6.-HACIENDA-PARQUE DE BUCALEMU Y LOS JESUITAS.
En 1907 falleció don Claudio Vicuña
Guerrero, pero su recuerdo perdura en
una obra que aun se mantiene in-tacta, como es el Parque de la HACIENDA DE BUCALEMU.
En las
postrimerías del reinado de Felipe II o
en los albores del de Felipe III, esta extensa propiedad fue dona-da por el monarca, al Capitán SEBASTIÁN GARCÍA CARRE-TO Y CHUMACERO (1540-1631),en premio de sus muchos ser vicios
prestados a la Corona durante la
conquista de Chile.
Esta propiedad con una superficie total de 30.000 cuadras, ubicada al
sur del puerto de SAN ANTONIO DE LAS BODE-GAS, entre el estero del Yali y el rio Rapel.
El capitán García
Carreto, el 6 de octubre de 1619 re-suelve traspasar la valiosa Hacienda con su
dotación de 15.000 vacunos, de 1.000 caballares y 15.000 ovejas, a la COMPAÑÍA DE JESÚS, resolución que perfeccionó en
su testamento de 8 de febrero de 1631. Esta Hacienda perma- nece en manos de
los jesuitas hasta el 26 de septiembre
de 1767 infausta fecha en que se
notifica a los miembros de la Compañía
de Jesús, de su expulsión de los Reinos
de Es-paña.
La Hacienda retorna a
la Corona con sus tierras, sus ganados y sus 463 esclavos, permaneciendo en su
poder hasta el 4 de abril de 1791,fecha
en que PEDRO FERNÁN- DEZ DE BALMACEDA,oriundo de La Rioja, sobrino carnal del
Oídor don JUAN DE BALMACDA Y
ZENZANO (1702-1778) ascendido ese año a Comandante del
Regimiento de la Princesa, firma la escritura de compraventa de la referida
Hacienda de Bucalemu.
El vizcaino JUAN DE BALMACEDA Y ZENZANO, na-ció
en La Rioja,España, el 16 de abril de 1702.Fue hijo de Pedro José de
Balmaceda y de Angela de Zenzano y Fernán dez. Estudió Leyes y en 1739 fue
nombrado abogado de los Consejos de España, cargo desde el que inició su carrera judicial, asumiendo como Oidor de
la Audiencia de San-tiago de Chile el 28 de noviembre de 1742,arribando a
Concepción ese mismo año. En tal condición,
desempeñó funciones como Juez del
Tribunal de Bienes de Difuntos, nombrado
por el gobierno de José Antonio Manso de Velas co ,el 25 de mayo de 1743. Juez
Protector del Partido de Aconcagua (1745) y ministro de la Real Junta de
Tabacos, nominado por el gobernador Manuel de Amat y Junnient en 1766. En 1768,
a la muerte del Gobernador Guill y Gon-zaga, acaecida el 24 de agosto, asumió
la Gobernación In-terina de Chile.
Balmaceda Zenzano hizo
entrega del mando el 3 de marzo de 1770.
Jubiló en enero de 1773. Se había casado con Agustina Álvarez de Uceda el 8 de
febrero de 1750, con quien no tuvo descendencia. Falleció en Santiago el ¿29 de
mayo de 1778?. ¿30 de marzo de 1778?, a los 76 años de edad. A su muerte, bajo
disposición testamentaria de don Francisco de La Torre, su cuantiosa fortuna
pasó a manos de su sobrino PEDRO FERNANDEZ DE BALMACEDA, que aunque nacido en Popaona,el tronco
familiar no estaba en Galilea. Esta fortuna le
permitió hacerse con la propiedad
de la Hacienda de Bucalemu. En 1759 habían llegado al país dos sobrinos suyos :
Pedro Fernández de Balmaceda y Juan Francisco Ruiz de Balmaceda, quienes se
dedicaron al comercio y la agricultura.
Al morir en 1767 la
mujer del Oidor Balmaceda, de-jó en
herencia a su marido, una casona en Santiago y una chacra en Ñuñoa, sentando
con ello el, principio de la for-tuna y propiedades de la familia. Don Juan de
Balmaceda y Zenzano, murió el 30 de marzo de 1778 en Santiago. Antes había
ordenado establecer un “MAYORAZGO”, dejando co-mo herederos a sus sobrinos,
ocupando la primera prefe-rencia, PEDRO FERNÁNDEZ DE BALMACEDA y sus descen dientes.
La herencia
consistía en una chacra en Ñuñoa y una
hacienda en Puangue. El 15 de diciembre de 1778 quedó es-tablecido el “MAYORAZGO BALMACEDA”. Los descendien-tes del Oidor, se
repartieron la herencia y separaron cami-nos. PEDRO FERNÁNDEZ DE
BALMACEDA, aunque recibió diversos cargos en la
milicia y fue Juez de Comercio, su mayor preocupación fue acrecentar su fortuna
y sus bienes. En 1778 obtiene la propiedad de la Hacienda de Bucalemu y el 4 de
abril de 1791,obtiene el título definitivo. Preocupa-do del destino de sus bienes, al ser soltero,
viaja a España en busca de parientes a los que pudiera ayudar a heredar sus
posesiones. Su travesía no fue en vano por cuanto poco tiempo después, llegó su
sobrino JOSÉ
MARÍA FERNÁN-DEZ DE BALMACEDA Y
ZENZANO ,que
ocupaba por dere-cho de heredad, el cargo de Regidor de la Villa de Ocón, en
Castilla la Vieja,España.
Pedro Fernández
falleció en Santiago en 1808, dejan do sus posesiones claramente testadas, sin
embargo sus he rederos dieron origen a
varios pleitos por la sucesión ,los que alcanzaron a toda la rama Balmaceda
hasta avanzado el siglo XIX, y en los que se mezclaron cuestiones de orden
político e incluso, la intervención de la Iglesia de Santiago, que también
aparecía mencionada en el testamento.
En una breve
descripción del origen de estos proble-mas,se puede decir que se ordenaba vincular BUCALEMU y destinarlo para que por un lapso de 5 años, cada uno de los
herederos lo gozara para acrecentar su fortuna. El be-neficio alcanzaba hasta los parientes en “quinto
grado” Terminada la sucesión, debía pasar a poder de los jesuitas, o,en su defecto, a los Obispos de
Santiago para beneficio de los pobres.
Desde un primer momento
hubo pleitos entre los albaceas y los
Fernández de Balmaceda, lo que privó de
hacer una buena administración de los bienes.
BUCALEMU, fue
campo de interminables litigios,en los que intervinieron los más notables abogados de la Pa-tria Vieja
y de Chile independiente ,desde el jurisconsulto
Juan Egaña hasta José Clemente Fabres y Roberto Hun-neus , pasando por Federico
Errázuriz, Abdón Cifuentes y 100 más.
JOSÉ MARÍA FERNÁNDEZ DE BALMACEDA Y ZEN-ZANO, de nacionalidad española, además de no
involucrar-se en los primeros acontecimientos
de la lucha de emanci-pación ,se convirtió en ciudadano “bajo sospecha” de ser
realista ante las nuevas autoridades, situación que se acre-centó al viajar a
Lima en busca de la mujer que sería su es-posa y que había conocido en Chile en
los albores del pe-ríodo. Se trataba de María Gracia Rodríguez Ballesteros,
hija del Oidor Juan Rodríguez
Ballesteros, expulsado de Chile por orden de Juan Martínez de Rozas
luego del mo-tín de Figueroa (1811) En la primavera de 1814,en la Cate-dral de Lima y con la
presencia del Virrey Abascal, contra-jeron matrimonio José María y María
Gracia.
Tras breve estadía en
Lima, se trasladaron a Santia-go, donde el joven marido tuvo que lidiar
duramente por sus derechos sobre Bucalemu, que intentaban anular pa-rientes llegados
desde España. Estos problemas se troca-ron en alegría cuando el 16 de junio,
nacía su primer y úni-co hijo,,al que bautizaron como MANUEL JOSÉ FERNÁN-DEZ BALLESTEROS, quien tomó después el apellido BAL-MACEDA de su bisabuela materna, Ángela Balmaceda Zenzano,nacida en Galilea,
Castilla, en 1699.
Pero la fortuna no premiaba al novel padre, pues a-penas 8
meses después, luego del triunfo patriota en Chaca buco, fue detenido y
secuestrada su hacienda de BUCALE-MU. A los pocos meses, recupera su libertad
pero no su pro piedad .Obligado por Ley del Senado solicitó la ciudadanía
chilena, la que le fue otorgada en 1820.
Aquejado de una larga y penosa enfermedad,
José María se fue debilitando rápidamente. Le correspondió a su mujer, doña María Gracia, iniciar y
llevar a término las gestiones para la
devolución de los bienes familiares. Su amistad con Juan y Mariano Egaña le
allanaron el camino para que, finalmente, en 1824, el gobierno de Ramón Frei-re
la devolviera la enorme hacienda.
José María Fernández y Balmaceda,en escrito
de fe-cha 7 de mayo de 1817 dijo: “El
testador me legó la hacien-da, entre sus comunicados secretos, en que mandó que
na-die pudiese mezclarse, ni pedir cuenta o razón, instituyen-do para ese caso,
absolutos herederos a sus albaceas, de quienes yo solo existo, pues, don
Ignacio Landa falleció y don Rafael Beltrán ha muerto civilmente en Chile por
su emigración. Con que por voluntad del testador, el acto del día (el
secuestro) bastan para constituirme en heredero y dueño absoluto y por
consiguiente, mal puede ésta, impu-tarse
a propiedad extraña…..”
En “CRÓNICAS DE PEDRO Y
PABLO”,(capítulo XIII),
pode-mos leer : “ El testador Pedro
Fernández de Balmaceda tenía solo dos sobrinos carnales, José María Fernández y
Balmaceda (1775-1831), en Chile desde 1802, y su única hermana Petra (1769-1830),residente en España y
casada en Logroño con Pedro Fernández Arnedo (1774-1842).” Agrega el periodista Pedro Marinkovic : “muerto Pe-dro Fernández de Balmaceda, Bucalemu pasa a manos de Rafael Beltrán Iñiguez (1774-1850),su
primer albacea”.
La hacienda no se sustrajo a la Ley de
Secuestros, a pesar de las reiteradas pruebas que José María había dado a la
causa revolucionaria. En efecto, el gobierno patriota decretó su secuestro a
pedido de José Antonio Ovalle,en mayo de 1817.
Doña María Gracia quedaría viuda en 1831,lo
que no fue óbice para que administrara con mano ejecutiva las ac-tividades
agrícolas, acompañada de su único hijo.Éste se educó en un ambiente austero,
llegando a ser uno de los hombres más ricos del país.
MANUEL JOSÉ FERNALDEZ
BALMACEDA, a la
edad de 24 años se casó con doña María Encarnación Fernández Salas. La llegada
de lejanos parientes desde España, para reclamar su participación en las
heredades del Oidor, le significaron una
serie de juicios en los que tuvo que entre-gar parte de la hacienda de
Ibacache.
Simultáneamente el Obispado de Santiago
reclama-ba el goce de BUCALEMU que según entendían, les corres-pondía por
haber terminado la línea de sucesión, mientras
que don Manuel José bregaba para
que se extendiera a sus hijos
Nueve hijos/as tuvieron don Manuel José y
doña En carnación, siendo el primero de ellos, José Manuel, que na-ció en el
invierno de 1840, precisamente en Bucalemu. Lue go llegaron José Rafael, José
Elías, José Vicente, José Da-niel, José Ramón y José Exequiel. En total fueron
8 hijos varones y una mujer, la que
falleció a temprana edad.José Elías murió soltero, dejando a sus hermanos una
cuantiosa fortuna, especialmente a José
Ramón, quien perdió uno por uno
los valiosos inmuebles agrícolas
recibidos.
A pesar de los varios reveses sufridos, el
organizado empresario Manuel José
Fernández Balmaceda
(Balleste-ros),realizó una serie de otras adquisiciones de considera-ble monto en
que se destacaron las propiedades urbanas como el denominado “HOTEL
INGLÉS” en Santiago, hacien-das y
fundos en Casablanca, 7 hijuelas en Santiago y otras 8 en Melipilla,además de
los fundos de Vichuquén, Nalta-gua y Curacaví,de modo que los descendientes de
la nueva familia, tendrían recursos considerables para llevar una vida
confortable.
A principos del siglo XIX, BUCALEMU tenía original-mente 54.000 hectáreas y los terrenos se
extendían desde el mar a la provincia de
Melipilla y desde el estero Yali al río
Rapel. La sorpresiva llegada de sus
parientes desde Es-paña,le significaron una serie de juicios en loe que tuvo
que entregar parte de la hacienda a su
sobrino PEDRO FER NÁNDEZ DE BALMACEDA. A BRAULIO FERNÁNDEZ ARNE
DO, casado con Amalia Vicuña
Guerrero, le correspondió la hijuela donde actualmente se encuentran los
terrenos del Ejercito . Los potreros de
La Manga y Corneche se entrega-ron a Manuel José Fernández y lo que se llama
San enrique de Bucalemu, a don Domingo Fernández de la Matta.
Cuando don Braulio Fernández Arnedo,español
de nacimiento y de corazón regresa a
España, amargado por la guerra de 1865,don CLAUDIO VICUÑA GUERRERO es su arrendatario y algún tiempo después,
le compra la célebre4 hacienda. Don Claudio construyó en 1875 un extenso parque
de 36 hectáreas, diseñado por el paisajista francés Guillermo Renner y que
hasta hoy se mantiene como uno de los más bellos del país.
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