Valparaíso y un poco más al sur Recalde obtuvo una concesión de 2.000 cuadras en Longovilo y Lorenzo Núñez se consi-guió, otra con el Gobernador Alonso de García Ramón ((1532-1610)-en el año 1608 en Loica. Antes, en 1606, había obtenido otra extensión de 4.000 cuadras en Pucalán.

Así, entre Núñez de Silva y Recalde, eran propieta-rios de todo el litoral desde Concón hasta Bucalemu (VI Región).En Concón tenía barcos para efectuar fletes a Lima (Perú).

La familia de doña Marta Verdugo juntó 21 titulos con 22.500 cuadras en Rapel, Topocalma, Pucalán, Vichu-quén, Naltagua,Ligüelmo y parte de Chimbarongo.

El capitán LORENZO DE NÚÑEZ DE SILVA FONSECA tuvo destacada actuación en las guerras de Arauco y en pre mio a sus servicios, fue agraciado con mercedes de tierra por el Gobernador Alonso García de Ramón (1552-1610) en los años 1608 y 1610, por el Gobernador Alonso de Ribera (1560-1617), en los años 1614 y 1615, y por el Gobernador Luis Fernández de Córdova (1539-1644), en 1627. Así, obtu vo 5 mercedes de tierra y compró otras 10, juntando en sus manos 14.000 cuadras, que comprendían todas las tierras de Rapel, Topocalma, Pucalán, Pailemu y Coyapiu-quén.

Lorenzo Núñez de Silva solicitó el 13 de septiembre de 1613, un alza del precio de la arroba de pescado fresco “atendiendo a los muchos gastos y costos que hay en pes-car en el mar y la falta de indios y caballos”

Solo a partir de 1681 se autorizó la libre venta del pescado que cualquiera extrajera, lo que creó una nueva actividad, primero en el puerto de San Antonio y más tarde en Concón.

Una hermana de Lorenzo Núñez de Silva obtu vo, a su vez, 1500 cuadras en Rapel.

Lorenzo Núñez de Silva Fonseca, se casó en prime-ras nupcias con Catalina Verdugo de Sarría González Gó-mez de la Corte,(hija del Sargento Mayor Rodrigo Verdu-go de Sarría,llegado a Chile en 1576, Corregidor de Osorno en 1599, y de Leonor González Gómez de la Corte, y perteneciente a una de las familias que obtuvieron el ma-yor número de mercedes de tierra en esta zona) , suscri-biéndose la carta de dote ante Diego Rural, en Santiago el 2 de noviembre de 1607,por la suma de $ 5.000 . De esta unión nacieron siete hijas/os,a saber :

Francisco Núñez de Silva Verdugo de Sarria,

Mariana Núñez de Silva Verdugo de Sarria,

María Núñez de Silva Verdugo de Sarria,

Catalina Núñez de Silva Verdugo de Sarria,

Leonor Núñez de Silva Verdugo de Sarria, Juana Núñez de Silva Verdugo de Sarria,

Gabriel Núñez de Silva Verdugo de Sarria.

Al morir Catalina Verdugo, sus tierras las heredó la descendencia de un nieto, Antonio Núñez de Silva y Rojas Puebla, y su hija Leonor, dotada con $ 15.565 cuando con-trajo matrimonio con el capitán Lorenzo de Moraga, pode-roso hombre colchagüino.

Catalina Verdugo de Silva, hija legítima de Lorenzo Núñez de Silva, uno de los mayores terratenientes de la zona de Colchagua, se casó con el capitán de la Infantería española Martín Ruiz de Gamboa, dueño de las estancias de Navidad, Bucalemu, Pumanque, Nilahue y Torca.

Posteriormente Lorenzo Núñez de Silva se casó con María de Viera Alderete y Garcés de Bobadilla que falleció sin dejar descendencia de este matrimonio.

El 1° de noviembre de 1604 procede a testar ante Venegas nombrando administrador de sus bienes a Anto-nio de Lezana.

Lorenzo Núñez de Silva de Fonseca muere el 11 de diciembre de 1664, dejando como herederas de sus bienes, a su hija natural Mariana de Silva y a su madre Juana de Silva.

El capitán ANTONIO NÚÑEZ DE SILVA Y ROJAS PUE BLA, compró en remate público la “Estancia Pucalán” en la que tes-taría el o5 de diciembre de 1702. Sobrino de Bartolomé de Rojas Pue-bla Chacón (1579,España), quien llegó a Chile en la columna auxilia-dora al mando de Luis de Mosquera en 1601. Fue agraciado con mer-cedes de tierra por los Gobernadores Lope de Ulloa y Lemus (1572 -1620) y Luis Fernández de Córdova y Arce (1593-1673). Además, Bar-tolomé había adquirido otras propiedades rurales en la costa de Col-chagua, las que se extendían desde Ligüelmo a San Antonio de Petrel (Sexta Región). Su encomienda había sido anteriormente de María Salgado de Ribera y después de JUAN NÚÑEZ DE SILVA,-quien formó un pueblo en Pucalán en 1700.

Casado con María de Córdova Salas de la Barrera también encomendera.(Juan Guillermo Muñoz C. CUADERNOS DE HISTORIA-15.diciembre 1995).

Bartolomé de Rojas Puebla Chacón, estaba casado (1614) con Inés Chacón Sánchez de Morales (llamada sim-plemente Inés de Morales), quien había sido dotada por su madre con $7.461.) Tuvieron 11 hijos/as : Francisco; Andrés; Bartolomé; Luis; Rodrigo; Diego; Elvira; Inés; Juan; Luisa y Antonio.

Antonio Núñez de Silva y Rojas Puebla, Capitán, Al-calde y Corregidor de Santiago (1669-1676) había consoli dado matrimonio con Isabel de Cárcamo y Valdés y en se-gundas nupcias con María Ruiz de Peralta y Camus. De ese matrimonio nació Elvira Núñez de Silva Ruiz de Peralta (casada con Nicolás Hidalgo Zavala).

En 1698 disponía en sus tierras, de indios nacidos en Pucalán, provenientes de la encomien da de Pedro Cor-tés y Monroy (Zavala), y del encomendero Maestre de Cam po, Leonardo Ibacache.


MATRÍCULA GENERAL (12 de noviembre de 1698) 
DE LOS INDIOS DE ENCOMIENDAS DEL PARTIDO DE COLCHAGUA.
Indios del dominio del capitán Antonio Núñez de Silva y Rojas Puebla:

Pedro Malgüe (80), natural de la Estancia de Puca-lán.

Juan Malgüe, (45), Pucalán, casado con Pascuala (30),3 hijos (Juan (6); Hernando (4) y Pascual (1).

Marcela (30), de Puangue.

Y el dicho Pedro Malgüe, tiene por sus hijas a María, viuda,(37) Pucalán.Hijos:Mariano (7);Francisco(9); Luisa (25) soltera; Francisca (25);

Juan Toro (34);de Pucalán,casado con Catalina(30); Puangue.

Diego (60), casado con Antonio (40).Hijos : Pascual (18); Vicente (15), Gaspar (13); Lorenzo (6); Nicolás (3); María (17); Juana (11) y Beatriz (9).

Simón (25) Pucalán; casado con María (17). Hijas: Juana (3) y María (1).

….aro.(30);casado con Isabel. Un hijo, Ventura.

Domingo (25); casado con María con una hijita recién nacida.

Miguel (24) Pucalán.Casado con Baltasara (30); hijos: Francisco (4); María (7) y Ana (3).(Los encomenderos, armas y patrones de indios en las estancias colcha-güinas, según Matrícula de 1698.Juan Guillermo Muñoz Correa. CUADERNOS DE HISTORIA 15.DICIEMBRE DE 1995).

martes, 4 de agosto de 2020

De Promaucaes a Puerto Nuevo

9.- DON ANTONIO NÚÑEZ DE FONSECA. 
 
 
“Hábil en la guerra y en los negocios, fue el primer europeo afincado en la región, instalando bodegas en tierras que hoy se cono- cen como Lo Abarca. Trabajó la tierra a lomo de mulas y caballos, lle vó verduras y leña hacia la costa. A golpes de hacha y con mucho in-genio de comerciante, fue formando lo que hoy conocemos como SAN ANTONIO.

El conquistador Núñez de Fonseca había nacido en el reino de Portugal en fecha no determinada por los historiadores. Estuvo casa-do con doña Juanita de Silva, hija de Amador de Sil va, quien llegó con Pedro de Valdivia. El matrimonio dejó larga descendencia apelli-dada Núñez de Silva.” (Diario LAS ÚLTIMAS NOTICIAS).

ANTONIO NÚÑEZ DE FONSECA, un portugués que había llegado a Chile en el primer refuerzo que vino para la Conquista, cuando la miseria y la desnudez abatían a los denodados compañeros de Valdivia en 1543.

Casado con Juana de Silva, (hija de Amador de Silva) ,tu vieron seis hijos:

1.-Lorenzo Núñez de Silva Fonseca.

2.-Jerónimo Núñez de Silva Fonseca.(Alcalde de la Santa Hermandad.)

3.-Luis Núñez de Silva Fonseca. (Capitán. Casado con Ana María de Loyola, padres de Juana de Lo-yola).

4.-Juana Núñez de Silva Fonseca.

5.-María Núñez de Silva Fonseca.( Casada con Pe-dro de Recalde Arrandolaza. Casada en segúndas nupcias (1663) con Pedro de Venegas Sotomayor, Oidor de la Real Audiencia de Santo Domingo.

6.-Ana Núñez de Silva Fonseca.

Núñez de Fonseca, era hombre de gran capacidad comercial. Explotó minas de plata y por sus conocimien-tos en la materia, el Cabildo de Santiago le encomendó la redacción de la “PRIMERA ORDENANZA DE MINERÍA que rigió en este país.

Propietario de terrenos en la costa, fue uno de los primeros encomenderos que construyó bodegas en el puerto de Valparaíso y estableció un astillero en su estancia de Concón, junto a la boca del río Aconcagua.

El historiador ROBERTO PÉREZ RUIZ, en el libro “EL PUERTO DE SAN ANTONIO.-1590-1900”, escribe: “Los primeros antecedentes históricos respecto a la colonización en la zo-na, que más tarde incluirá al puerto de San Antonio los encontramos hacia fines del siglo XVI. En 1590, figura como propietario de esas tierras ANTONIO NÚÑEZ DE FONSECA, el que había sido adju-dicado con una “merced de tierra” en el lugar que anteriormente ha-bía pertenecido al cacique Huechún y a su gente. Núñez de Fonseca era un hombre de empresas y, como buen portugués, siempre había demostrado afición por las actividades relacionadas con el mar, tan-to así, que su nombre aparece entre los primeros que construyeron bodegas en la bahía de Valparaíso. También había establecido un as-tillero en su estancia de Concón, cerca de la desembocadura del río Aconcagua. No debe extrañar entonces que con el mismo entusiasmo demostrado hasta ese momento se dedicara a la actividad comercial en su nueva propiedad que pasó a ser conocida como SAN ANTONIO, no pudiendo asegurarse si en recuerdo de él o como homenaje al San-to de ese nombre muy venerado en Portugal.

Con una finalidad comercial y una visión futura de lo que sig-nificaría esta rada por su proximidad a Santiago y su configuración geográfica aprovechó una abriga-da caleta en que los nativos, tradi-cionalmente realizaban faenas pesqueras, para construir unas rús-ticas bodegas donde guardar los productos agrícolas de la región y el marisco y pescado salado que se enviaba seco a la capital y a otros puntos, como Valparaíso, e incluso a Perú. Con este fin complementó su comercio con la construcción de pequeñas embarcaciones destina-das al transporte. El envío de productos a la capital se hacía a través de un camino de origen muy antiguo, del que sabemos que para su construcción y mantenimiento, ya a fines dl siglo XVI, hubo de recu- rrirse al peaje llamado “derecho de acarreto” en los caminos y “pon-tazgo” en los puentes”.( “EL PUERTO DE SAN ANTONIO.1590-1900.” ROBERTO PÉREZ RUIZ. CUADERNO DE HUMANIDADES 11.SERIE 4.-OCTUBRE DE 1990).Departamento de Histo-ria. Facultad de Humanidades. Universidad de Santiago de Chile.)

En los últimos años del siglo XVI, obtuvo las tierras situadas en la costa de San Antonio, lugar que el mismo de-nominó como SAN ANTONIO DE LAS BODEGAS en honor al Santo nacido en Lisboa en 1195 y fallecido en 1231, como sacerdote franciscano.

El conquistador portugués alzó en forma rústica una pequeña bodega en la humilde caleta de los indios pescado res y además construyó algunos pequeños navíos para ha-cer la travesía marítima hacia Valparaíso y Concón.

Los indígenas que vivían bajo el dominio de los Caci ques HUECHÚN Y MILLACURA, eran pocos y se establecie-ron en las quebradas fértiles del río Maipo, Cajón de la Magdalena, Algarrobo y San Antonio. Habitaban peque-ños ranchos de paja y barro y estaban sometidos al vasalla-je de los Incas, en los primeros tiempos, cuando llegó el español a usurpar sus territorios.

El 9 de agosto de 1550, al Cabildo de Santiago le nombra Alcalde de Minas.

Llegó a adquirir grandes propiedades en las vecinda des de Santiago y Valparaíso. Así fue dueño de las primiti-vas haciendas de Polpaico, Colina y Lampa, próximas a la capital, y de Colmo y Concón, cercanas al puerto de Valpa-raíso.

Núñez de Fonseca tuvo grandes negocios en Chile y Perú, transportando sus mercaderías en buques propios, de los cuales fueron capitanes sus yernos, Pedro de Recal-de y Nicolaso Pérez.

El periodista e historiador, Víctor Farías en una cró-nica publicada en el diario LA ESTRELLA de Valparaíso, ex presa: “Antonio Núñez de Fonseca no dormía. Pronto el Cabildo se preocupó de la inquietud pública ante la falta de un producto muy po-pular. Faltaba vino…..al presente hay en esta ciudad algunas uvas de adonde se podrá hacer vino para que se pueda celebrar el culto divi-no, que se compren las dichas uvas que hubieren en esta ciudad, hasta en una cantidad que se puedan hacer de ellas dos botijas de vino.

El empresario empezó a hacer averiguaciones ¿cómo es que había poco vino si la demanda era alta? Ya hace años un conquista-dor había plantado parrones en Quintil (Valparaíso), pero no se dieron”.(Víctor Farías).

Núñez de Fonseca discutió con los entendidos y presentó pro-yectos y pronto (1557),obtuvo grandes ventajas. Un campo de 60 va-ras de ancho por 100 de largo, con una condición: con tal que plante muchas plantas de viña. Y comenzó el negocio con éxito: pronto venia buenas cantidades. Pero Chile era plaza chica, había que buscar más” Víctor Farías).

En sesión del 25 de septiembre de 1579, el Cabildo de Santiago recibió una petición de Núñez de Fonseca en la que hacía presente a la corporación, la escasez de pescado, por no haber quien lo vendiera ni sacara del mar, y ofrecía hacerlo de su cuenta, siempre que le permitieran vender la arro-ba a un precio equitativo por el término de 3 años.

El Cabildo autorizó la venta propuesta y de acuerdo con Núñez fijó los precios que siguen : “Arroba de pescado salpreso fresco, a peso i medio; seco a peso i ducado i tollo a dos pesos i no más”.

Antes de iniciar su empresa, Núñez solicitó del Ca-bildo con fecha 20 de noviembre del mismo año, que le au-torizaran para alzar los precios. El Cabildo no accedió con facilidad a esta nueva solicitud, pues, para despacharla fa-vorablemente, exigió a Núñez de Fonseca que rindiera fianza de buen cumplimiento del contrato.

Dos meses más tarde el empresario explicaba que “estaba saliendo para atrás, debía usar barcos y redes que valían 500 pesos más 20 macarrones en el acarreo a Santiago y que trabajaba con 12 personas y muchos caballos”.

El gobierno aumentó el precio: “Pescado seco a peso i siete tomines, tollo a dos pesos y un tomín…i no más.”

El aumento era nada y el precio seguía fijo.El propio Núñez de Fonseca escribe: “Yo pescaré i proveeré esta ciu-dad i que en estos tres años pesquen todas las personas que quisieren i lo den por los precios que quisieren”. Es decir, adiós al monopolio, prefería enfrentar la competen-cia a que regulasen los precios.

En fin, no le había ido bien, aunque continuó operan do pero con otras cosas. Su astillero enfrentaba ahora tam-bién mucha competencia. Constitución, Lirquén, Valdivia, Chiloé…Los astilleros florecían en construcción de balan-dras,botes, lanchas y don Antonio se concentró en negó-ciaciones de contratos grandes. En 1596 construía una fra-gata destinada al comercio entre Valparaíso y El Callao, cuando lo sorprendió la muerte el 28 de abril de ese año.

Podemos rescatar, entonces, que don Antonio Núñez de Fonseca fue el primer empresario que registra la histo-ria de Chile. Y lo hizo en nuestra zona. Su semilla comen-zó a germinar, por lo cual debemos recordar a otros gran-des comercian-tes de la época, verdaderos pioneros del puerto. A hombres y mujeres que, sea por encomiendas, por mercedes de tierras y hasta por compras, fueron tejiendo una malla de propiedades que le permitieron crear verdaderos imperios comerciales.

BIBLIOGRAFÍA

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Suplemento diario LA NACIÓN

SAN ANTONIO, PUERTO DE SANTIAGO.

Consuelo Toro A. Diario UN 20/06/1970)

CARTAGENA EN BUSCA DE LA FELICIDAD.

Enrique Ramírez Capello. Diario UN. 29/08/1970).

SAN ANTONIO, PUERTO Y CIUDAD MARÍTIMA DE LA PROVINCIA DE SANTIAGO.

(Notas históricas de Jaime Vidal Ulloa (QEPD) en el periódico CRÓNICA LITORAL. 29/02/1968).

SINTESIS HISTÓRICA DE SAN ANTONIO.
(V.Z.L. Periódico ORIENTACIÓN .10/09/1969)

HISTORIA DEL PUERTO DE SAN ANTONIO.
Domingo Segura B.Periodico PROA,08/06/1974).

BREVES RASGOS DE LA HISTORIA DE SAN ANTONIO
.(Ascencio Ronda Gayoso (QEPD).1968.

LEYENDAS Y EPISODIOS NACIONALES.
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Rená Peri F. Revista EN VIAJE

TALANDO LA VIDA.
Diario UN. 08/04/1972).

LA TIERRA DE LOS CUATRO PILLANES.
Homero Bascuñán. Diario UN. 28/10/1972).

HISTORIA DE CHILE Luis Galdámez.
MANUAL DE HISTORIA DE CHILE.
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CRÓNICA DE CUATRO SIGLOS.
Raimundo Charlín Correa.

Imprenta San José.Santiago.1992.

GENEALOGÍA DE LA FAMILIA NÚÑEZ. Genealog.cl

DE RAPEL A TOPOCALMA
De.Edgardo Cabello Branott.

HISTORIA DE COLCHAGUA
Carlos Valenzuela Solís de Ovando.

CUADERNOS DE HISTORIA 15.
Universidad de chile.

EL MERCADER ANTONIO NÚÑEZ DE FONSECA. 
Precursor olvidado de san Antonio.

Max Suckel Orellana.200

EL PUERTO DE SAN ANTONIO.-1590-1900.
ROBERTO PÉREZ RUIZ.CUADERNO DE HUMANIDADES 11.-Historia Serie 4.Octubre de 1990.-Departamento de Historia Facultad de Humanidades. Universidad de Santiago de Chile.

LOS TRENES EN MI MEMORIA.


En 1987, después de décadas de infatigable servicio fe-rroviario, los famosos trenes excursionistas que acarrea-ban a miles de veraneantes desde la capital a la costa de la V Región, fueron suprimidos para siempre.

El de SANTIAGO-SAN ANTONIO-CARTAGENA, fue un ferroca-rril pionero porque fue el primer tren turístico de Chile.El

El balneario de Cartagena quedaba a 118 kilómetros de distancia de la capital.

Estoy escribiendo estos recuerdos que fluyen vertigi-nosamente de mi ya frágil memoria ,mientras una suave llovizna se deja caer sobre las mustias flores del jardín de la casa paterna, herencia patrimonial de mis padres ya idos, que supongo ,me estarán esperando en algún lugar del Pa-raíso, para examinar mi comportamiento durante mi ya larga existencia terrenal.

Mis primeros recuerdos y emociones,provienen de los paseos por los áridos paisajes, casi rurales, del legendario Barrancas de mis primeros sueños, que conocí de niño.

Los días domingo, después de almorzar, mi madre nos bañaba minuciosamente, nos apitutaba y nos llevaba, orde-nadamente tomados de la mano, (cuando pequeños), a ju-gar al cerro cercano al poblado .Desde la cima, sentados so-bre unos enormes bloques de cemento que se encontraban estratégica y misteriosamente instalados en ese lugar, cons tituyendo una verdadera platea natural.

Cada atardecer dominical,éramos observadores privi-legiados del paso cansino y ruidoso del famoso tren, llama-do el “Flecha del Sur”, ya en sus últimos recorridos al ser-vicio ferroviario. Recuerdo,como si fuera una instantánea fotográfica, los ascensos y descensos al cerro de dunas que rodeaba el poblado,paseo obligado de los habitantes del sec tor, constituido por la Población y el Campamento fiscales que habían sido construidos para los empleados y obreros

que laboraban en las obras de construcción del naciente puerto de San Antonio.

Desde esa época, quedaron grabados a fuego en mi mente, en mi corazón, en mi alma, en mis oídos y en mis ojos, el monótono, ruidoso y rítmico sonido que producían las ruedas del armatoste ferroviario, al deslizarse sobre los relucientes rieles, herméticamente clavados sobre los durmientes de rica madera que cubrían el trayecto ferroviario hacia su destino final: la estación de ferrocarriles del balneario de Cartagena.

La vuelta del llamado TREN DEL RECUERDO a su recorrido habitual después de más de 100 años, hacia las costas de San Antonio, trae a la memoria los pasajes más hermosos de nuestra historia ferroviaria.

Llegan a nuestra mente los recuerdos de la niñez, cuando para viajar a la capital debíamos embarcarnos en el tren que pasaba a las ocho horas por la Estación (Paradero) de BARRANCAS, arrastrado por una máquina ennegrecida por el humo proveniente de la quema del carbón que alimentaba sus calderas.

Rememorando esos viejos tiempos, mencionemos que el convoy salía lentamente desde la Estación de CARTAGE-NA y a ritmo cansino y monótono, continuaba su lento rodar, enfilando rumbo a la capital,pero deteniéndose algunos minutos en las Estaciones y Paraderos de : SAN ANTONIO , BARRANCAS , LLO-LLEO , MALVILLA , LEYDA, PUAN-

GUE , ESMERALDA , MELIPILLA , EL MARCO , CHIÑIGUE , EL PAICO , LO CHACÓN , EL MONTE , TALAGANTE , SANTA ANA, MARRUECOS (MALLOCO) , MAIPÚ , CERRILLOS, y finalmente en la estación terminal del ramal: ESTACIÓN CENTRAL DE SANTIAGO.

Como no recordar aquellos lejanos días en que al anochecer, acudíamos a la Estación local a esperar la llegada de algún pariente, o simplemente de la revista de actualidad (ZIG-ZAG, VEA, ERCILLA) ,de lectura de entretén-ción (OKEY, DON FAUSTO, EL PENECA, SIMBAD, ALADINO, EL CABRITO, ETC.) , femeninas (EVA, ROSITA, MARGARITA) o sencillamente a ver llegar el tren, paseo diario, especial-mente en las localidades rurales ,donde constituía todo un acontecimiento.

Esos años nos dejaron como legado un personaje característico para nuestra época: el “canillita”.- Llolleo, Barrancas y San Antonio, tuvieron su propio suplementero. Su voz característica voceando las revistas de moda o de actualidad resonaba en las noches y como un resorte saltaban nuestras madres o nuestras abuelitas presurosas en continuar su lectura favorita en EL PENECA, o en DON FAUSTO. O para informarse del crimen o el accidente que había estremecido su sensibilidad, leyendo la revista VEA.

Con ansiedad, nosotros esperábamos nuestro turno para seguir las aventuras de “QUINTIN EL AVENTURERO”, “DURGA RANI” o sencillamente para deleitarnos con las mara-villosas y hermosas ilustraciones de CORÉ, pseudónimo usado por MARIO SILVA OSSA (1913-1950), o de ELENA POIRIER (1921-1998), dibujantes que se encargaban de dar vida a los Gnomos, Gigantes, Hadas Madrinas y cuanto per-sonaje de fantasía desfiló por las páginas maravillosas de esa recordada revista infantil.

Mis primeras vivencias ferroviarias llegaron a mis oídos, de la voz y de las actividades de mi padre, quien al regreso de su trabajo cotidiano, ennegrecido su rostro por el humo emanado del fuego producido por la quema del carbón de piedra que alimentaba las calderas de la máquina, me entregaba un ejemplar del diario LA NACION y un periódico local. Su trabajo de maquinista del puerto, atrajo desde pequeño mi atención y así se fue forjando en mí, el amor por todo lo relacionado con la historia ferroviaria.-

LA LITERATURA FEMENINA.


Convocado amistosamente por Milickza Martínez, para participar de la presentación y lanzamiento de su nuevo libro, Búsqueda Helocoidal, me vi en la disyuntiva de arriesgarme solidariamente o disculparme francamente ya que mi estado de salud no permite que esté muchos minutos instalado en un mismo lugar.

Pero me comprometí a escribir algunas consideraciones generales al respecto.

En el libro “PRESENCIA FEMENINA EN LA LITERATURA NACIONAL” de Lina Vera Lampereín, podemos leer las apreciaciones de la autora al inicio de su extenso trabajo:

“Esta actividad despierta reacciones muy diversas cuando se comprueba que la mujer enarbola la pluma en vez del plumero”.

“En sus comienzos, el propio Pablo de Rokha ironizaba de este afán femenino por escribir y publicar sus creaciones:

“Literatas, ¿no tenéis un marido?
Buscadlo, y si lo halláis,
sed simplemente esposas.
Mirad que el mundo no es lo que los libros dicen
que un folletín no es más que un beso honrado y digno.
¿Queréis hablar? Muy bien, más sazonad la sopa”.

Nos comenta la autora que “fue preciso sumergirse en los datos de comienzo del siglo pasado para comprender el movi-miento literario, social y político de la época. Comprender la desusada actividad que experimentaron las mujeres en su despertar y paulatina incorporación al mundo de las letras.”

Hernán Díaz Arrieta (Alone), ha afirmado que “La creativi-dad es la base de la función de escribir, y no tiene sexo. Un autor no es ni hombre ni mujer. Solo es inteligente, sensible, creador”.

En 1917, la abogada y escritora Luisa Zanelli llamaba a las escritoras de la época para que se atreviesen a publicar con sus verdaderos nombres.

La escritora Adriana Valdés, manifestaba que “las escrito-ras chilenas no habían merecido más atención que la bibliográ-fica”. Las obras de Mercedes Valdivieso y María Luisa Bombal, entre otras escritoras, fueron objeto de objeciones relacionadas con el pensamiento y vivencias de las mujeres.

Uno de los méritos de las obras literarias reside en el valor intrínseco de los mensajes e informaciones reales o idealizados que nos envían frente a diversas formas de vida, develando mi-serias, dolores, ingratitudes e injusticias, en algunos casos, y en otros, destacan temas como la amistad, el encanto de las cosas simples, el amor, las maravillas de la naturaleza, la grandeza de la creación, la fuerza de los valores,etc.”.

“Todo conforma una auténtica y valiosa manera de enca-rar la realidad que de hecho es dura, pero de la cual las autoras, en tanto artistas, son capaces de extraer y recrear cuotas de be-lleza tan necesarias e indispensables al ser humano”.

Hecho este exordio, vamos al grano.

La literatura femenina en nuestra ciudad está creciendo en una forma que alegra el espíritu a quienes fomentamos esta clase de cultura escrita.

Varios son los nombres que últimamente, gracias a los apor tes financieros de nuestra Municipalidad, han aflorado en las pá-ginas de la prensa local.
Una de esas florecientes mentes ilustradas, hoy presenta en sociedad su nueva creación.

Milickza Martínez, profesora de Filosofía, Licenciada en Educación y Diplomada en Docencia Universitaria, ha escrito hasta este momento, 4 libros: “Acerca de los juegos empíricos del lenguaje” ; “Entre rimas, proverbios y poesías” “Nostalgia”, y el que hoy presenta en sociedad.

El profesor de Estado en Matemática y Física, Luis Campos Palma, escribe: “Ella crea un universo, en el cual, además de so-les y estrellas eternas, existe y se practica la belleza y el amor”.

"Este universo, que nos regala tiene vértices y vórtices para la acción que nace del corazón”.

“Yo sólo diría: hay algo que aún ni existiendo, no lo puedo destruir, es el eco de tu voz en mis palabras”.

Recibo con alegría y expectación este nuevo hijo literario de Milickza Martínez, para agregarlo a mi larga lista de textos que adornan los anaqueles de mi biblioteca y que me devoraré intelectualmente en cuanto esté en mis manos.

Espero que también quienes están presentes hoy, adquieran un ejemplar para incentivar a la autora a perseverar en su actividad

literaria y llegue a ocupar espacios importantes en la vida cultural regional y nacional.

Son mis deseos.

RUBÉN SANTIBÁÑEZ GAMBOA.